1.- ¿Por qué escribes?
Y, los motivos son variados y disímiles. A
veces me resulta divertido, a veces me sirve para ordenar mejor las ideas, a
veces lo hago para no pensar demasiado en las cosas en las que pensaría si no
estuviera escribiendo, a veces me agarra como una obsesión con una idea y si no
la largo, no descanso. En todo caso, me
siento más en tranquilo cuando estoy en estado de «estoy escribiendo algo» que
cuando no lo estoy. Supongo que, en definitiva, escribo para evitar la angustia
o insatisfacción que siento cuando no escribo. Me parece que es una adicción.
Por ahí me lo tendría que hacer ver.
2.- ¿Cuáles son tus
costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?
Sólo escribo en pantuflas. Eso es fundamental:
las pantuflas.
3.- ¿Cuáles dirías que
son tus preocupaciones temáticas?
El poder y la construcción del poder. La forma
en las que las sociedades construyen valores. El pensamiento místico y mágico,
la construcción del sentido común, el rol de los medios de comunicación en
nuestras sociedades. La vejez, el miedo, la apatía, la muerte. La construcción
de los órdenes económicos y políticos, y los mecanismos que hacen que esos
órdenes sean aceptados por las personas como verdades naturales en lugar de
construcciones arbitrarias. La ideología como religión, el misticismo como
ideología y la falta de ideología como ideología. Y la falta de ideología como
religión, también. Las dobles vidas: quiero decir, esa capacidad para
desdoblarse que tienen algunas personas, eso de vivir en distintos ámbitos a
contramano de sí mismas con la mayor de las naturalidades. El cinismo
acomodaticio de los que están a gusto, el cinismo nihilista de los que quieren
luchar contra todo porque la única pureza posible es la de la perfección
imposible. Los ambientes que se construyen como microclimas, en los que todos
sus participantes se esfuerzan por fingir que son parte importante de algo
importante y se dan palmadas unos a otros porque quién no quiere recibir una
palmada. Y algunas otras cosas más, pero bueno, ya está bien.
4.- ¿Algún principio o consejo que tengas muy presente a
la hora de escribir?
En lo que se refiere a escribir, no tengo
muchos principios. Diría que como lector lo
que más me fastidia son los textos aburridos o pretenciosos. Trato,
cuando escribo, de no aburrirme con lo que estoy contando, porque esa es una
mala señal. Con respecto a lo pretencioso, para mí la clave está en tratar de
no subestimar al lector ni hacerme el fascinante. Ojo, uno tiene un ego. A
veces lo que uno se propone sale, a veces no.
5.- ¿Eres de los que
se deja llevar por la historia o de los que lo tienen todo planificado desde el
principio?
A veces escribo después de trazar un punteo muy
claro de todo lo que pasará en la narración y a veces parto de una situación o
un personaje y voy viendo a medida que la escritura avanza. A veces tengo el
punto de arranque y el final, y el desarrollo lo voy viendo a medida que
escribo. En todo caso, la diferencia es que cuando tengo claro de antemano todo
lo que va a pasar, el desafío de la corrección pasa por esconder la costuras,
que no quede un texto frío o acartonado; por el contrario, cuando avanzo sin
saber para dónde voy, el desafío es llegar a un texto orgánico y compacto.
6.- ¿Cuáles son tus
autores o libros de cabecera?
A mí lo de los rankings y las listas mucho no
me convence, y por otra parte, soy de memoria cortísima: si cito algún texto
después me doy cuenta de que hay otros importantes para mí que no cité. Medio
que voy leyendo y en la cabeza se me hace como una ensalada rusa que no veas.
Por eso prefiero pensar que lo mío es la intuición más que el conocimiento. A
veces me pasa que hay libros que me maravillan y a los dos o tres años no me
acuerdo el título del libro o por ahí no me acuerdo ni siquiera el nombre del
autor. En rigor, diré que lo que me influyen son más los libros que los
autores. No me suelo obsesionar siguiendo la obra de un autor, ni le exijo a
nadie que haya escrito un buen libro que toda su obra me parezca genial. Como
lector, no busco personas a las que admirar, si no libros que me movilicen de
alguna manera. Si ahora me apuran para que cite algunos libros, se me vienen a
la cabeza Caza de conejos, de Levrero; Los siete locos y Los
lanzallamas, de Artl; El talón de hierro, de London; Solaris,
de Lem; Las uvas de la ira, de Steinbeck; La posibilidad de una isla,
de Houllebecq; El farmer, de Rivera; El trabajo, de Jarkowski...
pero esto es medio lo que se me ocurre ahora. Si me hacés la misma pregunta la
semana que viene, se me van a ocurrir
otros. No porque haya cambiado de gustos, eh, sino por lo de la ensalada
rusa.
7.- ¿Podrías hablarnos
de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas
escrito o estés escribiendo.
Hace muy poquito la editorial Abducción, de
Chile, publicó la reedición de Burocracia, que definiría como una
ficción política retrofuturista con algún elemento distópico y algún otro
fantástico. Una novela que había publicado ya unos años antes la editorial
Gadir en España y Argentina. Y poquito antes de eso, también por la editorial Abducción,
estuvo saliendo en el transcurso del 2015 la Trilogía de los milagros...
tres novelas breves que hablan en clave paródica un poco de esto de la
construcción de las creencias, del sentido común y de los valores; de la
ideología como religión y el misticismo como ideología.
Santiago Ambao nació en Banfield, Argentina, en el
año 1975. Su primera novela, La peste
peor, obtuvo el accésit al Concurso de Narrativa de la Obra Social Caja
Madrid en el año 2005, y fue editada en España por la editorial LCL (y
reeditada, por la misma editorial, en el año 2013 en formato digital). Con su
segunda novela, Burocracia, ganó el Premio Joven de Narrativa de la
Universidad Complutense de Madrid en el año 2009. Burocracia ha sido
publicada por la editorial Gadir, en España y Argentina, y reeditada en Chile,
en el año 2016, por la editorial Abducción. Entre el año 2008 y 2012 alimentó
el blog Brevedades de una Morsa a la Deriva, dedicado exclusivamente a
la microficción, que dio lugar al libro digital Literatura de bajo
presupuesto.
En marzo del 2015 la editorial chilena Abducción publicó su novela
breve La invención de Dios, primera
entrega de la Trilogía de los milagros. En septiembre, Abducción editó
la segunda entrega de la trilogía: Un milagro al revés. La entrega
final, La última joda de Rinaldi, se ha editado en el mes de noviembre.
*La foto es de Musa Sabbat
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