jueves, diciembre 12, 2013

Javier Morales - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?

Empecé a leer compulsivamente a partir de los doce años, todo lo que caía en mi mano. Supongo que el paso siguiente, escribir, era inevitable. Quizás yo también pueda contar historias, se pregunta uno.  Las palabras, el libro más memorable de Sartre, solo tiene dos capítulos: leer y escribir. Creo que ahí está todo. La literatura es un refugio contra la soledad, un lugar donde asombrarse y atisbar alguna luz. Un espacio donde nos reconocemos como humanos y en el que habitan pequeñas verdades que no pueden expresarse de otro modo. Contar historias, leerlas, es el medio que he encontrado para mostrar mi perplejidad ante el mundo.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

Cuando era pequeño carecía de cuarto propio y tenía que estudiar en la cocina, un lugar de tránsito. Esta experiencia me inmunizó, tanto que en la universidad me preparaba las clases en los cafés y alguno de mis textos los he escrito ahí. Eso antes de tener a mi hijo, claro. Ahora escribo en casa, con un poco de música, a veces a solas y otras con interrupciones inevitables. Las condiciones ideales no existen. Además, parte de mi escritura la concibo mientras camino o hago recados. Los personajes, las frases, las palabras, son una especie de sombra las veinticuatro horas. Escribo a diario, incluidos los fines de semana, intentando aprovechar todos los huecos que me permite el trabajo y la vida cotidiana.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

Me gustaría que mi literatura estuviera hecha de personajes vivos. Me interesan las relaciones humanas, la zona gris de nuestra existencia, la que nos define como seres vivos, complejos y contradictorios. Trato de llevar a los personajes a situaciones en las que deben adoptar decisiones que quizás cambien el resto de sus vidas. La tensión entre la vida en el campo y en la ciudad siempre ha estado presente en todo lo que he escrito. Un escritor debe mantener el reto de no repetirse y de abrir nuevos caminos. Por supuesto, debe buscar la belleza. En mi caso, me gustaría conseguir un estilo transparente, como un papel de cebolla, con las palabras precisas, donde no sobre nada. La facundia, el engolamiento y la prosa sonajero, que diría Marsé, no van conmigo.

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

Que nadie se fíe de los consejos. La literatura es uno de los pocos espacios de libertad real que nos quedan.

5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo tienen todo planificado desde el principio?

Siempre hay un punto de partida, unos personajes más o menos definidos, unas situaciones. Suelo tener claro el inicio y no siempre el final. Tenerlo todo planificado me aburre, pero no creo que los personajes existan por su cuenta. Eres tú quien los mueves, quien los creas.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

Hay decenas. Aparte de los clásicos, a los que siempre hay que regresar, si tuviera que elegir algunos más o menos contemporáneos me quedaría con Dublineses,  El gran Gatsby, El primer hombre, los cuentos de Cheever, El largo adiós, cualquiera de los libros de Alice Munro, cualquiera de las novelas de Marsé, Campo de amapolas blancas, Estrella distante. Aunque no soy un gran lector de poesía, suelo releer a Claudio Rodríguez, Cernuda y Ángel Campos Pámpano, entre otros.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.

Antes del verano publiqué Pequeñas biografías por encargo, mi primera novela. Hace años escribí otra, que guardo en un cajón y que nunca saldrá de allí. De alguna forma Pequeñas biografías por encargo ha supuesto cerrar un ciclo iniciado con mis dos libros de relatos anteriores, Lisboa y La despedida.

Hace poco he terminado un nuevo libro de relatos, Ocho cuentos y medio, en el que he intentado abrir mi narrativa a otros temas. En el libro tengo el honor de contar con una colaboración muy especial, un cuento del gran Gonzalo Calcedo. Ahora ando inmerso en una nueva novela, quizás más visceral y pegada al momento, en ningún caso una novela de tesis, no me gusta soltar moralina.


Javier Morales Ortiz (Plasencia, 1968) es escritor y periodista. Estudió Periodismo y Derecho en Madrid. Es autor de la novela Pequeñas biografías por encargo y de los libros de relatos La despedida y Lisboa. Ha participado en la antología 2012:La generación del #FinDelMundo.  Además de su trabajo como reportero en varios medios de comunicación de ámbito nacional (El País, Mujer Hoy), tiene una columna dominical sobre libros, Área de Descanso, en El Asombrario, el portal de cultura de eldiario.es. Colabora habitualmente en Quimera o Leer. Es profesor de escritura creativa e imparte un ciclo sobre pintura y literatura en el Museo Thyssen. 

2 comentarios:

Miguel A. Zapata dijo...

Conocí a Javier en la FLM pasada, en la caseta de Menoscuarto donde coincidimos unos cuantos y buenos amigos. Hace poco leí "Pequeñas biografías por encargo" y me ha parecido una novela magnífica, original, ficción dentro de la ficción en un juego de espejos muy estimulante. Enhorabuena.
Abrazos.

Javier Morales dijo...

Muchas gracias, Miguel Ángel. Agradezco mucho tus palabras, las de un maestro del cuento. A ver si este año coincidimos también. Una abrazo