miércoles, marzo 21, 2007

Desde mi cielo


Hay libros que sobreviven al vertiginoso mercado editorial, libros que vuelven una y otra vez a las mesas de novedades, de los más vendidos, porque la gente los busca, habla de ellos y los mantiene vivos de una forma milagrosa. Este es el caso de “Desde mi cielo”, de Alice Sebold. Yo mismo lo compré porque un amigo me lo recomendó vehementemente. La sinopsis de su trama no me había impulsado a comprarlo, ni siquiera las críticas positivas, sencillamente porque no me gustan las historias narradas por un personaje muerto, es una manía personal. No, creo que no es grave, pero nunca se sabe, podía haberme perdido la lectura de este libro.

La historia está narrada por una niña, Susie Salmon, que ha sido violada y asesinada y se encuentra en un cielo muy particular desde el que es testigo de todo lo que acontece tras su muerte, del impacto que este crimen tiene en la comunidad en la que reside su familia. La niña nos cuenta su muerte en un capítulo terrible y magistral que nos llena de desasosiego y, a partir de ahí, nos habla de su familia, del policía encargado del caso, del anodino asesino que vive en la misma comunidad sin que nadie sospeche de él, de la terrible pérdida que toda muerte conlleva. Y el punto de vista de esta historia, esa niña en el cielo lamentando todas las experiencias que ya no podrá vivir, resulta inmejorable por su eficacia. El relato está impregnado de nostalgia, de tristeza y resulta demoledor. A medida que uno avanza en su lectura siente cómo el corazón se le va encogiendo, un peso se sitúa en la boca del estómago y, gradualmente, uno va tomando conciencia de lo terrible que esa pérdida resulta. La voz de la niña narradora se va haciendo familiar y el drama se interioriza. Pero que nadie crea que se trata de un libro sensiblero o ñoño o melodramático, nada de eso, es precisamente la naturalidad de la voz de la niña muerta, su falta de dramatismo, lo que hace que el texto sea mucho más doloroso.

A estas alturas, todo el mundo sabe ya que la autora, Alice Sebold, sufrió una violación en su juventud. Y siempre se cita este acontecimiento al hablar de este libro. Alice Sebold exorcizó los fantasmas de aquel lamentable episodio en la dura “Afortunada”. “Desde mi cielo” va más allá y denuncia las terribles consecuencias que un acto violento acarrea, poniendo de manifiesto que la principal víctima de una sociedad violenta es la infancia.

5 comentarios:

malambruno dijo...

Tu comenterio, como siempre, me induce a la búsqueda y la lectura.
Pero, ¿qué tienes contra los muertos? ¿No te gustó Pedro Páramo?
Un saludo.

Elena dijo...

Leí el libro hace algunos años y me gustó, aunque creo que no es de lo mejor que he leído. Sí que me sorprendió la naturalidad con que suena la voz de la protagonista, quizás el mejor logro de la novela y de la autora. Es cierto que su lectura sobrecoge y maravilla al mismo tiempo.

Un saludo

Clarice Baricco dijo...

Lo quiero leer.
Lo apunto porque tu reseña inyecta a comprar el libro.

(Sabes que en ese sitio, están tomando nota de cada una de tus letras. No se pierden ni una.
Escribes para ellos. Los cuates de ella. Tú sabes).

Otra vez gracias.

Abrazo primaveral

Miguel Sanfeliu dijo...

Malambruno, ya digo que no es nada grave. Claro que me gustó Pedro Páramo. Y también la película "El crepúsculo de los dioses". Pero si la historia la narra un muerto, a no ser que el libro me sea recomendado especialmente, suelo apartarlo. Cuestión de preferencias. Me pasa lo mismo con los libros narrados en segunda persona.

Elena, estoy de acuerdo en que hay libros mejores, por supuesto. Pero éste se lee con interés. La voz narradora consigue penetrar en nosotros y tocarnos la fibra sensible.

Clarice, es duro pero creo que te gustará. Gracias a ti.

Un saludo y gracias por los comentarios.

Rosa Silverio dijo...

Querido Miguel:

Muchas gracias por la recomendación. No conocía este libro. Me alegra que te hayas motivado a leerlo y que ahora lo compartas con nosotros.

Hay tantos pero tantos libros por leer que no nos alcanzará la vida para bebernos la buena literatura.

Recibe muchos saludos.