sábado, marzo 24, 2007

Rutina

La escritora Antonia Romero, en su blog “Firmas Invitadas”, ha tenido la amabilidad de incluir mi relato “Rutina”.

Le doy las gracias y os invito a leerlo.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Leo mucho cuento e intento escribirlos incluso, pero este relato de RUTINA, es lo mejor que he leído recientemente. Felicidades.

Pamela Albarracín dijo...

te felicito y abrazo tu magnífico talento.

Clarice Baricco dijo...

Otro relato llegador.

Lindo que Antonia lo haya compartido.

Saludos

Portarosa dijo...

Me ha gustado, Miguel.

Un abrazo.

Rosa Silverio dijo...

Qué bonito que Antonia tenga ese espacio para compartir a escritores amigos. Me dio alegría verte ahí. Tu relato también me gustó mucho. Como siempre. :)

Un abrazo.

Laura Diaz dijo...

Kafkapro: me gustó muchísimo. ¿Sabes porqué? Porque el personaje es humano y creíble, aunque pueda sorprendernos su actitud omisa e indiferente mientras almorzaba. Y luego, claro, porque nada es gratis en esta vida. Bueno! Un abrazo

Rosa Ribas dijo...

Allá voy
Saludos
Rosa

Francisco Ortiz dijo...

Más emocional, más comprometido, pero me gusta más la primera parte, irracional, que la segunda, cargada de buenas intenciones pero más floja narrativamente hablando, demasiado transparente en contraste con la primera, que me parece sobresaliente por ese misterio, esa indefinición para que la tan dotado estás como escritor. Un abrazo, Miguel.

Miguel Sanfeliu dijo...

José Romero, cuánto agradezco tu elogio, de verdad. Me alegra que te gustase.

Pamela, me alegra verte por aquí. Gracias por el abrazo.

Clarice, sí, ha sido muy amable por parte de ella invitarme a su espacio. Me gusta que llames a mis relatos "llegadores", es muy gráfico. Y esta vez te diré que también es "llegador" tu texto en Narrativas. Enhorabuena. Es una publicación fantástica.

Portorosa, gracias.

Rosa, sí, ha sido muy amable. Me ha gustado tu último texto en Narrativas. Ya lo había leído en tu blog y me sigue pareciendo duro y elegante.

Laura, me alegra que te haya gustado. Su actitud indiferente puede sorprendernos, pero te sorprenderá quizá más saber que ese episodio ocurrió de verdad y no creo que el tipo se encuentre en Africa precisamente, quizá hasta haya ascendido.

Rosa Ribas, adelante pues. Me gustaría saber qué te parece.

Francisco, tus consejos son importantes y los valoro mucho. Gracias.

Un abrazo a todos y gracias por los comentarios.

DIARIOS DE RAYUELA dijo...

Ayer cuando llegué a casa me preguntó mi mujer si ya había leído tu relato. No te lo pierdas, me dijo. Confieso que aún no me había puesto a ello, siempre ando rezagado -mil perdones-. Ya estoy al día y contento de habeme puesto. Me parece un buen cuento. Me gusta más, como a Ortiz, la primera parte, pero destaco del conjunto una falta de precisión en el detalle que le viene muy bien a lo narrado y que deja en lector la posibilidad de la recreación, siempre muy interesante.
Enhorabuena, Miguel.

Anónimo dijo...

genial el relato, te felicito por buen trabajo, buen post
saludos

Miguel Sanfeliu dijo...

Diarios de Rayuela. Me alegra que os haya gustado. No sabía que también me leía tu esposa. Mi agradecimiento a ambos.

Un abrazo.

Rosa Ribas dijo...

Miguel, disculpa que haya tardado tanto en mandarte un comentario después de anunciarte que iba a leer al momento tu relato. Yo misma debería ser consciente de cómo se puede interpretar un silencio así.
A mí también me ha gustado más la primera parte del relato y me hubiera bastado con esa parte -quizás con un poco más de énfasis en esa especie de parálisis emocional que parece sufrir el médico ante la situación de pelibro- sin necesidad de un final que lo redima.
Me ha gustdo mucho el tempo del relato, sobre todo en la primera parte y me parece muy acertada esa forma de narrar sin patetismo tanto los hechos que lo llevan a caer en desgracia como la desgracia misma.
Es siempre un placer leerte.

Desde aquí también mis felicitaciones a Antonia por esta linda idea de invitar a otros autores.

Miguel Sanfeliu dijo...

Rosa, muchas gracias por tu opinión.
Tienes razón que uno tiende a interpretar los silencios como que el relato no ha gustado. Me alegra que no haya sido así.
Es cierto que el final puede resultar moralizante, y sería más inquietante si finalizara donde tú dices. Pero a veces uno tiende a llevar las historias un poco más allá.

Un saludo.