La última película de Roman Polanski, “Un dios salvaje”, está basada en una obra de teatro de Yasmina Reza. Sólo cuatro personajes y un escenario. Un conflicto que están dispuestos a resolver como personas civilizadas: el hijo de unos le ha dado un golpe con un palo al hijo de los otros. Lo que importa es el bien de los niños, la educación, que entiendan que la violencia no resuelve nada. El agresor debería disculparse voluntariamente, no porque le obliguen, de lo contrario no serviría de nada. Eso defiende la madre del muchacho agredido, Penelope Longstreet (Jodie Foster), mujer culta, con conciencia social y sensibilizada por el sufrimiento que se padece en otros países, precisamente está escribiendo un libro sobre África. Su postura choca frontalmente con el padre del agresor, Alan Cowan (Christoph Waltz), que está dispuesto a reprender a su hijo, pero no a que se criminalice su acción, a fin de cuentas son sólo niños. Nancy Cowan (Kate Winslet), por su parte, quiere resolver el asunto, mostrarse implicada en la resolución del conflicto y, de paso, conseguir que su marido también se implique, si acaso un poco más de lo que parece habitual. Y Michael Longstreet (John C. Reilly), tan sólo parece dejarse llevar, seguir el ritmo que marca su esposa.
La velada transcurre a un ritmo endiablado. Los diálogos son ágiles, muy amenos y muy divertidos. La situación evoluciona gradualmente y se va tensando, las posturas bien se radicalizan o bien dejan entrever que uno no cree tan firmemente en lo que se supone que está defendiendo. La educación de los hijos, las exigencias del trabajo, la dependencia del teléfono móvil, lo políticamente correcto, la conciencia social, las posturas morales ante las injusticias... todo queda cuestionado en esta historia. Un vómito en toda regla, tanto real como figurado, contra convenciones e imposiciones culturales.
El guión fue escrito entre Yasmina Reza y el propio Polanski, mientras éste se encontraba recluido en Suiza por la acusación de violación a una menor que tantos ríos de tinta hizo correr en su momento. Y tal vez se puedan interpretar algunas de las cosas que aquí ocurren como un particular grito de indignación ante hipocresías y dobles morales. En un momento dado, uno de los personajes dice que cada vez que ve a Jane Fonda en la tele hablando de solidaridad, le entran ganas de afiliarse al Ku Klux Klan. Ahí queda eso.
“Un dios salvaje” es un film agudo que divierte e invita a la reflexión. El guión es excelente y nos hace recordar películas memorables, como “¿Quién teme a Virginia Woolf?”, de Mike Nichols. Diálogos rápidos, ingenio e ironía que no dan tregua al espectador. Por su parte, Polanski mueve la cámara tan eficazmente que nos olvidamos de ella para asistir a esa exhibición de grandes interpretaciones, entre las que destaca por méritos propios la de Christoph Waltz. El plano final es un toque maestro, un cierre sutil y a la vez perfectamente explícito sobre lo inútil que resulta a veces discutir sobre algo que evolucionará con normalidad sin nuestra intervención, sin nuestro afán de normalizar absolutamente todo.
8 comentarios:
Me atrae muchísimo esta película, he leído muchas opiniones sobre ella y he de decir que, sin haberla visto, a mí también me recordó a ¿Quién teme a Virginia Woolf?
Cine, cine, cine
No he visto todavía esta película pero sí he leído buenas reseñas sobre ella.Los últimos filmes de Polanski han sido verdaderos fiascos,amigo.Con tu entrada no me hago esperar más.
Un abrazo.
A mi me encantaron tanto la película como la obra de teatro que tuve la suerte de degustar en mi ciudad hace algún tiempo, me recordó a las películas antiguas, sin efectos especiales ni grandes escenarios, sólo trabajo de actores y un buen guión.
D.
Acabo de verla y es sencillamente estupenda,mi querido amigo.Tu reseña ha sido la culpable de ir a verla,y,bendita culpa,todo sea dicho.
Un abrazo,Miguel.
Ya estoy tardando en ir al cine. Tengo tantas ganas de verla, como pereza de levantarme del imaginario sillón de mi rutina.
Todavía no llega y me interesa.
Bien por adelantarme a la historia.
Abrazos cinéfilos.
La primera vez que supe de ella me pareció un excelente reparto, y sobre todo me atrajo que se tratara de una obra de Yasmina Reza: nunca olvidaré "Arte", que vi en Madrid con su reparto primero (Flotats, Pou e Hipólito) en mi viaje de novios. La referencia que haces a los diálogos de “¿Quién teme a Virginia Woolf?” me motiva más aún, pero esperaré, como tantas veces, al DVD para verla en original. Un saludo.
Habrá que verla en cuanto se estrene. saludos
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