sábado, mayo 13, 2006

MI OÍDO EN SU CORAZÓN, de Hanif Kureishi


Sólo por el título ya valdría la pena acercarse a este libro.
En su obra "Soñar y contar", una recopilación de artículos de Kureishi, publicada también por la editorial Anagrama, ya nos habló este autor de su padre, un hombre que siempre soñó con llegar a convertirse en escritor, que entregó horas y horas a escribir historias que nunca consiguió publicar. Ahora, en este nuevo libro, profundiza en los recuerdos sobre su familia.
El libro empieza con el hallazgo de una carpeta verde que contiene un manuscrito de su padre titulado "Una adolescencia india". El autor confiesa que se había planteado escribir un libro con el que indagar en su propio pasado a través de las lecturas que más le habían gustado en su juventud. Sin embargo, el hallazgo del manuscrito de su padre cambia el rumbo previsto y se convierte en un constante deambular, dirigido por la lectura de dicha obra, a través de recuerdos de juventud, de meditaciones sobre la familia y de reflexiones sobre la literatura. A mitad de camino, el propio Hanif Kureishi nos define sus propósitos del siguiente modo: "Tengo que decir que no sé qué clase de libro estoy escribiendo, al ir extrayendo mis palabras de sus palabras, mis historias de otras historias. Más da la sensación de un puchero en el que voy añadiendo casi todo lo que se me ocurre".
Se trata de un libro reflexivo, de búsqueda interior, en el que la memoria juega un papel esencial. Una de sus características más notables es quizá la digresión, el deambular de aquí para allá sin rumbo fijo. La prosa de Kureishi es poderosa y capaz de reconducirnos por las páginas y de deslumbrarnos de vez en cuando. No se puede esperar menos de un autor de la talla de Hanif Kureishi, unos de los más consolidados narradores británicos, autor de algunos de los mejores libros que se han escrito en los últimos años, como "Intimidad".


En este libro nos encontramos con las ideas de Kureishi, con sus opiniones sobre la literatura, con su admiración por Philip Roth o V. S. Naipaul, otros autores en los que el elemento autobiográfico resulta determinante, y nos encontramos, sobre todo, con el padre: un padre que adquiere un tono fantasmal y distante. Podemos verlo temprano "vestido con traje y corbata escribiendo en su mesa antes de ir al trabajo", pero no podemos sentirlo como una figura cercana. Tampoco hay ningún ajuste de cuentas. Todo gira en torno al padre y el padre está presente en toda la obra, pero no lo percibimos con calidez, sino como un recuerdo lejano. Hanif no se enfrenta a la figura del padre sino que nos la enseña y nos la oculta intermitentemente, como timido o temeroso. Y es evidente que su padre es una figura determinante en la vida del autor, tanto que tal vez por ello no acaba de diseccionarlo. Se enfrenta a la figura de su padre desde un plano literario principalmente y nos deja la sensación de que el tema no está agotado. La herida, sea cual sea, sigue abierta.
En una entrevista concedida con motivo de la publicación de este libro, Kureishi dice: «mi padre siguió convencido de que era mejor escritor que yo. Pero hubo muchos conflictos entre nosotros. Me hacía sentir incómodo tener éxito y que él no lo tuviera». Ha sido, pues, un libro difícil para el autor, y se nota. Una catársis que, me temo, no ha debido ser suficiente para acabar con todos los demonios.
En cualquier caso, un libro muy interesante.

No hay comentarios: