Se tambalea como si fuese a caer
vencido por un sueño mortal.
Es muy delgado y moreno.
Su pelo es largo y grasiento.
Tatuajes en la piel,
Tatuajes en blanco y negro.
Y un bebé al brazo,
de piel rosada, ojos azules,
pelo crespo y amarillo,
que no para de llorar.
El joven está nervioso y
dice palabrotas y
se tambalea.
Agita al niño,
arriba y abajo, bruscamente.
Pero sigue llorando.
No se calla.
El joven tiene una idea.
Y le mete al niño, en la boca,
a falta de un chupete,
el cigarrillo que está fumando.
20 comentarios:
Un poema narrativo, duro, impactante, en una línea un poco inesperada en ti, e igualmente interesante.
Muchas gracias por tu opinión Francisco. En contadas ocasiones han surgido algunos poemas, fogonazos, irremediablemente. Este, en concreto, se basa en una escena de la que fui testigo. Cuando ves algo así te lo tienes que sacar de dentro como sea.
Un saludo.
Jajajajaja
No es por el poema, que está muy bien. No se por que, pero me vino a la mente una pregunta que hacen siempre las mujeres... ¿dónde está el padre?
Miren las soluciones que damos muchos hombres. Jajajaja
Un abrazo
Letras que abren la llaga y es lo que me conmueve de tu alfabeto.
Sin aliento.
¿Dónde está? Evidentemente, necesita ayuda. Muy bueno, como siempre.
Un saludo
:(
Tomaste una fotografía. Impresionante. Veo al padre, veo al niño...Buenísimo!
Como le dije ya en un correo que le envié hace días, he descubierto casualmente su blog y estoy leyendo poco a poco sus entradas. Acabo de merendarme de una sentada los resúmenes del Festival de Segovia y me he divertido como un enano (si se me permite tal expresión tan políticamente incorrecta). He leído también ya alguno de sus relatos y me ha gustado sobremanera el titulado Cerrado. Un cordial slaudo.
K, lo suyo es el humor negro... En cualquier caso, yo diría que uno siempre tiende a intentar resolver sus problemas desde su propia experiencia. El hombre debió pensar que si a él le calmaba fumar, quizá al niño también.
Clarice, agradezco tus palabras.
Antonia, me alegra tener noticias tuyas. Me alegra que te haya gustado. Y sí, sin duda necesita ayuda, pero supongo que nadie se la dará. Nadie puede ayudar a un drogadicto si él no se presta voluntariamente. Es un problema.
Anilibis, hola.
Laura, me emociona el entusiasmo de tu comentario. Yo he escrito pocos poemas, si es que lo podemos llamar así, y lo cierto es que siempre tuve muchas dudas sobre ellos. Fíjate lo que tardé en enseñaros éste. Pero comentarios como el tuyo me animan a mostrar más. Tal vez un poco más adelante.
Diarios de Rayuela, muchas gracias por su comentario, de verdad. Intenté contestar su correo pero fue bloqueado por un servidor de seguridad. También yo he visitado su blog y me pareció interesante, pero ando un poco escaso de tiempo y necesito leerlo con más calma.
Un saludo a todos y gracias por los comentarios.
Terrible final... una vuelta de tuerca a la imagen idílica de la paternidad... no conocía tu faceta lírica, querido Miguel! Pero me has dejado con ganas de más!
Pues me alegro mucho, Pies Diminutos. Veré si pongo algún otro.
Saludos.
Querido Miguel:
Me gustó mucho tu poema y tengo que confesarte que me sorprendiste pues no sabía que escribías poesía.
Me encantó cada verso, sin adjetivos, sin apoyarse en figuras literarias, encadenados a una imagen que desarrollas de manera redonda, dándole a uno esa estocada del final.
Me gustaría leer más poemas de tu autoría y cualquier otra cosa que tengas en casa que todavía no hayas compartido con tus lectores y amigos.
Sé muy bien a qué te refieres cuando dices que tenías dudas sobre tu poema porque la primera vez que publiqué me pasó igual que a ti.
En realidad yo era conocida como narradora, pero en secreto escribía poesía. Un día se me ocurrió enviarle mis poemas al editor del principal suplemento cultural de mi país (en aquella época, hace algunos años). El asunto era que si lo publicaban para mí quería decir que valían la pena y si no lo publicaban significaba que carecían de valor (esa idea se me adentró en la cabeza luego de que le leí un poema a un escritor y lo destrozó sin pieda, jejej). Así que eso fue como una prueba que yo misma me puse. Pasaron los días y no recibí respuesta hasta que un mes más tarde empezó a sonar como loco mi teléfono. Los amigos me estaban llamando para decirme que habían publicado en las páginas centrales del suplemento unos poemas míos y que no sabían que yo era "poeta". Así que imagínate la alegría que sentí, para mí fue como una confirmación, ese punto de apoyo que necesitaba para poder arrojarme a este vacío en el que me encuentro sola, en silencio, agradecida, en paz.
Ahora me pregunto qué habría pasado si no hubieran publicado esos poemas.... No lo sé. De lo único que estoy segura es de que yo jamás habría dejado de escribir.
Un abrazo,
Ro
¿También es poeta? ¿Pero a usted qué le falta? Porqué sobrar, le sobar mucho talento.
Insisto en la rebuscada perplejidad que transmite este bello poema. Es que me transmiten esos sus cosas y creo que intencionadamente.
Rosa, te agradezco mucho tu opinión. No me considero poeta, ni mucho menos. Es cierto que tengo algún que otro texto que se asemeja bastante a un poema, y vuestros amables comentarios me obligan a releerlos y, quizá, a reconsiderar alguno de ellos. Gracias por compartir tu experiencia.
Amigo Alvy, creo que cuando pasa un tiempo, es natural que nos podamos tutear. Me ha gustado eso de que mis textos causan perplejidad.
Saludos.
Miguel: la imagen la retratas impecablemente.La veo. La veo con mucha claridad, como cuando uno ve los cuentos de Carver o los poemas de Bukowski, que son lo mejor del viejo Hank. Pero no sé si sea un poema. Si lo hubieses escrito en prosa, en forma lineas quedaría igual. Quizás no sé, es el ritmo. Algo. No me parece un poema. Pero me parece una buena imagen. Eso.
Saludos.
Diego, gracias por tu opinión. Es cierto lo que dices. También yo lo había pensado. He leído por ahí muchos poemas con el mismo problema. Claro que eso no es excusa. Me gustó cómo lo definió Francisco Ortiz, "poema narrativo". Tal vez.
Saludos.
Hermosa y sorprendente instantánea, como una foto de Doisneau. Con una descripción tan real y viva, hay que creer en la escena. Saludos.
Sigo leyendo viejas entradas. Me encuentro con la del 29 de agosto de 2006, Kafkaprocesado, y me parece tan emotiva que quisiera felicitarte por ella. Generalmente, los escritores, tanto los que publican y son conocidos, como los que mantienen esa lucha diaria con el anonimato, todos, pecan -pecamos-, de una ridícula vanidad. Pocos tienen la humildad con la que te has expresado en la entrada que ahora comento. Por ello, y porque me he sentido muy identificado en mucho de lo que dices -y sin embargo nunca he tenido el valor de manifestarlo con tanta sinceridad-, enhorabuena, Miguel.
Gef, un placer verle por aquí. Me alegra que le haya gustado el texto.
Diarios de Rayuela. A mí me ha emocionado tu comentario. Gracias.
Saludos.
Vaya, eres igualmente hábil con los versos, Miguel. Me ha sorprendido que esta escena fuese real, aunque después de ver las barbaridades que algunos padres cometen con sus hijos, no me extraña en absoluto. Triste pero cierto.
Un saludo
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