domingo, julio 20, 2008

Tareas pendientes

A veces, en el mes de Julio, mi familia se va a la playa y dejan que me quede entre mis libros, escribiendo, leyendo, adelantando una tarea ingente que no tiene fin. Cuando llega ese momento, pienso que debo aprovechar cada minuto. Madrugo. Me siento delante del ordenador y sólo me levanto para comer y, a última hora, para ver una película en la televisión e irme a dormir.

Sin embargo, a veces ocurre que me quedo en blanco. Empiezo a perder el tiempo. Busco un libro o pongo orden en una estantería o reviso el correo… Pero no escribo. No sé por dónde empezar… Demasiadas cosas se me amontonan y, a veces, veo que el tiempo pasa y yo no he adelantado gran cosa. Esto me desespera, me crea una gran ansiedad y, con frecuencia, en esos momentos, me siento culpable.
Pero también es verdad que yo no podría vivir sin escribir. Además, cuando no escribo durante varios días me suelo poner de mal humor. Pienso que ese fin de semana que estaré sólo me cundirá el tiempo y terminaré muchas cosas… Pero luego resulta que hay días en que no termino nada y siento que me falta la respiración.

Este fin de semana, por ejemplo, me dediqué a mover libros. Siempre he querido hacer una base de datos para saber exactamente lo que tengo, aunque suelo saberlo. No obstante, me ha ocurrido en un par de ocasiones que he comprado un libro que ya tenía. Entonces pienso que tengo que hacer una relación de mis libros. Pero eso sería un trabajo atroz, así que se me ha ocurrido fotografiar los libros. Es una base de datos fotográfica. Y así pasé varias horas, fotografiando estanterías.

Otra tarea que me ocupa bastante tiempo es elegir los libros que me llevaré este verano. Siempre llevo más libros de los que puedo leer, pero eso es otra cuestión, al menos los paseo. Hay algunos que creo que tengo claros: “Pasando página”, de Sergio Vila-Sanjuan, un ensayo sobre el mundo editorial en España, en los veinticinco primeros años de su democracia. “Vía revolucionaria”, de Richard Yates, todo un clásico estadounidense que justifica el hecho de que al autor se le compare con Cheever y su influencia se reconozca en gente como Carver o Richard Ford. Copio el texto de la solapa: «Alguien me preguntó en una fiesta sobre mi novela y le respondí que estaba escribiendo sobre el aborto. Le dije que era una sucesión de abortos de todo tipo: una obra abortada, varias carreras abortadas, una infinidad de ambiciones y planes abortados, todo lo cual conduce a un aborto real, físico, y a una muerte al final. Tal vez ése sea el mejor resumen de la novela que pueda ofrecer. Durante los cincuenta prevalecía un generalizado deseo conformista en todo el país, y no sólo en las urbanizaciones: una suerte de búsqueda de seguridad, ciega y desesperada, que se encarnó políticamente en el gobierno de Eisenhower y en la caza de brujas de Joe McCarthy. Muchos estadounidenses estaban muy preocupados por ello, pues parecía una traición absoluta a nuestro más gallardo espíritu revolucionario, un espíritu que quise ver encarnado en el personaje de April Wheeler. El título alude a que la vía revolucionaria de 1776 había llegado prácticamente a su fin en los años cincuenta”. Promete ¿verdad? Otro libro que llevaré conmigo es “Milena”, la semblanza que escribió Margarete Buber-Neumann sobre Milena Jesenská. Ambas se conocieron en el campo de concentración de Ravensbrück. Buber-Neumann es autora de un clásico de la literatura sobre experiencias en campos de concentración titulado “En las cárceles de Stalin y Hitler”, que también tengo pero cuya lectura dejaré para más adelante. También quiero este verano leer uno de esos libros que me avergüenza reconocer que tengo pendiente: “Los detectives salvajes”, de Roberto Bolaño. Libros extensos, ideales para leer cuando se tiene tiempo libre por delante. Pero llevaré otros, seguro, al menos cuatro o cinco más que aún no he decidido.

14 comentarios:

Ruth dijo...

Qué identificada me siento contigo. Suele pasar que, cuando más tiempo tienes para hacer algo, ese algo que siempre quieres hacer pero no tienes tiempo, te quedas en blanco. O se te quitan las ganas. O encuentras mil excusas para no "poder" hacerlo.
Disfruta de tu lectura y tu tiempo libre. Yo también paseo libros, no vaya a ser que me los acabe todos y me quede sin nada que echarme a los ojos, sería una gran desgracia.

Clarissa dijo...

A veces, el tiempo que pasamos sin escribir es como el de un campo dejado al berberecho, que produce abono del que nos alimentaremos más tarde. No es bueno forzarse ni frustrarse ni obligarse a nada.
Un saludo

Anónimo dijo...

Mira que a mí me pasa al contrario: son más los momentos de culpabilidad porque relego la escritura a los márgenes del día, no soy capaz de ponerme, me distraigo y continuamente me atormento con excusas. No sé qué me pasa. Llevo una temporada muy extraña.

Ánimo, pese a todo.

Laura Diaz dijo...

mCreo que vivimos bajo la culpa de la civilización judeo cristiana, que considera pecado no hacer nada. Eso se nos mete en la piel y al final, en los genes. Así es que terminamos por convencernos que si no estamos ocupados, perdemos el tiempo. Cualquier tarea, más aún las artes y las ciencias, requieren, no solamente de paréntesis dentro del que hay que incluir el ocio, sino que también de períodos de "contemplación" o de no hacer nada de nada. De ellos surgen las ideas o, simplemente, la energía para crear.

Es muy fácil identificarse contigo porque todos padecemos de la misma "dolencia".

Cuando me pasa lo que a tí, y me ataca el autocastigo por la culpa, me obligo a convencerme que si dejo pasar las horas y los días, es porque mi cabeza (o mi cuerpo) lo necesita.

A veces, el tiempo "muerto" es el más vivo pues de él surgen las ideas, la creación, las musas.

Vale la pena el intento, porque la vida es demasiado breve para culparnos a nosotros mismos por ser humanos.

Un abrazo

PD. Una gran amiga siempre repite que se dedicó a la física porque desde siempre mantiene un contencioso con el tiempo. En suma, que me temo que lo que a tí te pasa, integra la condición humana.

Diego Zúñiga dijo...

Lo del tiempo y la escritura y el sentimiento de culpa es algo que creo que compartimos varios. Es terrible, jaja. Yo ahora estoy de vacaciones y espero leer y escribir todo lo que no he podido escribir y leer porque he estado en clases, pero ya han pasado dos semanas y sigo sin avanzar mucho. Pero bueno, hay que seguir e insistir.
Lo de las fotos me parece notable, ajaj, me dieron ganas de hacerlo.
Y las lecturas pendientes, bueno, qué quieres que te diga, TE ENVIDIO!!! Me encantaría no haber leído los detectives salvajes y tener la opción de hacerlo ahora y maravillarme como me maravillé hace años, cuando lo leí y sentí que cambiaba algo. Y "Vía Revolucionaria" sin duda es una de mis novelas favoritas, grandes, enormes, al lado de Cheever y Carver sin problemas. A ratos superior, no sé, es una gran gran novela.

Disfruta esas lecturas! y sigue sentándote frente al computador y teclea, teclea, que ya las historias empezarán a tomar forma.

Un abrazo!

Elena Casero dijo...

Yo tampoco sé estar sin escribir muchos días, me pongo de mal humor, como si tuviera un sarpullido y no sé por dónde.

¡vaya! veo que no soy yo sola la que pretende hacer una base de datos.
Ya he empezado a hacerlo tres veces y dos de ellas, cuando estaba a punto de terminar .... ¡plaff¡ se estropeó el ordenador

El Doctor dijo...

Veo que andamos igual,mi querido amigo.Yo ya no me molesto en colocar mis libros recién adquiridos en las ya abarrotadas estanterías.Los dejo apilados sobre una silla o dos.En verano me gusta más releer,quizá por eso del eterno retorno estival.Me gusta volver a los cuentos de Slawomir Mrozek,Alfred Polgar y Simenon.

Que disfrutes de tiempo y buenas lecturas.
Por cierto;Los detectives salvajes de Bolaño es un magma febril de historias que se retroalimentan y enseñan qué es jugarse la vida por la literatura,el salvaje placer de la lectura como pesquisa.

Un fuerte abrazo.

Elena dijo...

Comparto plenamente tus palabras. No he leído ninguno de los libros que mencionas, pero adoro el momento de escoger los libros que viajarán en nuestra maleta, y también suelo pasear unos cuantos (¿y si alguna vez me quedo corta y no tengo libros suficientes? ¡No quiero ni pensarlo!).

Por otro lado, empecé una base de datos de mis libros hace tiempo, pero la dejé sin terminar... Quizás este verano la retome.

Que disfrutes de tus ratos de escritura y lectura. Y que las musas te sean propicias.

Un saludo

Víctor(H) dijo...

Hola. He llegado a tu blog de casualidad. Eso de la página blanco, yo lo soluciono saliendo a la calle y caminando horas hasta que los zapatos se resientan. Siempre resulta.
Que bonito ver Los Detectives Salvajes fotografiado allí entre otros libros. Grande Bolaño! (Ojalá la película no se aun fiasco).
Volveré por acá.
Saludos!

Miguel Sanfeliu dijo...

Amigos, muchas gracias por vuestros comentarios.
Si no recuerdo mal, la acumulación de tareas puede llevar a un bloqueo. Espero que no ocurra. Es lo que me faltaba.

Comprendo que los momentos de ocio son necesarios, pero en este momento tengo que finalizar varias cosas que se han ido amontonando. La inmovilidad viene más del no saber por dónde empezar... así que, por paradójico que resulte, a veces uno no empieza por ninguna parte... Sería gracioso si no desesperara.

Los libros también se me desbordan. Hay dos columnas en el suelo, pero esto no lo saco en el blog, claro, que uno quiere preservar cierta imagen... :)

Es curioso que sintamos esta obligación hacia una tarea que, en principio, puede parecer voluntaria. Aunque no lo sea, claro. Todos sabemos que escribimos por necesidad.

Y pasear libros se está convirtiendo en una especialidad. Algunos van y vienen sin leer, por falta de tiempo, porque luego se cruzó otro... mil cosas. Pero seleccionarlos, hojearlos, cambiarlos de sitio... debo admitir que me encanta.

Un abrazo a todos.

Clarice Baricco dijo...

Me ha causado mucha gracia el inventario fotogràfico. Resultaste muy pràctico eh? Buena idea.
Recientemente arreglè mis libros. Varios dìas me llevè y una noche terminè al amanecer. Ahora me faltan las pelìculas, ufff...Los discos ya quedaron por gèneros.
Creo que ahora tendrè que tomarles la foto, jaja...

Cuando estoy de vacaciones, es cuando menos hago nada de nada. Creo que mato el tiempo sin prisas, sin agobios, sin reloj. No escribo, pero bueno, al contrario de ti, yo no podrìa vivir sin leer.
He intentado escribir pero no concreto nada. Son vacaciones no? ja!

De tus libros elegidos para tus vacaciones, sòlo conozco el de Bolaño, que por cierto no me gustò mucho, perdòn. A L le encantò.

Perdamos el tiempo en las tareas pendientes.

Saludos.

G

Anónimo dijo...

Contra el bloqueo no poseo un antídoto. Contra el desorden de libros...
No sé si conocerás la página filmaffinity.com, en la que puedas valoran películas. Bien, existen dos páginas sobre libros que te pueden ayudar a reorganizar tu biblioteca, al menos virtualmente (así como otras ventajas como ver las recomendaciones de otros amigos). Una es anobii.com y otra que he descubierto esta semana, y que además es española, w.librofilia.com.

Te veo por allí ;)
Anacleto.

Rosa Silverio dijo...

Apreciado Miguel:

Espero que disfrutes este verano y por supuesto de las lecturas.

Leí Detectives Salvajes precisamente el verano pasado y me gustó mucho, es un libro emocionante y tiene unas escenas muy divertidas... ya verás.

Con relación a lo de tu tiempo libre y la manera de administrarlo, pues bueno, a mí a veces me pasa lo mismo y entonces descubro que al final he hecho pequeñas cosas, pero a fin de cuentas no he hecho nada, o por lo menos nada de lo que me había propuesto.

Lo que he tratado es de organizarme en una especie de rutina, aunque siempre la estoy cambiado e improvisando en el camino.

Abrazos,

Ro

Portarosa dijo...

Hola, Miguel.
¿Y qué tal el libro de Yates? ¿Lo leíste, al final?