El
viernes 15 de Noviembre llegué al Festival Eñe, que se celebró ese fin de
semana en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, como todos los años. En esta
ocasión, el director era el escritor Sergio del Molino y la entrada era
gratuita. El motivo principal del Festival era la literatura fronteriza, la que
se encuentra a mitad de camino entre la realidad y la ficción, la que emana de
la memoria y la que surge del periodismo. Las perspectivas eran muy
interesantes. Probablemente por eso al llegar me encontré con que el aforo para
la charla de inauguración con Antonio Muñoz Molina y Elvira Lindo estaba
completo.
Los
escritores Miguel Ángel Hernández ("El dolor de los demás"), Adolfo
García Ortega ("Una tumba en el aire") y David Toscana ("El
último lector") hablaron sobre la realidad y la ficción en una charla
titulada "Novelas contra la imaginación", moderada por Laura
Barrachina. El escritor mexicano David Toscana dijo que sin imaginación, el
lector se rebelaría contra el autor. Y Miguel ángel Hernández y Adolfo García
Ortega, estuvieron de acuerdo al afirmar que la memoria es un acto de creación
y que al rescatarla del olvido y convertirla en novela, se ve transformada.
La
última charla a la que asistí el viernes fue sobre periodismo, una actividad
que ha tenido un amplio protagonismo en esta edición del Festival que ha
contado con México como país invitado. Su título: "El monólogo incesante:
la vigencia del columnismo". Sus protagonistas: Leila Guerriero, Manuel
Jabois y Luz Sánchez-Mellado, moderados por el escritor Jesús Ruiz Mantilla. Debo
admitir aquí que quien más despertaba mi interés en este caso era la argentina
Leila Guerriero, cuyos libros me parecen magníficos, así como la forma en que
disecciona la realidad. Hablaron de plazos de entrega, de la presión del
tiempo, de sus intereses al abordar textos que han de ajustarse a un espacio
determinado, de algunos recursos, de lo estimulante que les resulta, del
sentido del humor, de la ironía, de los "haters", de las redes
sociales, y de tantas cosas que el tiempo pasó volando.
Sábado 16. La primera charla: "Contar lo que nadie quiere saber: violencia y literatura". Autores: Edurne Portela, Martín Caparrós y Carlos Velázquez, moderados por Eva Cruz. Se habló de la fascinación que despierta la violencia en un escritor. Es difícil hacer literatura desde la complacencia y la felicidad. Se reflexionó sobre los espacios que pueden favorecer la violencia. Se habló de la situación de México, de drogas y de asesinatos. Y se lanzó la idea de que el papel de víctima puede ser un papel defensivo y político, un papel incluso cómodo, porque en la víctima no recae la culpa. Una idea esta que me pareó discutible y peligrosa. Se recomendaron varios libros: "El hombresin cabeza" y "El tiempo de las víctimas".
Sobre "La ciudad y sus alrededores" hablaron Marta Sanz, Jacobo Armero y Luis Jorge Boone, moderados por Valerio Rocco Lozano. Hablaron del placer de pasear, de observar las pequeñas cosas, de los barrios periféricos, que son los que conservan la esencia de las ciudades. Los centros, donde se encuentran las mismas tiendas en todas partes, los mismos restaurantes, han dejado de sorprender. Las personas más vulnerables son expulsadas del centro y éste termina convirtiéndose en algo parecido a un parque temático para turistas. El paseo como viaje de descubrimiento es una buena metáfora de lo que debe ser la literatura.
La tarde empezó con una de las entrevistas estrella. La escritora Karina Sainz Borgo charló con Carlos Alsina, conductor del programa de radio en Ondacero "Más de uno". Resultó muy amena, llena de anécdotas, desenfadada y cordial. Alsina y su equipo acaban de recibir el Premio Ondas 2019 por su programación especial el Día de la Radio, y contó cómo surgió la idea de emitir el programa desde la calle, paseando con los distintos invitados, trasladando la tertulia a una cafetería, y los imprevistos que fueron surgiendo mientras lo llevaban a cabo.
La
siguiente charla se titulaba "La tabarra como una de las bellas
artes", y estuvo a cargo de Juan Gómez-Jurado, Rodrigo Cortés y Arturo
González-Campos, que actuaron como un trío cómico para hablar de sus podcasts,
reunidos bajo el nombre de "Todopoderosos".
El
Premio del Festival Eñe 2019 se entregó al escritor Javier Cercas, que lo
recogió encantado y luego charló con el Director del Festival, Sergio del
Molino.
La charla estuvo llena de temas interesantes. Cercas dijo que la
literatura siempre debe plantear una pregunta compleja, de la forma más
compleja posible, y luego no contestarla. A partir de ahí, se habló de novelas
híbridas, de autoficción, del Premio Planeta, de la situación en Cataluña, que
ha alcanzado momentos inequívocamente pre-bélicos, de la utilidad de la novela
tanto en cuanto nos permite entrar en la mente de otra persona e intentar
entenderla… Dijo, un poco provocativamente, que el escritor debe ser
equidistante, ya que no debe juzgar a los personajes. Todo el mundo tiene un
lado bueno y un lado malo. Las mejores personas son capaces de cometer las
peores atrocidades.
Contó
que un crítico británico le dijo que sus novelas no se entienden en España
porque al lector español sólo le interesa saber si el autor está de un lado o
del otro. Terminó diciendo que los independentistas están intentando acabar con
la democracia en nombre de la democracia.
El
último acto fue una conversación muy divertida entre Juan José Millás y Manuel
Vilas, moderados por Berna González Harbour, y que bajo el título de "La
familia bien, gracias", transcurrió por los más inesperados derroteros,
centrándose en la visión literaria de la vida, en cómo cualquier detalle puede
contener algo terrible. El escritor pretende descubrir los misterios que se
esconden en las grietas de la realidad.
El
domingo, pude acercarme a la presentación del libro "Seis formas de morir
en Texas", de Marina Perezagua, en la fantástica librería La Lumbre. Un
local que no conocía y cuya visita recomiendo encarecidamente. La presentación
consistió en una charla entre Manu Espada y la autora y resultó muy
interesante, desvelando claves importantes del libro. Tarde lluviosa pero
francamente interesante.
1 comentario:
Casi como haber estado. Gracias, Miguel Sanfeliu por tu crónica personal.
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