Feria calurosa y abarrotada de gente
En primer lugar, estuve en los stands de ediciones latinoamericanas. Siempre me detengo en ellos porque encuentro libros que, normalmente, aquí no llegan. Es una pena que se pierda la oportunidad de conocer nuevos autores. Los encargados de una de las casetas empezaron a recomendarme libros. “Este acaba de salir”, “este es muy bueno”, y a veces me contaban algún detalle más, como “este es un autor muy recomendado por tal escritor”, etc. Al final, compré una novela titulada “¿Vos me querés a mí?”, de Romina Paula, editorial Entropía. Me hubiese llevado muchos más libros de allí, pero tenía intención de controlar mi presupuesto con la cabeza y no con el corazón: firme propósito que me temo no pude cumplir en su totalidad.
Al continuar mi paseo, me encontré con una cola que se perdía en el interior del parque. Era algo fantasmal. Parecía una escena sacada de una película de ciencia ficción.
Una cola fantasmal
Un poco más adelante descubrí el motivo: estaba firmando Ken Follet. Increíble dispositivo. La gente que hacía cola pasaba delante de él a toda velocidad. Apenas dejaban hueco para sacarle una foto.
Asistí a un acto que empezaba a las 13:00 horas en la carpa de la Fundación Círculo de Lectores. Se trataba de una charla entre Enrique Vila-Matas y Rodrigo Fresán sobre ficción y autobiografía, y en ella establecieron un juego divertido en el que mezclaron todo tipo de ideas, como que Vila-Matas escribe una especie de diario en prensa en el que se suele inventar las cosas y, sin embargo, en sus novelas suele poner elementos biográficos. Contó que se inventó un viaje que iba a realizar, de modo que cuando su texto apareció publicado, él estaba viviendo dicho viaje, y dijo haber forzado alguna conversación para conseguir que la realidad se ajustase a la ficción. Rodrigo Fresán, por su parte, mencionó como excelentes biografías de escritores a “David Copperfield”, “Martin Eden” y “Drácula”, aunque al final fueron las de Malcolm Lowry, Proust y Nabokov las que fueron ensalzadas como excelentes autobiografías. Y dado que el ambiente era cada vez más distendido, llegó Fresán a mencionar una autobiografía de Raphael como interesante ejercicio literario. Aunque se sintió un poco aterrado por el hecho de que la charla terminase precisamente con ese titulo, lo cierto es que así terminó la cosa.
Me acerqué y saludé a Vila-Matas. Muy amable, me dedicó el que es su último libro: una recopilación de artículos que se ha editado en Argentina y que se titula “Y Pasavento ya no estaba”.
Enrique Vila-Matas y Rodrigo Fresán
Al salir de la carpa, emprendí el camino de regreso, despacio, mirando de reojo las casetas. Y de pronto vi que estaba firmando Angelina Lamelas, una escritora amiga de Medardo Fraile. Me acerqué a saludarla y me dedicó un libro para mi hijo titulado “Tato, el fantasma que perdió su sábana”. Pregunté por Medardo y me dijo que estaría en la Feria por la tarde, lo cual me llenó de alegría.
Por la tarde, acudí primero a la Casa del Libro, para dar una vuelta rápida, como si tuviera que cumplir con una especie de ritual secreto. Busqué algunos títulos. Encontré el libro “Parejas”, de José Manuel Martín Peña, de cuya existencia me había enterado gracias al blog de Conde-Duque. También compré el último libro de Oscar Esquivias: una colección de cuentos titulada “La marca de Creta”.
Volví a la Feria y fui a saludar a Medardo Fraile. Estuvo muy amable, como lo es siempre. Espero con ansiedad la aparición de su autobiografía. Compré su último libro, editado en Huerga & Fierro, un libro sobre cine con un titulo que me parece muy bueno: “Entradas de cine”. Y me lo firmó, claro.
También me encontré allí, y tuve la suerte de saludar, a Ángel Zapata, uno de los mejores narradores actuales, amigo también de Medardo Fraile y con quien ya había coincidido en alguna otra ocasión.
Mi siguiente parada fue en la caseta de “Cátedra”, donde Juan Carlos Márquez, firmaba el libro de relatos con el que ha ganado la última edición del Premio Tiflos. Un libro titulado “Oficios”, cuya reseña apareció no hace mucho en el blog “el síndrome Chéjov”.
Juan Carlos Márquez
Luego anduve curioseando. Viendo la cola de gente que esperaba firmas de personajes televisivos como Buenafuente y Risto Mejide, entre otros. Gente del cine de indudable interés, como José Luis Borau, Nacho Vigalondo o Icíar Bollaín.
También me topé con un personaje infantil de ficción, el mismísimo Geronimo Stilton, firmando ejemplares de sus libros.
Geronimo Stilton
Y me dediqué a descubrir dónde estaba Juan José Millás, Soledad Puértolas, Mingote, Andrzej Sapkowski, Marina Mayoral, Antonio Gala, León Arsenal, Matilde Asensi, Javier Negrete, Almudena Grandes, Andrés Amorós o Manuel Talens.
Juan José Millás
Soledad Puértolas
Antonio Gala
Cuando ya me iba, encontré a Rosa Montero y no pude resistir la tentación de comprar ese libro titulado “Instrucciones para salvar el mundo”.
Al día siguiente, asistí al acto de entrega de los premios que “La tormenta en un vaso” otorga al mejor libro publicado en castellano y al mejor libro traducido del 2007, que han recaído en “El padre de Blancanieves”, de Belén Gopegui, y “La carretera”, de Cormac MacCarthy respectivamente. La entrega se llevó a cabo en el café-librería “La buena vida”, un sitio con un encanto muy especial.
11 comentarios:
¡Magnífico!Hace tiempo que no voy a la Feria del Libro de Madrid.Sinceramente es la que más me gusta.El parque del Retiro tiene para mi un símbolo literario que requeriría todo un ensayo.Tardes solitarias, barojianas y valleinclanescas.Bancos y estanques RAMONIANOS.Luz en la tarde,dónde los pájaros huyen hacia lo azul y otros pacos umbrales.Azorianas mañanas.Guillenianas lentitudes de antaño.Casa de Fieras azconianas.Que cerca está El Café Gijón,Paseo de Recoletos;barco varado de cuyo pasado navegó por los mares de la gran cultura española,y,capitaneado por el rugiente capitán Fernán-Gómez;"¡Llamádme Ahab!" Y,entre el Gijón y el Retiro,paseaba don Ortega y Gasset entre pasos lentos y volutas de humo que vaticinaba el gran desastre."Españolito que vienes al mundo,te guarde Dios."
Por cierto Miguel,el libro de recopilación de artículos de Vila-Matas ¿se trata de artículos nuevos? o,¿es otra recopilación extraída de otras recopilaciones?Te lo pregunto porque tengo todos los libros de ensayo y en la mayoría de ellos los artículos están repetidos,como por ejemplo El viento ligero de Parma y Aunque no estendamos nada.
Me gustaría estar allí para invitarte a una copa en Chicote.
Un fuerte abrazo.
Tu cartera me contò que estaba feliz porque la usaste mucho, que ella prefiere ser abierta en las ferias de libros que pa'comprar unos jeans...eso me dijo, asì que tù tranquilo eh? que valiò la pena ya con todo lo que has compartido.
Se te nota que estuviste feliz.
Lindo que te hayas encontrado con Medardo Fraile y Vila-Matas.
Me llamò la atenciòn el de "Entradas de cine". Ojalà llegue por acà. Tambièn el de “¿Vos me querés a mí?”. (Fìjate que hoy me regalaron uno de cine de Leonardo Garcìa Tsao).
Me gustarìa conocer a Millàs.
Lindo paseo, me sentì que andaba por ahì.
Abrazos.
G
No he ido nunca a la de Madrid, pero creo que hubiera disfrutado en la entrega de premios Tormenta con mi admirada Gopegui.
Saludos cordiales.
Te he adscrito a las "montañas y rios de mi blog"
Yo no he tenido la oportunidad de ir a la Feria de Madrid. Algún día, de momento con la de València tengo suficiente para quedarme con la cartera como la tuya.
A mí Vila-Matas me encanta. Ahora tengo en espera El padre de Blancanieves que compré en la feria del libro de Requena.
Un saludo
¿Puedo confesarte que te envidio con todas las letras y en el verdadero significado de ese pecado capital sin que empieces a considerarme una mala persona?
Ojalá que sí
Desde el sur...
Estupenda crónica de los ornatos, las calamidades y los brillos de la Feria. Muchas gracias.
¡Qué bien! Me habría gustado andar por ahí recorriendo las casetas y conociendo a los escritores.
Me gustó mucho tu crónica.
Abrazos y gracias por compartir estas fotos con nosotros.
Hola Miguel:
Paso por tu blog para saludarte y felicitarte por la crónica de la feria del libro y demás.
Un saludo,
Genial el reportaje. Veo que te has codeado con estupendos narradores, las fotos son magníficas. Nunca he estado en la feria del libro de Madrid, pero me has puesto los dientes largos y me han entrado ganas de escaparme allí el año que viene. A ver si es posible.
Un abrazo
Gracias por la crónica de la Feria. No puedo evitar sentir calor sólo de ver las imágenes, será por el que pasé el año pasado. O quizá ver a Ken Follet tan trajeado, qué angustia...
Un abrazo,
La próxima cómo sea tenemos que vernos entre páginas, sol y libros.
Francisco M. hace ya varios años que no falto a la Feria del Libro de Madrid, entre otras cosas, porque suelo ir a Madrid con frecuencia ya que tengo allí familia. Y suelo pasear por Gran Vía y por Recoletos. También me acerco a la cuesta de Moyanos. Puedo decir que, para mí, Madrid significa paseos literarios.
Respecto al libro: creo que, de sus recopilaciones de artículos, sólo me falta "El viento ligero en Parma". En este caso, son textos escritos en los últimos años, después de la redacción de "Dr. Pasavento", a excepción de tres de ellos: "Gombrowicz en seis horas y cuarto", "Ventanas de la alta madrugada" y "Un plato fuerte de la China destruida". En total son dieciocho artículos y, la mayoría, yo no los había leído hasta ahora.
Clarice, mi cartera tuvo que ser severamente amonestada por tener tan poca fuerza de voluntad. Pero sí, es verdad, disfruté el paseo.
Petrusdom, seguro que habrías disfrutado. Gopegui me pareció una persona muy asequible y afable. Gracias.
Eléna, pues seguro que anduvimos muy cerca en la Feria de Valencia. Yo, como ves, no me pierdo una. :)
Bueno, sí, la de Requena. Y eso que Requena es un sitio que me encanta. ¿En qué fecha la celebran?
Laura, lo siento, tú no podrías parecer una mala persona por mucho que te lo propusieras. Un paseo entre tantos libros y autores admirados es algo que a todos los que amamos los libros nos parece atractivo.
Recaredo, y compartimos juntos alguno de los eventos. Me alegró conocerte.
Rosa, habrías disfrutado como yo. Ante la distancia, intento acercar el lugar, las sensaciones, los pensamientos... Camino distraído, buscando esto o aquello, un poco sin sentido, arriba y abajo...
Carmen, qué alegría encontrarte por aquí. A ver si volvemos a coincidir algún día.
Elena, pues te animo a que lo hagas. Y a lo mejor hasta coincidimos y todo.
Mónica, eso está hecho. Ya sabes, no te comprometas con nadie en esas fechas :)
Un fuerte abrazo a todos y gracias por los comentarios.
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