El lunes 3 de febrero, a las 19:30 horas, tendré el privilegio de acompañar a la escritora Nuria Barrios en la presentación de su último libro, "Todo arde", una historia dura e impactante que se lee como un thriller y que no dejará a nadie indiferente.
Será en la maravillosa librería Ramón Llull, de Valencia.
martes, enero 28, 2020
martes, enero 14, 2020
Gemma Solsona Asensio - Cuestionario básico
1.- ¿Por qué escribes?
Difícil respuesta. O muy sencilla,
quizá. Desde siempre me ha gustado imaginar historias, contarlas y que me las
cuenten. Creo que ahora escribo porque así lo siento y lo vivo, porque no puedo
evitar leer libros, escuchar ciertas conversaciones entre amigos o ver una
fotografía sin que, en ocasiones, me susurren principios, escenas, secretos de
algún personaje al que me gustaría dar vida… Y eso son los “retazos” de
realidad que “reescribo o reinvento” en alguna de mis libretas, bocetos que, a
la larga, convierto en una historia. Es algo casi automático, esa necesidad, al
menos. Después, la escritura… es un proceso distinto. Las musas son muchas, sin
embargo, poco a poco, hay que ordenarlas, corregirlas, trabajarlas… y ese
proceso no es tan instintivo aunque forme parte, también, de la escritura. Mas
la razón, el inicio de todo, pienso que es más visceral, casi, casi una
necesidad.
2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones a la hora
de escribir?
Me encanta estar rodeada de
libros, eso es lo más curioso, escribir en una biblioteca, no solo por el
silencio, sino porque me parece un paraíso en el que me gustaría estar si se
acabara el mundo (con una buena despensa de dulces en el almacén). Y en casa,
tengo mi pequeño “rincón” de escritura, rodeado de los libros que adoro y me
inspiran. Así, a priori, te confieso que siempre tengo cerca a alguna de mis
últimas musas, libros de relatos que me han hecho disfrutar o ciertas novelas
de las que, de cuando en cuando, releo algún párrafo. Además suelo tener
pequeños fetiches relacionados con lo que más me gusta, una taza de café y algo
dulce, y pequeños objetos recopilados en mis viajes. ¡Ah! Y cómo no, los días
que tengo suerte y acceden a hacerme compañía, me encanta escribir con uno de
mis gatos, Harry o Potter, bien cerquita. Todo eso si estoy cerca de casa o hay
alguna biblioteca abierta. Si no… me contento con irme a una cafetería
acogedora y tener mi café y mi dulce cerca. Logro concentrarme aunque haya
ruido y si la historia que estoy contando me tiene atrapada, así que… hay algunas
cafeterías que ya me conocen, porque las visito con frecuencia.
3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?
Una de las cosas buenas de
cumplir años, creo, es que en todas las facetas de tu vida vas conociéndote
mejor, poco a poco. Eso se aplica también a la escritura. Me parece que Stephen
King, en “Mientras escribo”, ya habla de que, pese a que te plantees historias
distintas, cuando te gusta escribir acabas casi siempre dándole vueltas a las
mismas obsesiones, a los mismos temas. Yo me he dado cuentade que tengo tres
tonos, visiones o “estados” si podemos llamarlos así, a la hora de escribir: el
fantástico, la oscuridad y la nostalgia. Estas formas de abordar la historia se
combinan y, a veces, predomina uno sobre otro. Sobre los temas… la muerte, la
soledad, los monstruos, el paso del tiempo, el amor por los lugares y los
objetos, la infancia… creo que de alguna, forma casi siempre, están ahí.
4.- ¿Algún principio o consejo
que tengas muy presente a la hora de escribir?
Intento contar la historia cómo
creo que me gustaría leerla/escucharla. Le doy mucha importancia a la forma de
narrar, a la voz con la que quiero contar esa historia en concreto. No es lo
mismo narrar una aventura de infancia con la voz de una niña o de una anciana.
El lenguaje, el tono, la emotividad con la que lo haces ¡cambia tantísimo! Y,
por otro lado, releo siempre, varias veces, lo escrito, en alguna ocasión en
voz alta. Me ayuda a darme cuenta de las repeticiones, a asegurarme de que lo
que he escrito tiene el ritmo adecuado, a introducir o eliminar ideas (eliminar
muchas veces es necesario, aunque a muchos escritores sea lo que más nos
cueste)…
5.- ¿Eres de las que se deja llevar por la historia o de las que lo
tienen todo planificado desde el principio?
Mhm, ¿lo que se llama escritor de
brújula o mapa? Leí hace poco que George R. Martin los denomina jardineros o
arquitectos… De momento, he escrito siempre relatos de mayor o menor extensión,
pero relatos y, a ver, para empezar a escribir, es curioso, pero al menos
necesito tener mi principio muy claro, un título y el final. Quizá por eso
tengo muy presente el dodecálogo, sobre el cuento, de Andres Neuman. En
concreto, una frase que dice: “En las
primeras líneas un cuento se juega la vida; en las últimas líneas, la resurrección”.
Al ser relato, intento que la historia, de alguna forma, sea un círculo
perfecto y que, el principio y el final, estén relacionados, que se
complementen. Además de procurar, en la medida de lo posible, que el principio
cree expectativa, llame la atención, etc, etc. Pero considero esencial que esa
línea o líneas iniciales tengan coherencia con el tono de la historia, con lo
que voy a contar después. Eso me ayuda. Y, una vez establecida la inspiración,
el principio y el lugar a dónde quiero llevar mi historia… depende de cada
relato. Me parece que empiezo con el mapa, pero después lo guardo en el
bolsillo y me quedo con el destino y la brújula en la mano.
En
mi opinión, la escritura es casi orgánica y se va construyendo con lo que
vivimos, leemos, nos cuentan... Si empiezo a escribir un lunes por la tarde,
tal vez no pueda seguir con mi historia hasta el fin de semana (y eso, con un
poco de suerte, porque el tiempo es el hándicap de muchos hoy en día…). Así
que, en esos días, puedo haber leído un fragmento en una novela, visto una
película que a lo mejor, sin que haya sido del todo consciente, me han aportado
una nueva idea para la historia. Por tanto, podríamos decir que trazo un mapa
muy incipiente y que, a partir de ahí… me dejo llevar.
6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?
Uy, muchos... como te he dicho,
pienso que la escritura es casi orgánica y lo mismo ocurre con mis lecturas favoritas: voy
descubriendo, día a día, nuevas obras, autores y autoras que añadir a mi
particular “podio”. En cada momento de mi vida, he descubierto libros que me
han hecho soñar, que me han llevado a ser la lectora que soy y me gustaría
pensar que también la escritora que se forma, día a día. Libros que aparecieron
en el momento justo y que, si los hubiera leído más tarde, tal vez no hubiese
disfrutado tanto, claro está. Mis ídolos juveniles fueron Enyd Blyton, Louise
May Alcott y Agatha Christie (la leí siendo muy pequeña); como clásicos me
quedo con Poe, Dickens y las hermanas Brontë: de Poe, sus Narraciones extraordinarias; de Dickens, con Grandes esperanzas e Historia
de dos ciudades, ambas disfrutadas y releídas en distintos momentos de mi
vida; y de las Brontë, me quedo siempre con Emily y su Cumbres borrascosas. Pasé
también mi “momento” de realismo mágico y no puedo olvidar a Gabriel García
Márquez, del que leí casi todo... tuve mis “momentos” de “novela gótica”, de
vampiros... y existen muchas novelas que me marcaron, de estilos distintos,
como Expiación de Ian McEwan o Todo cuanto amé de Siri Husvedt... Pero,
actualmente, por citarte autores a los que suelo regresar y nunca me defraudan,
me quedaría con Cortázar, Juan José Millás y Truman Capote (releer algunos
cuentos o novelas de Millás, y el Desayuno
con diamantes o los relatos de Capote es un placer que me doy de cuando en
cuando). Y, cómo no, debo citar a mis musas fantásticas: Shirley Jackson,
Angela Carter y la pizca de nostalgia y magia que desprenden las historias de
Ana María Matute.
7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas
publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.
Ahora estoy trabajando en
antologías de diversos autores y autoras que saldrán a la luz, espero, en este
2020, y tengo también un proyecto propio, de relatos, con ilustraciones de mi
amiga musa y musa Judit García-Talavera que está muy avanzado, cruzaremos los
dedos y nos encomendaremos a las brujas... Lo último que he publicado es otro
libro de relatos, Casa volada que se
publicó en el 2019, de la mano de Huso Editorial.
Casa volada se formó, cómo no, de esa
manera orgánica que he comentado antes, a través de prodigiosas casualidades
que se conjuran para llegar a la historia/historias que quieres contar. Son
diez cuentos unidos entre sí por el protagonismo que adquieren las casas, los
lugares donde suceden las historias. Con los años, me he dado cuenta de mi
pasión por los objetos, por los espacios y por las casas y las historias que
esconden. Me da la sensación de que sí, “escuchamos o miramos” con atención,
las casas y esos objetos tienen mucho que contarnos... Casa volada se inició con un relato, el que da título al libro, en
homenaje a Cortázar. Después fueron viniendo otros y me percaté de que todos
estaban relacionados y unidos por ese hilo de la “domofilia” (adopto la palabra
de Patricia Esteban Erlés, una gran escritora de lo insólito y lo oscuro a
cuyos relatos vuelvo también con frecuencia y que me enseñó este término). Y el
libro se reveló, por fin, tal y como es ahora, una tarde en la que una amiga me
envió una frase de Natalia Ginzburg, sacada de La ciudad y la casa, que decía: “Tú una casa la puedes vender o
dejar a quien te dé la gana, pero siempre la llevas contigo”. Así fui estirando
del hilo y surgieron nuevos relatos con la casa (fantástica, misteriosa, fiel
vigilante de secretos, hogar evocado...) como protagonista. Y el resultado...
un libro de cuentos, Casa volada que
navega, cómo no, entre la fantasía y la nostalgia, con un pelín de oscuridad.
Gemma
Solsona Asensio es licenciada en Comunicación Audiovisual y trabaja en
marketing y publicidad. Es profesora de Escritura Creativa y Relato y miembro
de la P.A.E (Plataforma de Adictos a la Escritura) con quienes participa en la
organización de charlas y eventos de ámbito cultural (programas de radio,
presentaciones de libros, trivials literarios…). En el 2009 publica su primer
libro Valguamar, cuentos de lugares,
amores y difuntos (Hijos del Hule) junto a Tebu Guerra. En el 2012 gana el
concurso literario Vila de Gracia y es finalista del Ana María Matute (su
relato fue publicado en La teoría de
Polch, de Ed. Torremozas). Ha publicado en las antologías: Qué me estás contando (Hijos del Hule,
2008), Café con letras (Hijos del
Hule, 2009), Homenaje a Poe
(Artgerust, 2014), Navidadoscuracasinegra
(P.A.E., 2015), Cuéntame un día
(P.A.E., 2016), Barcelona Gótica
(Apache Libros, 2016), Vampiros en
Barcelona (Apache Libros, 2017), Doñana
es arte (Suseya ediciones, 2017), Monstruari
(SECC, 2018), Más macabras
(Maluma, 2019). Ha sido coordinadora de las antologías Cuentamínate (Hijos del Hule, 2012) Cuentopsia (Hijos del Hule, 2014), Vuelo de brujas (Apache libros, 2018) o TRAStiendas (Stonberg, 2019). En el 2016 publica su segundo libro
de relatos: Maullidos (Stonberg, www.mismaullidos.com). Y este
2019 ha sido la ganadora del certamen “Terroríficas II” y ha presentado su
tercer libro de relatos: Casa volada
(ed. Huso).
martes, enero 07, 2020
Elena Alonso Frayle - Cuestionario básico
1.- ¿Por qué escribes?
Creo que todos los autores nos hemos hecho alguna vez esa pregunta (o nos la hacen a menudo) y uno se da cuenta de que las respuestas tienden a ser muy parecidas en cuanto al fondo, y se pueden resumir en dos palabras: escribimos porque nos hace felices. A mí, además, el escribir me proporciona una especie de revulsivo contra la fugacidad; es una manera de conjurar lo que más me asusta, que es el olvido.
2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?
Escribo por las mañanas, cuando mi mente está más despejada, y, por tanto, resulta más creativa. Necesito mucho silencio alrededor y, sobre todo, la certeza de que no seré interrumpida en las siguientes dos, tres horas. Eso en cuanto a la escritura propiamente dicha, pero diría que un autor está siempre escribiendo en su mente, está constantemente procesando la información a su alrededor en busca de fuentes de inspiración. Por eso, suelo llevar conmigo una libreta de notas en la que voy volcando todo lo que, de una forma u otra, intuyo que me pueda servir para el proyecto en curso o para proyectos futuros. En cuanto a supersticiones, ninguna, no creo en su eficacia. A menos que llamemos superstición al hecho de ser incapaz de irme a dormir sin revisar de nuevo lo trabajado por la mañana: así como la creatividad me asalta a primera hora, es por la noche, antes de terminar la jornada, cuando desarrollo un agudo sentido crítico con el que con frecuencia elimino o modifico gran parte de lo que escribí durante el día.
3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?
En sentido amplio, y como apuntaba al principio, me preocupa sobre todo la idea de fugacidad, de paso del tiempo: el olvido. Pero ese tema se traduce en una amplitud de posibilidades narrativas. En concreto, en mis novelas con frecuencia aparecen elementos históricos que desencadenan la narración; me interesan sobre todo los pasajes poco conocidos de la historia, y cuando escribo sobre ellos, me propongo explorar cómo esos hechos nimios del pasado, casi olvidados por el historiador, tienen la fuerza de incidir en el presente, en el destino concreto de personas concretas.
4.- ¿Algún principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?
Diría que, a la hora de escribir, me guía sobre todo el respeto hacia el lector; hacia sus capacidades, sus intereses, su predisposición a dedicar a la lectura de mi obra unos minutos o unas horas del preciosísimo tiempo de su vida, que un día terminará. Por eso, por respeto, no se lo pongo fácil, sino que presumo en él las dosis de ingenio necesarias para entablar ese diálogo en que consiste la literatura. Es algo que tengo constantemente presente, en cada frase que escribo.
5.- ¿Eres de las que se deja llevar por la historia o de las que lo tienen todo planificado desde el principio?
Pertenezco claramente al grupo de los llamados «escritores brújula»: sé dónde quiero llegar –mi norte-, pero la ruta que seguiré la voy descubriendo mientras escribo. Aunque pienso que siempre hay una suerte de planificación que opera a nivel inconsciente. Me ocurre con frecuencia, por ejemplo, el introducir elementos, situaciones o personajes en la narración sin saber muy bien por qué lo hago, y solo más adelante, a medida que avanzo en la escritura, me doy cuenta de la absoluta idoneidad de esos elementos. Es como si mi subconsciente hubiera ido un paso por delante y supiera muy bien qué función estaban llamados a cumplir esos elementos en el conjunto de la narración.
6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?
Me gusta descubrir novedades y autores poco conocidos o poco promocionados, en los que a menudo encuentro más calidad que en los escritores «de renombre». Sin embargo, existen una serie de autores y obras de referencia a los que vuelvo una y otra vez, porque siempre aprendo algo nuevo con las relecturas. Mencionaría por ejemplo a Nabokov, no solo sus novelas, sino también sus cuentos; mencionaría también los Nueve cuentos, de Salinger. Por otra parte, el año pasado recibí el encargo por parte de una editorial de Mongolia de preparar una antología de narrativa corta española. Para realizar la selección de los textos, me reencontré con autores y cuentos a los que no había leído en años o décadas; debo decir que el reencuentro fue grato y aleccionador. Volver por ejemplo a Clarín o a Pío Baroja, y releer los que en su día fueron lecturas obligatorias en el colegio con el bagaje que hoy me acompaña constituyó una experiencia reveladora. Lo mismo que releer a la gran Rosa Chacel —injustamentente relegada— o a Francisco Ayala, cuyo deslumbrante cuento «El Hechizado» creo que fue calificado por Borges como el mejor cuento jamás escrito. O a Miguel Delibes, Ignacio Aldecoa, Medardo Fraile…
7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto?
Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.
Este último año he publicado dos libros: una novela juvenil con la editorial Edelvives, Y serán felices, y el volumen de cuentos La mala entraña (Baile del Sol), que me ha proporcionado la inmensa alegría de ser distinguido con el Premio Setenil al mejor libro de relatos publicado en España.
En la actualidad, y desde hace más de un año, estoy volcada en la escritura de un libro sobre Mongolia, fruto de los tres años que he vivido en ese país. Se trata de un libro de género incierto: lo que empezó como una novela, poco a poco ha ido deslizándose hacia un híbrido en el que se entremezclan la literatura de viajes, los relatos puntuales, la crónica y la novela propiamente dicha.
Elena Alonso Frayle (Bilbao, 1965) es Licenciada en Derecho y graduada en Administración de Empresas por la Universidad de Deusto, y ha cursado estudios de posgrado en Derecho Comunitario por la Universidad de Nancy.
Su labor como escritora ha sido reconocida con innumerables premios, tanto de cuento («Ignacio Aldecoa», «Gabriel Aresti», «Fernández Lema», «La Felguera», «Miguel de Unamuno», etc.) como de novela. Sus libros de relatos Llegados a este punto (2011) y La hora de los vencejos (2017) han obtenido en México el premio “Sor Juana Inés de la Cruz”; el libro La mala entraña ha obtenido el Premio Setenil (2019) al mejor libro de cuentos publicado en España.
Ha publicado, además, las novelas El legado de la misión Iwakura (2010), galardonada con el Premio “Gabriel Sijé”, El silencio de los siglos (2013), que obtuvo en México el Premio Internacional de Narrativa Editorial Siglo XXI, y las novelas juveniles La edad de la anestesia (2014), XIV Premio Alandar, Y serán felices (2019) y Los niños cantores (2015), XXVI Premio Ala Delta.
martes, diciembre 24, 2019
Felices Navidades 2019
Os deseo que paséis una feliz Navidad y tengáis un muy feliz Año Nuevo.
Como todos los años por estas fechas, insertaré algunos videos que me han parecido curiosos.
En primer lugar, una de las últimas actuaciones del mítico humorista Gila.
Ramón Gómez de la Serna.
Les Luthiers.
Y una mágica actuación.
¡Hasta pronto!
martes, diciembre 17, 2019
Michelle Roche Rodríguez - Cuestionario básico
1.- ¿Por qué escribes?
Escribo porque no sé hacer otra
cosa. No solo no soy buena para más nada, sino que no puedo evitar pensar en el
mundo como algo para ser comprendido a partir de las palabras y aprehendido
desde la ficción.
2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a
la hora de escribir?
Escribo en lápiz y no se me ha
quitado la costumbre del colegio de subrayar (en pluma roja o rosada) cada vez
que anoto un título o encuentro una idea que me gustaría desarrollar. Siempre
que tengo un proyecto nuevo, comienzo un cuaderno, así que tengo un montón de
cuadernos, cuadernitos y libretas dando vueltas por casa. Siempre es una
pequeña tragedia cuando no encuentro el correspondiente a un proyecto
específico.
3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?
En líneas generales, me interesa
el poder y cómo afecta a la gente que no lo ostenta. Me interesa en especial la
manera en que el género femenino ha sido sojuzgado por el patriarcado a partir
de herramientas culturales (como los mitos de lo cotidiano o el status quo) y por qué algunas mujeres
han sido cómplices de las idiosincrasias que las mantienen en una posición
secundaria con respecto a los hombres.
4.- ¿Algún principio o consejo que tengas muy presente a la hora de
escribir?
La honestidad. Un texto malo
siempre se puede arreglar, uno deshonesto no.
5.- ¿Eres de las que se deja llevar por la historia o de las que lo
tienen todo planificado desde el principio?
Ambas cosas. El primer borrador
es fundamental, allí escribo todo lo que quiero decir sobre un tema. Luego, con
el segundo borrador, me ocupo de organizar y crear una estructura. Sin
estructura no hay discurso literario —artículo o libro, da igual—. Tendemos a
subestimar la importancia de esta herramienta, pero de una buena estructura
resulta un trabajo bien hecho. El tercer borrador es para reconocer y quitar lo
superfluo. Por supuesto, entre cada uno de estos tres borradores hay varias
versiones de un mismo texto e incontables “libreticas” para tomar en cuenta
cada uno de los problemas presentados por la escritura.
6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?
Son muchos, pero los que tengo
más frescos porque los he releído varias veces en los últimos dos años son
estos:
Internacionales: Margaret Atwood,
Edgar Allan Poe, Julio Cortázar, Víctor Hugo, Virginia Woolf y Simone de
Beauvoir (ella es la maestra de la honestidad en la escritura, por cierto).
Venezolanos y venezolanas: Teresa
de la Parra, Ana Teresa Torres, Yolanda Pantin (poeta), Salvador Garmendia,
Eugenio Montejo (poeta) y José Rafael Pocaterra.
7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas
publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.
El 27 de enero de 2020 sale a la
venta mi primera novela, Malasangre.
Se trata de un proyecto que he pasado una década escribiendo. En la novela,
Diana Gutiérrez descubre su inclinación al vampirismo a los 14 años cuando
ataca a un amigo de su madre. Aunque antes ya había notado su interés por la
sangre, hasta ese momento solo vivía para agradar a su familia y ansiaba
convertirse en maestra, no por gustarle los niños sino para ocultar su pasión
omnívora por la lectura, mal vista entre las venezolanas de 1921. Pero todo
cambia esa tarde. Su madre la reprende prohibiéndole seguir con los estudios.
La beata Cecilia no se atreve a llamarla vampira, pero sí «hematófaga» y
«malasangre»: más que solo concupiscente, le parece de moral torcida. En esa
década, la palabra «vampira» tiene connotaciones sexuales. El movimiento
sufragista tiene poca repercusión en la sociedad aún colonial que habitan,
inmersa en la dictadura con pretensiones dinásticas del general Juan Vicente
Gómez, pero el miedo a las mujeres «fatales» ya existía. Malasangre relata la lucha de Diana contra sus instintos
criminales, el control que ejerce sobre ella su familia y la sociedad patriarcal
y militarista en la que vive, la misma que a partir de los años veinte se
estrenó en el rentismo petrolero que marca al país hasta la fecha. Creo que de
la relación vampírica con el petróleo que tiene el país y de su atávico
militarismo se pueden sacar algunas alegorías con la presente tragedia de mi
país.
Michelle Roche Rodríguez escribe narrativa, ensayo, periodismo y crítica. Le
interesan los mitos cotidianos, la literatura y el feminismo. Con la colección
de cuentos Gente decente (Musa a las
9) ganó el Premio de Narrativa Francisco Ayala en 2017. Su ensayo Madre mía que estás en el mito (Sílex) se publicó en España en 2016. Su primer
libro fue la colección de entrevistas Álbum
de familia: Conversaciones sobre la identidad cultural en Venezuela y lo
publicó en su país Editorial Alfa. Ha colaborado con las revistas españolas Zenda, Buensalvaje, Frontera D, Quimera, Qué leer y la estadounidense Literal.
Latin American Voices, así como también con los medios culturales
venezolanos Prodavinci y «Papel
Literario», suplemento del periódico venezolano El Nacional, donde trabajó varios años. En 2014 fundó el magazine en-línea Colofón Revista Literaria (www.colofonrevistaliteraria.com).
Nació
en Caracas y desde 2015 vive en Madrid.
Su
página web es www.michellerocherodriguez.com
martes, diciembre 10, 2019
Alma Karla Sandoval - Cuestionario básico
1.- ¿Por qué escribes?
Para entender la vida y lo que se aleja de ella. No me ocurre
naturalmente y no siento que mi cuerpo ni eso que llaman imaginario se adapten
a la artificialidad que implica la ficción o la filigrana de un poema. Pero lo
que necesito expresar no aprendí a comunicarlo ni con la danza, ni con pinceles
ni mucho menos con la magia de un instrumento musical que dispersa las nubes.
Colgué palabras en el aire desde niña. Eso es todo.
2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a
la hora de escribir?
Escribo, preferentemente, de mañana con un buen café en las manos y un
jardín a la derecha. Lo hago por proyectos si de una novela o un ensayo se
trata, dedicándole de dos a tres diarias. La poesía es otra cosa, guardo los
poemas que podrían ser delicadas o salvajes epifanías en un archivo como si
fuera un cofre que no apresuro, que nunca vacío o vendo a la primera.
3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?
Más bien mis ocupaciones u obsesiones: la violencia, la soledad, la
incapacidad de los seres humanos para comunicarse. En lo poético, el diálogo
con otros autores o la fundación de reinos imposibles. Me gusta pensar en
escenarios únicos donde el poema circule libremente, es decir, campos
semánticos insólitos o reposados como si cada texto se desplazara como un barco
o consiguiera la salvación del instante de una buena pintura.
4.- ¿Algún principio o consejo que tengas muy presente a la hora de
escribir?
Confiar y desconfiar al mismo tiempo. Es decir, dejar que fluya la
expresión, preservar ese material auténtico y catártico, pero luego hacer
correcciones hasta el delirio, si es posible. También ayuda pensar que todo es
una versión de una versión que nunca será definitiva.
Suelo tener cuidado con
algunos prejuicios, por ejemplo: si escribes poesía más vale que no incursiones
en otro género porque esta te abandona. O bien: los mejores novelistas rebasan
los cuarenta años porque ya han vivido lo suficiente. No creo en recetas porque
suelen encorsetar la voz.
5.- ¿Eres de las que se deja llevar por la historia o de las que lo
tienen todo planificado desde el principio?
Depende. Hay cuentos o novelas que me gusta pensar ya están escritos de
antemano, se pensaron mucho, se dejaron madurar y reposar. Pero a veces un
argumento nos lleva y nos descubre esa ambigüedad o tensión que tanto bien le
hace al relato.
6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?
Como es una pregunta difícil, voy a mi biblioteca y observo. Encuentro a
Bishop, Juan Gelman, Marosa di Giorgio, Colette, Marguerite Yourcenar, Pessoa,
María Moreno, Chéjov, Wislawa Szymborska, Rosa Montero, Melville, Svetlana Aleksiévich,
Borges, Juan Rulfo, Claudio Magris, Pascal Quignard, Juan Carlos Onetti, Elena
Garro, Amparo Dávila, Carmen Laforet, Ana María Matute, Proust, Roberto Bolaño,
Salinger, etc. La lista cambia, claro, según las temporadas anímicas.
7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas
publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.
Son dos, una novela que sigo corrigiendo y cuyo título es El modo
Houdini. Resultó finalista en un concurso nacional de México que recibió
más de 600 trabajos. Como es una obra que describe el paisaje forense de mi
país donde la trata de personas y el feminicidio son dos flagelos imparables y,
al mismo tiempo, pretende ser una cartografía de los estragos del amor
romántico, estoy dándome un respiro para retomar el valor de intervenir ese
texto. En tanto, desarrollo un proyecto poético que comencé en una residencia
en Barcelona, el título tentativo es Un ajuar de palabras explora el
exilio, la migración latinoamericana en Europa, la política ficción sentimental
identitaria y la construcción de un lector ideal o un tú lírico que se
desdobla.
Alma Karla Sandoval (México). Poeta, periodista y profesora. Obtuvo los
apoyos del FOECA y del FONCA en 1999 y 2001. En 2010 y 2018 se le concedió la
Beca de Creadores e Intérpretes con trayectoria del PECDA. Ganó el Premio
Nacional de Periodismo, AMMPE, 2011, y los Juegos Florales de Cuernavaca,
Morelos 2012, en cuento y novela corta. Premio Nacional de Poesía Ignacio
Manuel Altamirano 2013. Recibió, por su primera novela, el Premio Nacional de
Narrativa Dolores Castro 2015 y el Premio Nacional de Poesía “Noble y Leal
Ciudad de Tepic 2015”. Obtuvo el Premio
al Mérito Periodístico 2019 y el Premio Nacional de Poesía María Elena
Solórzano 2019. Cuenta con más de veinte libros publicados. Su obra ha sido
traducida al inglés, francés, rumano, portugués y ruso,
martes, diciembre 03, 2019
Justo Serna - Historia y ficción
Un estudio profundo, desde la
admiración, de uno de los escritores más importantes de la literatura actual en
España. La obra de Javier Cercas es diseccionada en este libro por Justo Serna,
pero no sólo eso. El libro es una reflexión profunda sobre la realidad y la
ficción, ya que si algo caracteriza a Javier Cercas es precisamente su
capacidad para mezclar datos reales con datos imaginados y, tal como lo expone
Justo Serna: "escribe sus novelas esperando sacar del arte las auténticas
verdades de la existencia, esas verdades chiquititas que se revelan tras un
gesto humilde, tras un acto menor".
Relatos reales, El vientre de la ballena, Soldados de Salamina, La
velocidad de la luz, Anatomía de un instante, El punto ciego, El impostor, Las
leyes de la frontera, El monarca de las sombras… todos los títulos de
Cercas van conformando un mapa de sus preocupaciones, de su personal indagación
moral y, a partir de ésta, Justo Serna plantea interesantes cuestiones sobre la
historia y la literatura.
¿Para qué sirve leer? y, más
específicamente: ¿para qué sirve leer novelas? ¿Resulta lícito hacer pasar por
cierto lo que no lo es? Un libro es o debería ser bueno o malo en sí mismo,
tanto por lo que cuenta como por el modo en que lo cuenta, y no según el grado
de fidelidad que guarda con la realidad.
El historiador Benito Bermejo
descubre la impostura de Enric Marco y la denuncia. Y esto a mucha gente le
disgusta, no que Marco sea un impostor, sino que Bermejo lo haya destapado. Y
es que el relato de Marco era políticamente correcto, sin fisuras, los buenos
eran los buenos y los malos eran los malos, como tiene que ser. Sin embargo, la
ficción se desmorona y la realidad resulta mucho más compleja y decepcionante.
Y esto es lo que atrae al novelista Cercas, los personajes que se han expuesto,
que en algún momento se la han jugado con un gesto pequeño o grande, como
quedarse sentado en su escaño mientras los militares disparan el 23-F o
perdonar la vida de un prisionero en plena guerra civil. El ser humano es capaz
de realizar los actos más sublimes y también los más repugnantes. Cada uno
realiza una elección moral en el momento que le ha tocado vivir, decide quién
quiere ser.
Resulta especialmente interesante
la charla que mantienen Justo Serna y Javier Cercas en el XIII Congreso de la
Asociación de Historia Contemporánea, celebrado en Albacete del 21 al 23 de
septiembre de 2016 y que es transcrito íntegramente en el libro. Se plantean
cuestiones como que la ficción pura es imposible y también lo es la redacción
exacta de la realidad, pues siempre habrá un momento de suposición para
rellenar los huecos, los vacíos que la documentación no nos desvela. Se habla
de lo necesario que resultaría el papel del historiados en el debate público,
del protagonismo de la memoria y de su poca fiabilidad, de lo poco útil que
resulta el concepto de "memoria histórica", del papel real de las
víctimas, de la fiabilidad de los testigos, de las consecuencias colectivas o
individuales de los actos. Un sinfín de cuestiones que agitan la mente del
lector y le abocan a iniciar un diálogo, a rebatir o refutar lo que está
leyendo.
"Alguien sostuvo en cierta
ocasión que debemos escribir sobre lo que conocemos. Yo opino justo lo
contrario: escribo siempre sobre lo que no conozco, sobre lo que no
entiendo", dice Cercas en una de las entrevistas recogidas en este libro.
Y parece la postura correcta del escritor que no pretende aleccionar a nadie,
sino tan sólo comprender por qué alguien, en principio poco relevante, toma una
decisión heroica o despreciable en un determinado momento. En definitiva, por
qué somos como somos, y aún más importante, cómo actuaría yo en esa
circunstancia.
Un libro que aviva el debate y
que se lee con mucho interés. Un ensayo exhaustivo escrito con un estilo ágil y
muy cuidado. Un libro más que recomendable.
domingo, diciembre 01, 2019
Videoclub
Resulta que en Valencia
tenemos uno de los pocos videoclubs que todavía existen, pero es más que eso,
es un museo vivo del cine con un experto cinéfilo al frente: Daniel Gascó. Allí puedes encontrar
lo inencontrable y además Daniel te ilustra, te cuenta lo que hay detrás de la
película o de su director o de su protagonista o de la sociedad en la que se
estrenó. Visitar el videoclub Stromboli es visitar la historia del cine y
conocer a un verdadero experto en la materia. No entiendo por qué no aparece en
la televisión, presentando un ciclo por ejemplo, como le gusta hacer en la
Filmoteca y siempre que se le presenta la ocasión. No me extrañaría que hubiera
gente dispuesta a visitar Valencia sólo para conocer este rincón maravilloso.
Os invito a
que le escuchéis en una entrevista que le hicieron para la cadena Ser.
martes, noviembre 26, 2019
Golem Fest Valencia 2019
Este fin de
semana se celebró la segunda edición del Golem Fest de Valencia. Un festival
literario centrado en la narrativa de género: de ciencia ficción y terror.
Debo reconocer
que tanto la ciencia ficción como el terror me hacen revivir el cosquilleo que
sentía en mi niñez y adolescencia cada vez que compraba un libro o un cómic de
esta temática. La sensación de gozo al descubrir a Poe, a Lovecraft, a Conan
Doyle y a tantos otros.
El viernes no
pude acudir, pero el sábado me preparé para pasar allí el mayor tiempo posible,
asistiendo a charlas y presentaciones de libros, haciendo fotos y recuperando
esa inquietud que uno siente ante lo que sabe que va a ser una experiencia
enriquecedora y emocionante.
Un acto muy
especial tuvo como protagonista a la inclasificable escritora Pilar Pedraza,
que habló con Marta Querol y Ángeles Pavía de sus libros, especialmente de
"Eros ha muerto", "Pánikas", "Espectra" y
"El salvaje interior y la mujer barbuda". Sus libros tienen una
mezcla de ficción y ensayo muy atractiva, siempre desde una postura académica.
Las escritoras
Patricia Esteban Erlés, Isabel Del Río y Gemma Solsona charlaron sobre la casa
como espacio fantástico. Se citaron títulos como "William Wilson", de
Poe, "La casa de azúcar", de Silvina Ocampo, "Vendrán lluvias
suaves", de Bradbury o incluso "Casa tomada", de Cortázar.
Una mesa muy
especial reunió a Rosa Montero con María Zaragoza y Laura Fernández para
charlar sobre escritoras de género fantástico, un género que estuvo vedado para
las mujeres durante mucho tiempo. Las tres autoras, acompañadas por el escritor
Juan Miguel Aguilera, hablaron sobre su experiencia personal e intentaron
delimitar el momento en que se sintieron atraídas por el género.
Patricia Esteban
Erlés, Laura Fernández y Lola Robles presentaron la antología
"Insólitas", editada por Páginas de Espuma.
Laura Fernández
presentó "La isla de los conejos", de Elvira Navarro, acompañada por
la autora.
Luego fue Elvira
Navarro quien charló con Laura Fernández sobre su novela "Bienvenidos a Welcome".
Gemma Solsona presentó "Manderley en
venta", de Patricia Esteban Erlés.
Uno de los actos más importantes fue la entrega
del Golem de Honor a la escritora Rosa Montero que, acompañada por Marina Lomar
y Susana Alfonso, dio una charla magistral sobre el oficio de escribir
Juan Miguel Aguilera y José Carlos Somoza
presentaron "Estudio en negro". Somoza estuvo ingenioso, derrochando
sentido del humor, confirmando por qué es uno de los mejores escritores que
tenemos en nuestro país, y siempre humilde.
Patricia Esteban Erlés, Isabel Del Río, Gemma
Solsona y Ana García Herráez conversaron sobre la figura y la obra de Shirley
Jackson.
Una charla muy especial sobre la intrigante
figura de Howard Phillips Lovecraft y su imaginario fue llevada a cabo por los
escritores José Carlos Somoza y Juanjo Braulio, acompañados por el ilustrador
Javier Olivares.
La escritora Mado Martínez presentó su novela
"El tren de las almas", acompañada por Enrique Vila.
La escritora María Zaragoza dio una interesante
conferencia sobre las figuras de El Golem y Frankenstein, estableciendo interesantes equivalencias.
Parece que el Golem Fest de Valencia puede
considerarse como un evento consolidado y de gran importancia para la fantasía,
la ciencia ficción y el terror. Mi enhorabuena a sus organizadores, con una
mención especial (permítanme) a José Luis Rodríguez, incansable agitador
cultural.
martes, noviembre 19, 2019
Festival Eñe 2019
El
viernes 15 de Noviembre llegué al Festival Eñe, que se celebró ese fin de
semana en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, como todos los años. En esta
ocasión, el director era el escritor Sergio del Molino y la entrada era
gratuita. El motivo principal del Festival era la literatura fronteriza, la que
se encuentra a mitad de camino entre la realidad y la ficción, la que emana de
la memoria y la que surge del periodismo. Las perspectivas eran muy
interesantes. Probablemente por eso al llegar me encontré con que el aforo para
la charla de inauguración con Antonio Muñoz Molina y Elvira Lindo estaba
completo.
Los
escritores Miguel Ángel Hernández ("El dolor de los demás"), Adolfo
García Ortega ("Una tumba en el aire") y David Toscana ("El
último lector") hablaron sobre la realidad y la ficción en una charla
titulada "Novelas contra la imaginación", moderada por Laura
Barrachina. El escritor mexicano David Toscana dijo que sin imaginación, el
lector se rebelaría contra el autor. Y Miguel ángel Hernández y Adolfo García
Ortega, estuvieron de acuerdo al afirmar que la memoria es un acto de creación
y que al rescatarla del olvido y convertirla en novela, se ve transformada.
La
última charla a la que asistí el viernes fue sobre periodismo, una actividad
que ha tenido un amplio protagonismo en esta edición del Festival que ha
contado con México como país invitado. Su título: "El monólogo incesante:
la vigencia del columnismo". Sus protagonistas: Leila Guerriero, Manuel
Jabois y Luz Sánchez-Mellado, moderados por el escritor Jesús Ruiz Mantilla. Debo
admitir aquí que quien más despertaba mi interés en este caso era la argentina
Leila Guerriero, cuyos libros me parecen magníficos, así como la forma en que
disecciona la realidad. Hablaron de plazos de entrega, de la presión del
tiempo, de sus intereses al abordar textos que han de ajustarse a un espacio
determinado, de algunos recursos, de lo estimulante que les resulta, del
sentido del humor, de la ironía, de los "haters", de las redes
sociales, y de tantas cosas que el tiempo pasó volando.
Sábado 16. La primera charla: "Contar lo que nadie quiere saber: violencia y literatura". Autores: Edurne Portela, Martín Caparrós y Carlos Velázquez, moderados por Eva Cruz. Se habló de la fascinación que despierta la violencia en un escritor. Es difícil hacer literatura desde la complacencia y la felicidad. Se reflexionó sobre los espacios que pueden favorecer la violencia. Se habló de la situación de México, de drogas y de asesinatos. Y se lanzó la idea de que el papel de víctima puede ser un papel defensivo y político, un papel incluso cómodo, porque en la víctima no recae la culpa. Una idea esta que me pareó discutible y peligrosa. Se recomendaron varios libros: "El hombresin cabeza" y "El tiempo de las víctimas".
Sobre "La ciudad y sus alrededores" hablaron Marta Sanz, Jacobo Armero y Luis Jorge Boone, moderados por Valerio Rocco Lozano. Hablaron del placer de pasear, de observar las pequeñas cosas, de los barrios periféricos, que son los que conservan la esencia de las ciudades. Los centros, donde se encuentran las mismas tiendas en todas partes, los mismos restaurantes, han dejado de sorprender. Las personas más vulnerables son expulsadas del centro y éste termina convirtiéndose en algo parecido a un parque temático para turistas. El paseo como viaje de descubrimiento es una buena metáfora de lo que debe ser la literatura.
La tarde empezó con una de las entrevistas estrella. La escritora Karina Sainz Borgo charló con Carlos Alsina, conductor del programa de radio en Ondacero "Más de uno". Resultó muy amena, llena de anécdotas, desenfadada y cordial. Alsina y su equipo acaban de recibir el Premio Ondas 2019 por su programación especial el Día de la Radio, y contó cómo surgió la idea de emitir el programa desde la calle, paseando con los distintos invitados, trasladando la tertulia a una cafetería, y los imprevistos que fueron surgiendo mientras lo llevaban a cabo.
La
siguiente charla se titulaba "La tabarra como una de las bellas
artes", y estuvo a cargo de Juan Gómez-Jurado, Rodrigo Cortés y Arturo
González-Campos, que actuaron como un trío cómico para hablar de sus podcasts,
reunidos bajo el nombre de "Todopoderosos".
El
Premio del Festival Eñe 2019 se entregó al escritor Javier Cercas, que lo
recogió encantado y luego charló con el Director del Festival, Sergio del
Molino.
La charla estuvo llena de temas interesantes. Cercas dijo que la
literatura siempre debe plantear una pregunta compleja, de la forma más
compleja posible, y luego no contestarla. A partir de ahí, se habló de novelas
híbridas, de autoficción, del Premio Planeta, de la situación en Cataluña, que
ha alcanzado momentos inequívocamente pre-bélicos, de la utilidad de la novela
tanto en cuanto nos permite entrar en la mente de otra persona e intentar
entenderla… Dijo, un poco provocativamente, que el escritor debe ser
equidistante, ya que no debe juzgar a los personajes. Todo el mundo tiene un
lado bueno y un lado malo. Las mejores personas son capaces de cometer las
peores atrocidades.
Contó
que un crítico británico le dijo que sus novelas no se entienden en España
porque al lector español sólo le interesa saber si el autor está de un lado o
del otro. Terminó diciendo que los independentistas están intentando acabar con
la democracia en nombre de la democracia.
El
último acto fue una conversación muy divertida entre Juan José Millás y Manuel
Vilas, moderados por Berna González Harbour, y que bajo el título de "La
familia bien, gracias", transcurrió por los más inesperados derroteros,
centrándose en la visión literaria de la vida, en cómo cualquier detalle puede
contener algo terrible. El escritor pretende descubrir los misterios que se
esconden en las grietas de la realidad.
El
domingo, pude acercarme a la presentación del libro "Seis formas de morir
en Texas", de Marina Perezagua, en la fantástica librería La Lumbre. Un
local que no conocía y cuya visita recomiendo encarecidamente. La presentación
consistió en una charla entre Manu Espada y la autora y resultó muy
interesante, desvelando claves importantes del libro. Tarde lluviosa pero
francamente interesante.
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