¿Puede un
escritor dejar de escribir? Recientemente Philip Roth e Imre Kertesz han
anunciado que abandonan la
escritura. Uno porque afirma haber perdido la inspiración y
el otro por considerar que ya no tiene nada más que decir. ¿Es posible dejar de
escribir de un modo consciente? ¿Puede un escritor jubilarse? ¿El escritor
puede considerar que tiene una especie de misión y, además, es capaz de saber
cuándo debe darla por realizada?
Hay varios casos
de escritores que afirmaron que dejaban de escribir y luego tuvieron que
rectificar. Caballero Bonald, por ejemplo, que llegó a decir algo tan rotundo
como que se había acabado su literatura e incluso su vida, tuvo que admitir que
había recuperado las ganas porque, claro, “¿qué haces si te viene un poema?” Fernando
Vallejo confiesa que es “la única promesa que ha incumplido en su vida”.
Eduardo Mendoza ha llegado a anunciar nada menos que el fin de la novela,
aunque él sigue practicando el género. Y Lucía Etxebarría también afirmó
oficialmente que no volvería a publicar libros en una temporada muy larga, como
protesta por el fenómeno de las descargas ilegales en internet: “No me apetece pasarme tres años trabajando como una negra para esto”, dijo.
Como ya he
dicho, no estoy seguro de que un autor pueda decidir abandonar una tarea, la
literatura, que de entrada no sabe por qué practica y, en caso de buscar una razón,
termina admitiendo, por regla general, que se trata de una necesidad, de una
forma de explicarse la vida.
Supongo que, en
algunos casos, hay un intento de llamar la atención, de promocionarse incluso,
detrás de una afirmación de este tipo. En otros, en el caso de autores como
Roth, solo puedo ver una forma de escapar a la presión mediática, a las
exigencias de un público que espera siempre la misma calidad y la misma
frescura y que se indigna si esas expectativas no son cumplidas.
6 comentarios:
Yo estoy convencido de que sí se puede, cuanto menos, desde el lado físico del ejercicio.
Es evidente que el escritor seguirá fabulando, construyendo historias y escenas mentales. Pero el proceso literario también tiene un componente físico al que uno puede llegar a renunciar. Por pereza, por ejemplo.
Cuando me asaltan esos pensamientos siempre escribo la pregunta : ¿ Para que escribir ? y siempre encuentro la respuesta.
recibe un abrazo con los mejores deseos para esta Navidad y un 2013 lleno de salud. Que los sueños se hagan realidad. Felicidades !
Dejar de escribir supongo que es una necesidad,quizá,motivada por escritores que tenían que decir pocas cosas,y,lo hicieron bien,en su mayoría.La literatura está repleta de novelas únicas y ejemplares,como por ejemplo Matar a un ruiseñor de Harper Lee o,El río de la vida de Norman Maclean...Juan Rulfo escribió su obra maestra Pedro Páramo y después escribió El llano en llamas,muy inferior y supongo que él lo sabía.Ya me gustaría a mí escribir solo una obra y quedar inmortalizado.Luego vienen esos monstruos de la magnitud como Balzac o Simenon,pero como ellos hay pocos.El tema da para mucho,amigo Miguel.
Te deseo unas felices fiestas y te envío un fuerte abrazo.
Lucía Etxebarría chirría en la entrada.
Feliz año
Es muy fácil tomar decisiones, lo díficil es sostenerse.
Escribir es ir.
Abrazos.
También lo acaba de decir Imre Kertzesz (no sé si lo he escrito bien). A solo unos días de diferencia con Roth, creo.
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