1.- ¿Por qué escribes?
Porque es de las pocas cosas que se
me dan bien, creo. Y luego porque es una cosa que trabajo.
2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a
la hora de escribir?
Tengo un boli dorado Spirit of St
Louis que reservo para escribir mis cosas «literarias» desde hace muchísimos
años (no sé si desde el primer libro, pero casi). Está ya muy descascarillado,
así que es posible que pronto lo jubile y lo sustituya por un Cross plateado
que me regaló una amiga. Ya ves que me tienta el brilli-brilli.
3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?
No parto nunca de «temas» sino de
historias. Lo que no quiere decir que luego, al ver lo escrito, no detecte
«temas». Está claro que me preocupan, por ejemplo, las relaciones imposibles
que son posibles. Pero nunca parto de eso. Tengo que «ver» una historia, que supongo
que viene ya con sus «temas» puestos. Me parece que está bien no ser demasiado
consciente de que ahí están, o al menos no darles mucha importancia. Eso podría
llamarse inspiración, que también creo que es importante.
En
todo caso, estoy perfectamente capacitado para hablar de los «temas» de mis
libros, cosa que hago impenitentemente, pero siempre recordando que todo ese
discurso es a posteriori. Es algo que viene de como me leo, no de como escribo.
4.- ¿Algún principio o consejo
que tengas muy presente a la hora de escribir?
Ninguno general, pero sí muchos
particulares, relativos a lo que estoy haciendo en ese momento. Pienso en el
conjunto. No suelo reprimir nada, pero sí pienso en compensar. Por ejemplo: en Habitación doble me di cuenta, avanzado
el libro (lo juro), de que salían muchos hijos y padres (algo superobvio), y
decidí en cierto momento que ya no podían salir más. Dio perfectamente igual:
siguió siendo un libro sobre hijos y padres, entre otras cosas (espero).
5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo
tienen todo planificado desde el principio?
Necesito tener un plan, o la
sensación de tenerlo, para empezar a escribir. Incluso un guión escrito. Luego
el plan se va modificando, adaptando, porque uno, claro, no es capaz de
preverlo todo. Pero muchas veces me sorprende cómo se parece el resultado a ese
plan inicial.
6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?
Muchos. Diré dos: Rojo y negro de Stendhal entre los
antiguos, y La mujer en silencio de
Janet Malcolm entre los contemporáneos.
7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas
publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.
Sobre lo que estoy escribiendo,
tengo un plan, sí, jajaja, pero mejor no lo cuento. Lo último que escribí de
«ficción» me queda ya algo lejos (Habitación
doble es de 2010). Llevo unos años dedicado a unos artículos sobre lengua y
estilo, que se han ido publicando en la prensa digital y que muy pronto cerraré
y reuniré en un libro. Como considero escribir (cualquier cosa) una disciplina
y una artesanía, no veo una diferencia sustancial entre la prosa narrativa y la
discursiva: noto que me exigen lo mismo, y procedo de manera muy muy similar;
las diferencias son anecdóticas. De hecho, me preocupan muy poco los géneros.
Luis Magrinyà nació en Palma de Mallorca en 1960 y vive en Madrid
desde 1982. Estudió Letras y Fotografía. Ha trabajado como traductor,
lexicógrafo y editor. Es autor de dos libros de cuentos, Los aéreos (1993)
y Belinda y el monstruo (1995), de las novelas Los dos
Luises (Anagrama), que recibió el Premio Herralde del año 2000, Intrusos
y huéspedes (Anagrama, 2005) y Habitación
doble (Anagrama, 2010), que obtuvo el premio Otras Voces, Otros Ámbitos.
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