Todos los años, por estas fechas, se instala la feria del libro antiguo y de ocasión en la Gran Vía Marqués del Turia de Valencia. Este año, desde el 29 de Febrero al 23 de Marzo, se puede visitar la XXXI edición de este evento, en la que se dan cita 38 casetas correspondientes a librerías de toda España. Y es una buena oportunidad, pues con la extraña conjunción que se ha producido entre la fiesta de Fallas y la Semana Santa resulta que nos encontramos con un puente festivo de seis días, todo un lujo.
Aquí se dan cita coleccionistas de libros raros, bibliófilos en busca de ediciones antiguas y muy cotizadas. Debo admitir que no es mi caso. No me considero un bibliófilo, no busco el libro como objeto ni como obra de arte, más bien busco autores que han pasado desapercibidos o libros que no pude comprar en su día y que aparecen ahora como saldos u oportunidades de segunda mano. A veces, también encuentro algo que no esperaba, como en esta ocasión: un libro que ha vuelto a mis manos después de casi treinta años, y del que me he acordado en más de una ocasión, aunque no lo iba buscando.
Se trata de un libro que perdí en el año 1979. Ese año, realicé con mi familia un viaje que duró cuatro meses y que nos llevó a Puerto Rico, Santo Domingo, Panamá y Miami. A la vuelta, mi maleta de libros se perdió. Llegaron a decirme que creían tenerla localizada en Canadá, pero lo cierto es que ya no volví a saber nada de ella. Recuerdo casi todos los libros que iban en ella, así como mis apuntes y la primera parte de una novela que me consta era muy imperfecta, pero que aún así me dolió en el alma. Desde entonces, si he tenido que viajar, siempre he llevado mis libros como equipaje de mano. Prefiero, llegado el caso, quedarme sin ropa antes que sin libros.
En fin, el libro que me salió al paso el día que estuve visitando la feria se titula “Argumentos fabulosos” y su autor es Irving Wallace. Sé que no suena muy importante. Irving Wallace no es un escritor de cabecera de nadie, pese a que es autor de títulos tan conocidos como “El premio Nobel”, en el que se basó la película “El premio”, dirigida por Mark Robson y protagonizada por Paul Newman, Edward G. Robinson y Elke Sommer, “El hombre” o “Fan club”. Está considerado un escritor de bestsellers, y por tanto la crítica se ha limitado a ignorarlo, cuando no a despreciarlo, quizá con cierta razón, aunque lo cierto es que vendió unos 250 millones de ejemplares de sus libros en todo el mundo. No obstante, “Argumentos fabulosos” es un libro de pequeños ensayos en los que se rastrean las vidas de las personas reales que inspiraron famosos personajes literarios y en los que Wallace demuestra que es un ameno comunicador y un solvente narrador de historias. Un libro de ensayos que parecen cuentos, de breves biografías noveladas sobre personas que inspiraron a grandes escritores, como el doctor Joseph Bell, a quien Conan Doyle tomó como modelo para su Sherlock Holmes, o Alexander Selkirk, el hombre que vivió solo en una isla durante más de cuatro años y que es el germen de Robinson Crusoe, o William Brodie, un hombre cuya doble vida sirvió de inspiración a Stevenson para la creación de su Doctor Jeckyll y Mr. Hyde. Ocho textos en total, el primero de los cuales, el más breve, es un interesante y ameno acercamiento al fenómeno de la inspiración.
Un reencuentro gozoso, que me produjo gran alegría y, por eso, no es de extrañar que luego, llevado por esa exultación, no me resistiera a comprar algunos libros más, entre ellos el libro de conversaciones con Pepín Bello, la “Historia personal del«boom»”, de José Donoso y una breve novela de Jerzy Kosinski titulada “El ermitaño de la calle 69”. Jerzy Kosinski es también un autor curioso cuya obra más conocida, “Desde el jardín”, fue llevada al cine, dirigida por Hal Ashby e interpretada por Peter Sellers en el papel principal, con el titulo de “Bienvenido Mr. Chance”. Kosinski se suicidó en 1991.
7 comentarios:
Yo también leí a Irving Wallace en mi adolescencia. Recuerdo "La palabra", "El proyecto paloma" "El todo poderoso" y algunos más. Se encontraba entre los libros que existían en casa de mi padre. Ya ves, Miguel, volvemos a coincidir, como con Ben Bolt.
Un abrazo.
Se antoja ir a la Feria.
Sentí feo al saber que perdiste tu maleta de libros.
Fíjate que a Wallace y a Kosinski los leí cuando estaba en la prepa.
La semana pasada recomendé a un alumno "Desde el jardín". Me parece un libro grato. Y la película me pareció buena. Me gustaría volver a verla.
Bien por tus compras, de los nuevos descubrimientos y los re-encuentros con los amados libros.
Seguimos en tus paseos.
Abrazos.
Hace cuatro años, en esta misma feria de nuestra común ciudad, encontré un libro agotado, al menos yo no lo encontraba en ninguna librería. Fue una de las mayores alegrías que tuve aquel año 2004: " La lección de música" de Pascal Quignard. Al año siguiente lo publicaron en la editorial Funambulista.
Saludos cordiales
Es encantador ver ese sol, esas palmeras y el buen tiempo que genera siempre los libros Miguel,los buenos encuentros azarísticos e inesperados.Sólo los amantes de los libros lo sabemos.Pasear lentamente con unos libros debajo del brazo,la búsqueda de una terraza para hojearlos.Abres el libro y se inunda de sol y brisa azulada.
Un abrazo.
Por estos días visito la ciudad de México, y entre mis propósitos está el recorrer las librerías de viejo del centro de la ciudad y luego saborear unas botanas en las multiples cantinas del rumbo. Encontrar libros extraviados o sorpresas editoriales es un gozo. Felicidades
Pepe, es cierto, Wallace era entonces un autor en auge. Yo creo que aún tendremos muchos más autores en común.
Clarice, lo de la pérdida de la maleta de libros fue un disgusto tremendo. Por cierto, a mí también me gustó la película "Bienvenido Mr. Chance".
Petrusdom, esas son las historias de las ferias de libros, historias de encuentros y de pérdidas, de búsquedas ansiosas. Un placer saber que somos vecinos.
Francisco M., no hay nada igual a lo que describes, yo creo que debe ser la felicidad absoluta.
José, pues espero que nos cuentes tu experiencia y compartas los titulos que encuentres.
Un abrazo y gracias por los comentarios.
Justamente ayer compré en una librería de viejo un ejemplar de Argumentos Fabulosos a 3 dólares.
Ami también me atrae eso de andar como detective buscando a ese escritor o a ese libro olvidado. Realmente el placer que se siente cuando hacemos el descubrimiento es indecible. También he leído Desde el Jardín, de Kozinski. Saludos desde Argentina.
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