1.- ¿Por qué escribes?
Por impulso. Para detener el
tiempo. Por el placer de multiplicarme y de ser otros. Para descubrir algo que
no sepa.
2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a
la hora de escribir?
Escribo cuando puedo, donde
puedo. No tengo rituales. Mi escritura se adapta al contexto y al caos. Mi
situación ideal es estar sola en mi casa, con un mate y mi gata cerca de la
computadora. En silencio.
3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?
Me interesa lo que está fuera de
lugar, lo que no encaja. Me atraen las miniaturas tanto como lo descomunal. Las
fisuras, los límites difusos. Cuando escribo, el tema no me preocupa demasiado,
es algo que viene después. Mi intención es dejar vivir a los personajes y ver
para dónde me llevan.
4.- ¿Algún principio o consejo
que tengas muy presente a la hora de escribir?
Arriesgar. Ir contra los lugares
comunes y contra la autocensura. Entregarme a lo que sucede en el relato.
Buscar el hueso.
5.- ¿Eres de las que se deja llevar por la historia o de las que lo
tienen todo planificado desde el principio?
Puedo partir de una idea, una
imagen o una sensación, pero nunca sé con exactitud adónde me llevará. Disfruto
el desconcierto, que un párrafo me lleve al siguiente. El asombro es un motor,
si supiera todo de antemano no tendría sentido sentarme a escribir. Si
planifico, el texto me parece impostado. Prefiero estar alerta, escuchar lo que
necesita el relato y avanzar sin saber cómo sigue la historia. Es casi un acto
de fe. Lanzarse al vacío y después ir armando el esqueleto.
6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?
Cambian según la época. Silvina Ocampo, Clarice Lispector, Henri
Michaux, Feliberto Hernández, Fernanda García Lao, John Fante, Sharon Olds,
Herta Muller, Gilles Deleuze y Tanizaki son algunos de los que están en mi
cabecera.
7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas
publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.
Estoy corrigiendo una novela
donde hay una mujer con su hijo, ballenas que quedan varadas en la costa y una
mezcla de desolación y deseo furioso por sobrevivir.
Leila Sucari: Nací en Buenos Aires
en 1987. Estudié artes visuales, periodismo y filosofía. Hice taller literario
con Fernanda García Lao y taller de crónica narrativa con Josefina Licitra.
Publiqué tres relatos de no ficción que fueron seleccionados para formar parte
de Felina, Antología para gatos (Editorial La Tuerca, 2014). En 2016 mi novela
Adentro tampoco hay luz ganó el
Primer Premio del Fondo Nacional de las Artes y en 2017 fue publicada por
Editorial Tusquets. Trabajo como periodista freelance escribiendo para revistas
como Rumbos, LaAgenda, Brando, etc.
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