miércoles, abril 03, 2013

Pepe Cervera - Cuestionario básico



1.- ¿Por qué escribes?

Ay, Miguel, esa es la pregunta del millón, el gran misterio, cuestión recóndita e inaccesible. ¿Por qué escribo?... ¿Por fama?: pecaría de vanidad. ¿Por dinero?: resultaría demasiado mezquino, demasiado prosaico. ¿Por alcanzar la inmortalidad?: sería tirar a pretencioso. ¿Por follar?: un amigo poeta me dijo hace muchísimo tiempo “si quieres follar, métete a cantante”; por la parte que me toca, tenía razón. ¿Por tener algo que decir?: JA ¿de verdad tengo algo que decir, algo que interese a otro, algo que me interese a mí mismo? Carezco de respuesta. Es cierto que tengo la impresión de que escribir no es algo que uno vaya buscando; escribir es algo con lo que uno tropieza. Estás leyendo tan tranquilo y ¡Zas! de repente, un día, te descubres escribiendo, y no encuentras motivos para dejar de hacerlo. Contreras: esa es una de las cualidades que me atribuyen quienes me conocen mejor. Llevar la contraria por sistema. Si la doy por buena, respondería a tu pregunta con esta otra: ¿Por qué no escribir?

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

No me considero un hombre sujeto a estrictas disciplinas. No escribo sujeto a horarios, e incluso puedo sobrevivir varias semanas sin tomar una sola nota. No obstante, cuando me meto en harina, prefiero reconocer el espacio, distinguir los olores, los sonidos que me rodean, tener al alcance de la mano el lomo de mis libros, frotar la espalda contra las paredes, contra las baldas de las estanterías. No suelo escribir en bares, ni sentado a la orilla del mar, ni al abrigo de las estrellas. Aunque sí he tomado apuntes con el coche parado en un semáforo. Pero escribir, lo que yo entiendo por escribir, o sea, tirarse cuatro o cinco horas seguidas intentando poner orden en un puñado de palabras, procuro hacerlo siempre en el mismo sitio, acompañado de María Moliner, que nunca me falla, y de mis bolígrafos, mi papel sucio, mis rotuladores fluorescentes, mi ordenador…

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

Hasta ahora, desde el punto de vista de escritor y de lector, prefiero dedicar mi atención a las historias que hablan del individuo y lo que le rodea en la sociedad actual; la literatura del “yo”, aunque ahora parece que no esté muy bien vista. El “modernismo” (o “los modernos”, qué se yo) obliga a enfocar la mirada hacia otros paisajes, tal vez muy cercanos al artificio. A mi no me pone. Me gusta leer sobre los desencuentros y los encuentros generacionales, las relaciones sociales, la amistad y la enemistad, los afectos y los desapegos, los amores y los desprecios. Miserias miserias miserias. Los imponderables, que dijo John Cheever.

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?


Paciencia y honestidad. Creo que son dos facultades que resultan provechosas para enfrentarse a la página en blanco; también sirven para enfrentarse a la misma página cuando ya está escrita.

5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo tienen todo planificado desde el principio?

Depende de lo que lleve entre manos. Hay narraciones que salen repentinamente y con violencia; cuando las has escrito sabes que no vas a cambiar ni una coma. De ahí oscilaremos hasta el extremo contrario, esas otras historias que te llevan de acá para allá, dando bandazos, zigzagueando, y que un día crees tener un inmejorable principio, o haber llegado a un buen final, y tres años más tarde decides modificarlos.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

Después de tantos libros leídos, uno va discriminando sus lecturas por etapas. De manera que cada vez me resulta más difícil elegir un autor o un libro para señalarlo como superior respecto a algún otro, ya que los que hoy pueda considerar no tan buenos, en algún momento me parecieron incomparables. Últimamente me encuentro muy a gusto con Paul David Heaton, Richard Ashcroft, o Fran Healy, que para mí ya son como clásicos. También acabo de descubrir a un tal Glen Hansard, y me gusta mucho, mucho, mucho, lo que hace.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.

Una de mis primeras intenciones en mi último libro de relatos, “29 cadáveres”, fue evitar el tono autobiográfico; quería desviarme de lo que ya había hecho hasta el momento, averiguar si era capaz de escribir sobre algo distinto al mundo y a la gente que me rodea. Me planteé el libro como un trabajo de encargo. Tiré de hemeroteca para alimentarme, y salieron ocho relatos sobre asesinos en serie. En principio nada que ver conmigo. No obstante, ahora, cuando se ha publicado, y he vuelto a leerlo, pienso que no lo he conseguido del todo, detecto algo en los ambientes, algo en los personajes, que me dice: Pepe, los has vuelto a hacer, has vuelto a las andadas, ¡ay! otra vez hablando de ti mismo.




Pepe Cervera (Alfafar -Valencia - 1965) ha publicado cuatro libros de relatos:    El tacto de un billete falso (editorial Denes, 2007), Conozco un atajo que te llevará al infierno (“e.d.a. libros”, 2009), Premonición (editorial Paréntesis, 2010), y 29 cadáveres (editorial Menoscuarto, 2013).
Ha sido incluido en las antologías Siglo XXI. Los nuevos nombres del cuento español actual (edición a cargo de Fernando Valls y Gemma Pellicer, editorial Menoscuarto, 2010), y Velas al viento. Los microrrelatos de la nave de los locos (edición de Fernando Valls, editorial Cuadernos del vigía, 2010).

1 comentario:

Ernesto Calabuig dijo...

Enhorabuena a los dos! Un abrazo. Ernesto