domingo, junio 21, 2015

Club de lectura de Huércal-Overa II

Una vez más me sentí como en casa al encontrarme con los miembros del Club de Lectura de Huércal-Overa. La primera vez que tuve la suerte de conocerlos fue con motivo de la publicación de mi libro de relatos Los pequeños placeres, en 2012.

Ahora, se trataba de su última reunión antes del verano y acababan de leer mi novela Parece que cicatriza. Este tipo de encuentros siempre son muy enriquecedores. Me sorprendió saber que varios de ellos habían leído el libro dos veces. Desgranaron muchos temas: el fracaso, el balance vital, la persecución de un sueño... Uno de ellos, médico, comentó que lo había leído teniendo muy en cuenta el título y comparándolo con los procesos biológicos que impiden que una herida cicatrice con rapidez. Hablamos de la impotencia que puede sentir alguien que quiere escribir, con el sacrificio que ello conlleva y, sin embargo, no consigue que le publiquen. ¿Cómo defender entonces este trabajo de cara a los demás? ¿Qué sentido tiene seguir adelante con una tarea que se presenta inútil? Y, sin embargo, tiene sentido, el sentido de contar con un objetivo, algo por lo que luchar. ¿Es entonces Roberto Ponce, el protagonista de la novela, un fracasado? Unos pensaban que sí y otros que no pero, en cualquier caso, estuvieron de acuerdo en que mucha gente podía sentirse identificada con él, mucha gente guarda un fracaso en sus recuerdos. También se comentó la diferencia existente entre la primera y la segunda parte, resaltando que es en ésta última donde la historia adquiere su verdadera intensidad. Y así, charlando de todo esto, se nos pasaron casi dos horas sin que nos diéramos cuenta.

El Club de Lectura de Huércal-Overa ha cumplido ya siete años y continúa funcionando con el mismo entusiasmo que el primer día, sólo hay que estar presente en alguno de sus debates para darse cuenta de ello. Quizá el secreto esté en que han establecido un vínculo de amistad. No se limitan a leer y comentar libros, también realizan excursiones y actividades relacionadas con la literatura. Resulta muy interesante leer el artículo que Carolina Crespo les dedicó en el "diario de Almería" con el título, como no podía ser de otra forma, "Amor a las letras".

Es encomiable la labor que realizan Diego Gómez Rosell, director de la Biblioteca Pública de Huércal-Overa y Pedro M. Domene, como coordinadores del grupo. Un club de lectura que no se arruga a la hora de enfrentarse a libros como La montaña mágica, de Thomas Mann, Ensayo sobre la ceguera, de Saramago o Madame Bovary, de Flaubert. Su lectura para este verano: Fortunata y Jacinta
Pueden consultar la lista de los libros leídos en el blog del Club.








1 comentario:

Anónimo dijo...

SEguro que disfrutaron con tu novela. No me digas que no.

Besos