1.- ¿Por qué escribes?
Voy a apropiarme de la respuesta del escritor argentino
Rodolfo Enrique Fogwill, quien decía que escribía “para no ser escrito”. En mi
opinión, esto significa: para no ser sujeto de los discursos y políticas
públicos que pretenden definir quiénes somos y de qué forma debemos vivir. Es
decir, para expresar una cierta disidencia.
2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias,
supersticiones o manías a la hora de escribir?
Me gusta escribir por las mañanas, en soledad, sin música,
en lo posible en un ordenador, alejado de los teléfonos, cerca de mi biblioteca;
pero todo esto es negociable, y en los últimos años, y en virtud de los viajes
y compromisos de una índole u otra, he acabado escribiendo así y de cualquier
otro modo: en hoteles, en trenes, en aeropuertos, rodeado de conversaciones y
música, a mano.
3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?
A veces pienso que los escritores no somos los mejores
lectores de nosotros mismos, y que, si estoy equivocado al respecto, por lo
menos resulta más interesante (de algún modo, más “objetivo”) que sean los
lectores quienes definan qué es lo que uno hace, cuáles son sus intereses,
etcétera. La única razón que puedo recordar en este momento por la que publicar
libros es más útil o agradable que no publicarlos es que, en algún sentido, los
libros son repositorios vacíos que el lector llena de sentido para que un día
regresen a su autor y éste pueda comprenderlos; es decir, entender cuáles
fueron sus preocupaciones y qué es lo quiso hacer con ellas. Aunque esto sea
erróneo y yo, una vez más, esté equivocado, prefiero creerlo y dejar que el
lector haga su trabajo.
4.- ¿Algún principio o consejo que tengas muy
presente a la hora de escribir?
Muy posiblemente los incluidos en los poemas de Charles
Bukowski “so you want to
be a writer?” y “roll
the dice”, que me parecen imprescindibles.
5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de
los que lo tienen todo planificado desde el principio?
Ambas cosas: a menudo tengo un marco y a veces una cierta
situación que utilizo como punto de partida y a partir de los cuales trabajo con
la finalidad de que las “líneas de fuerza” del relato confluyan en una
dirección u otra y den sentido al marco u ofrezcan una solución a la situación
inicial. A menudo, también, esas “líneas de fuerza” resultan inesperadas para
mí y le dan al relato una dimensión que yo desconocía; si eso no sucede, tiendo
a creer que la historia que escribí no merece la pena y la descarto.
6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?
Muchos, realmente muchos. Nombrar dos o quince o treinta
sería aburrir al lector con una lista extensa y además incompleta.
7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo
último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.
Acaban de publicarse dos libros, la novela satírica Nosotros caminamos en sueños (Literatura
Random House) y el ensayo acerca de la desaparición de la literatura El libro tachado (Turner). Muy
posiblemente deje de escribir a continuación, y es probable que incluso deje de
respirar, todo lo cual no tiene ninguna importancia, pero también es posible
que siga haciendo ambas cosas (que en mi caso se parecen, en cierto sentido)
algún tiempo más.
Patricio Pron
(1975) es doctor en filología románica por la Universidad Georg-August de
Göttingen, Alemania. Su trabajo ha sido premiado en numerosas ocasiones, entre
otros con el Premio Juan Rulfo de Relato, y traducido a más de media docena de
idiomas. Entre sus obras más recientes se encuentran los libros de relatos El mundo sin las personas que lo afean y lo
arruinan (2010) y La vida interior de las plantas de interior (2013),
así como las novelas El comienzo de la
primavera (2008), El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia (2011)
y Nosotros caminamos en sueños (2014) y el ensayo El libro tachado: Prácticas de la negación y el silencio en la crisis
de la literatura (2014). En 2010 la revista inglesa Granta lo
escogió como uno de los veintidós mejores escritores jóvenes en español.
*Foto de Luna Miguel
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