domingo, septiembre 07, 2008

Dejad de quererme



Junto a la Plaza de España, en Madrid, encuentra uno más de una docena de salas que proyectan películas en versión original. Todas muy cercanas: Golem, Princesa, Renoir… Un lugar ideal para ver interesante cine de autor. A veces, cuando ando por allí, entro en una sala y, al salir, siento la tentación de entrar en otra. Y alguna vez lo he hecho. En otras ocasiones, se queda en mi cabeza un trailer, una película que ha llamado mi atención por algo y tengo que volver para verla. Esto es lo que me pasó con “Dejad de quererme”, película francesa dirigida por Jean Becker.
Un día de este verano, dejé a la familia durmiendo la siesta y me escapé al cine. Primera sesión. Soy de las pocas personas que prefieren ir a la primera sesión. Me gusta porque suele haber poca gente y me sirve de descanso, aunque admito que se corre el riesgo de quedarse uno dormido si la película resulta aburrida. No es el caso de “Dejad de quererme”.

La historia te atrapa desde el principio. De pronto, nos enfrentamos a un personaje que parece que acaba de estallar. En una reunión de trabajo empieza a decir lo que nadie se atrevería a decir en ninguna empresa. Se trata de una compañía de publicidad y Antoine (Albert Dupontel) empieza a insultar a un importante cliente. Pero no termina ahí la cosa. También la emprende con su suegra, y con su mujer, y se muestra duro con sus hijos… Antoine acaba de cumplir 43 años y parece haber entrado en crisis, haber estallado, como una bomba que arrasa lo que encuentra a su paso. Su mujer (Marie-Josée Croze) le acusa de tener una amante. Entonces él aún grita más fuerte. Dice que se asfixia, que se aburre. Es un hombre de éxito, con una familia perfecta, una casa perfecta, pero que parece descubrir que todo lo material es accesorio y sólo sirve para decorar la hipocresía y la vacuidad. Una crisis existencial que alcanza su punto álgido en la fiesta de cumpleaños que le preparan sus amigos y que terminará, como suele decirse, como el gallo de la aurora. Escenas que no tienen desperdicio. Nosotros seguimos a ese personaje, entre divertidos y horrorizados. Nos dejamos arrastrar por las escenas desbocadas.
Todos los actores están perfectos. Albert Dupontel es quien lleva el peso de la historia y la construcción que hace de su personaje es impecable. Su fuerza en la pantalla se muestra intensa y convincente. Y la dirección de Jean Becker es milimétrica y opta por un dinamismo y una cercanía que nos sitúan sin problemas dentro de esta historia basada en la novela “Deux jours à tuer”, de François D'Epenoux.
Por momentos, pensé en el personaje de la novela “El adversario”, de Emmanuel Carrère, que ha sido llevada al cine en varias versiones: “El empleo del tiempo” (Laurent Cantet), “El adversario” (Nicole García), y “La vida de nadie” (Eduard Cortés); y que narra la historia de Jean Claude Romand, la historia de una impostura que produjo trágicas consecuencias. Pero nada tiene que ver una historia con la otra. Sin embargo, creo que “Dejad de quererme” habría ganado si hubiera mantenido el grado de misterio. Eso es lo que nos interesa de alguien como Romand, que sus actos nos parecen incomprensibles, que su actitud escapa al sentido común. En cambio, Jean Becker conduce su película hacia un cierre más conciliador, hacia una explicación de los hechos que no deja de resultar un poco tramposa pero que consigue conmovernos.

En cualquier caso, se trata de una película muy interesante, con momentos desconcertantes que nos desarman, nos convierten en seres vulnerables que miran todo lo que les cuentan con la sorpresa en la mirada. No es nada fácil conseguir algo así. “Dejad de quererme” es una de las películas más interesantes que se han estrenado últimamente, y cuyo mensaje se nos queda en la cabeza durante mucho tiempo, quizá para siempre.


9 comentarios:

dsdmona dijo...

A mi también me gustan las películas de primera sesión. Más tranquilidad, silencio y eso, tal y como está el cine ahora mismo, se agradece.
La tengo pendiente. Tiene muy buena pinta

D.

PD: Gracias por la visita y el comentario

Francisco Ortiz dijo...

También yo voy a la primera sesión. Siempre. Esta película parece muy interesante, con el burgués dolido y rebelde que encierra un misterio. Se agradece que nos hables de ella. Cada vez cuesta más ir al cine, con tanta película trepidante y de cerebros trepidados. Un saludo y bien hallado de nuevo.

Clarice Baricco dijo...

Apuntada. Estaré al pendiente en cuanto llegue para ir a verla. Me interesó el tema.
Cuando dices que pasan en versión original te refieres que no van dobladas?
A mi también me gusta ir a la primera función. A veces sigo con la costumbre de salir de una sala para entrar a la otra. Pero no soy adicta eh? ja!

Abrazos.

Anónimo dijo...

No he visto esta película, de la que tomo nota tras tu interesante comentario.
Qué suerte de Madrid donde todavía quedan salas de este tipo. En mi ciudad, Valencia, sólo queda una y... a ver lo que dura.
Lo demás, todo multisalas. Una pena, menos mal que está internet, aunque nunca será lo mismo que la pantalla grande.
Un saludo!

El Doctor dijo...

Cuando vi Conversaciones con mi jardinero me sentí fascinado,sobre todo por su "tempo" cinematográfico. Hoy existe una tendencia que es la de confundir la velocidad con el ritmo. Todo pasa tan deprisa,mi querido Miguel,tanto en el cine como en la vida,que apenas nos da tiempo de asimilar nada.Según el poeta,debemos robar tiempo para la lectura y el amor,pero yo añadiría otras cosas.
Tu abandono,como casi de puntillas mientras tu familia duerme la siesta,me parece encantador.
Deja de quererme de Becker no me la puedo perder.Cuando llegue a esta provincia de tedio y plateresco,aprovecharé la gran siesta de los durmientes para sentirme algo más vivo.

Me alegro de tu regreso.

Un fuerte abrazo.

JOSÉ ROMERO dijo...

Por lo visto compartimos muchos el cine a horas tempranas, en mi caso incluso en la mañana, pues dispongo de mi tiempo. Espero en alguna próxima semana de cine francés encontrar este título. Por cierto, el doblaje es una lástima.
saludos

Petrusdom dijo...

Me habían hablado de la película, con tu post me has invitado a quitarme la pereza para ir a verla.
Gracias y saludos

Miguel Sanfeliu dijo...

Vaya, pues parece que somos varios los que preferimos la primera sesión. Yo creí que la mayoría de la gente prefería cualquier otra, no sé por qué me había formado esa idea, quizá por algunas entrevistas.

Cuando digo que pasan en versión original, sí, me refiero a que no están dobladas. En España se doblan casi todas las películas extranjeras y, para verlas en versión original tienes que ir a salas especiales.

Aunque voy con frecuencia a Madrid, también vivo en Valencia y conozco las salas a las que se refiere Babel. (Precisamente se llaman también Babel). En poco tiempo han cerrado varios cines que ofrecían programas interesantes. Una lástima, ya lo creo.

Espero que los que os animéis a ver la película, me contéis luego vuestras impresiones.

Un abrazo y gracias por los comentarios.

Elena dijo...

Me has convencido, Miguel. El argumento me parece muy original e interesante. Tiene muy buena pinta.

Hablando de cine, te hice caso y fui a ver Mamma Mía, que me ha encantado. Meryl Streep está genial, como siempre.

Últimamente he visto algunas pelis muy buenas que te recomiendo por si puedes echarles un vistazo: Caramel y The she found me (no sé si la han traducido al español), las dos me parecieron estupendas.

Gracias por recomendarnos buen cine una y otra vez.

Saludos