1.- ¿Por qué escribes?
No tengo ni idea. Quizá escribo
para averiguar por qué escribo. Lo cierto es que al escribir pienso mejor. Con
menos niebla, con más fluidez, como si fuera otro quien escribe, alguien más
sofisticado y lúcido a quien no conozco apenas. Escribo porque así doy voz al
inconsciente, que suele estar callado si no escribo, tramando fechorías de las
que sólo tengo noticia al escribir. En realidad escribo porque no me encuentro
bien. Para no volverme tarumba. O para volverme tarumba sin riesgo de ser
recluido en una institución mental. Escribo para salvarme provisionalmente.
Para no gritar demasiado. Para transformar el tedio en pasión y la tristeza en
fuego. Escribo porque no sé vivir. Ni creo que aprenda jamás. Escribo para
hacer algo de música con el lenguaje. Para generar imágenes oníricas que me
sorprendan e iluminen como insectos de luz apareándose en la noche mientras
vuelan. Para inventar mundos alternativos que me saquen un poco del mundo real,
esa catástrofe. Escribo para comunicarme en silencio con almas afines. Para
jugar. Para ausentarme. Escribo porque algo hay que hacer, mientras el tiempo nos
aplasta. Escribo porque mi padre es librero y crecí devorando libros. Porque
adoro la ficción. Porque venero las palabras. Porque la realidad está mal
escrita. Escribo para huir del frío. Para ser mejor persona. Para detener el
tiempo. Escribo para olvidar. Y para recordar también. En resumidas cuentas: no
tengo ni idea de por qué escribo. Pero estoy lejos de entender a quienes nunca
lo hacen.
2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a
la hora de escribir?
Necesito silencio abisal. Y
ausencia de seres humanos en las proximidades. Un búnker instalado al fondo del
océano sería mi espacio ideal para escribir. O una ermita en Saturno. Porque me
distraigo fácilmente.
3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?
El fracaso. La identidad. El
desamor. La justicia. El desvalimiento. La incertidumbre. El mal. El tiempo. El
destino. El azar. El tedio. La libertad. La mentira. La ficción.
4.- ¿Algún principio o consejo que tengas muy presente a
la hora de escribir?
Cuando escribo, casi todos mis
esfuerzos se concentran en disimular eficazmente que no sé escribir. Pero nunca
olvido este consejo de Emil Cioran, que ojalá atendiera: «Sólo hay que escribir
y sobre todo publicar cosas que hagan daño, es decir, que recordemos. Un libro
tiene que hurgar en las heridas, incluso provocarlas. Debe ser la causa de un
desasosiego fecundo, pero, por encima de todo, un libro debe constituir un
peligro» (Cuadernos. 1957-1972).
5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo
tienen todo planificado desde el principio?
No tengo costumbre de planificar
nada. Prefiero ir descubriendo cada historia a medida que la escribo. Dejarme
sorprender por el baile de la imaginación en libertad.
6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?
Franz Kafka. Robert Louis
Stevenson. Herbert George Wells. Arthur Conan Doyle. Henry James. Charles
Dickens. Wilkie Collins. Jorge Luis Borges. Adolfo Bioy Casares. Julio Ramón
Ribeyro. Antón Chéjov. Edgar Allan Poe. Dino Buzzati. Quim Monzó. Patricia
Highsmith. Rafael Pérez Estrada. Javier Tomeo. Emily Dickinson. Jules Renard. Raymond Queneau. Emil
Cioran. Thomas Bernhard. Miguel de Cervantes. Ray Bradbury. Gloria Fuertes.
Ambrose Bierce. Paul Auster. Slawomir Mrozec. Vladimir Nabokov. Karen Blixen.
Antonio Porchia. Marcel Proust. Julio Verne. Wislawa Szymborska. Robert Walser.
Ramón Gómez de la
Serna. Fernando Pessoa. Podría seguir escribiendo nombres hasta
el amanecer.
7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas
publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.
Mi último libro se titula Fuerza Menor, lo ha publicado la editorial
sevillana Isla de Siltolá en 2016, y está compuesto por ficciones breves de
temática diversa que buscan seducir al lector con celeridad, aunque también
perturbarlo con lentitud.
Javier Puche. Licenciado en Filología Hispánica y profesor de piano
clásico, ha trabajado como crítico musical, corrector de estilo y guionista de
televisión. Imparte clases en la Escuela Contemporánea
de Humanidades (www.ech.es). Sus narraciones, publicadas en revistas como Quimera o Litoral, se han incluido en diversas antologías, entre las que
destacan Por favor, sea breve 2
(Páginas de Espuma, 2009), Velas al
viento (Cuadernos del Vigía, 2010) o Mar
de pirañas (Menoscuarto, 2012). Mantiene el blog literario Puerta Falsa
(puerta-falsa.blogspot.com). Es autor de los libros Seísmos (Thule, 2011) y Fuerza
Menor (Isla de Siltolá, 2016).
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