Rosa Ribas nació en el Prat de Llobregat (Barcelona) y reside en Frankfurt. Su primera novela, “El pintor de Flandes”, tuvo una buena acogida de público y crítica.
“Entre dos aguas”, su segunda novela, es muy diferente a aquella. Se trata de una novela negra, fiel a las reglas del género, y en la que introduce a la comisaria Cornelia Weber-Tejedor, de padre alemán y madre española, que sin duda protagonizará otros títulos de esta autora.
“Entre dos aguas”, su segunda novela, es muy diferente a aquella. Se trata de una novela negra, fiel a las reglas del género, y en la que introduce a la comisaria Cornelia Weber-Tejedor, de padre alemán y madre española, que sin duda protagonizará otros títulos de esta autora.
Como toda novela policiaca que se precie, nada más comenzar aparece un cadáver: un hombre flotando en el río. Se trata del cuerpo de Marcelino Soto, inmigrante español muy apreciado en la comunidad española de Frankfurt, motivo por el cual la comisaria Cornelia parece la más indicada para encargarse del caso. Ella y su equipo, compuesto por los policías Reiner Fischer y Leopold Müller, llevarán a cabo una investigación en la que irán quedando expuestos distintos aspectos del fenómeno de la inmigración en Alemania (que pueden ser extrapolados a cualquier otro país de circunstancias similares). El crimen de Marcelino Soto tiene que simultanearse con la desaparición de una empleada de hogar de origen ecuatoriano: Esmeralda Valero que, pese a su interés, contribuye a dispersar ligeramente la trama.
No obstante, el tema principal de este libro es la inmigración; y el racismo se encuentra en el trasfondo de la historia, un racismo que afecta a todo el mundo. Así, veremos a un turco arremetiendo contra los yugoslavos o a la propia madre de la inspectora marcando diferencias entre la inmigración española y la actual en un fragmento que no tiene desperdicio: Así nos tenemos que ver los emigrantes de verdad, los que vinimos como gente honrada a ganarnos la vida y no como toda esta gente que viene ahora que no se sabe qué busca aquí. Porque ahora ya no existe verdadera emigración. Nosotros sí éramos emigrantes de verdad, pero ahora a saber qué quiere toda esta gente. Yo no soy racista, pero con toda esa gente que viene no sé adónde vamos a ir a parar. E incluso el portero del edificio en el que reside la comisaria expone un punto de vista muy similar (pág. 160).
Es evidente que el género policiaco es muy apropiado para reflejar la realidad social de una comunidad, para bucear en sus diferentes estratos y diagnosticar sus posibles fisuras. Esta tarea la cumple con solvencia esta novela, en la que queda claro que el mal no entiende de razas sino más bien de debilidades humanas, aspecto evidente desde el principio, desde el caso cuya resolución sirve para presentar a la propia Cornelia.
La historia está narrada en tercera persona, aunque no nos despegamos en ningún momento de la protagonista y compartimos sus cavilaciones, sus dudas y debilidades. El estilo de Rosa Ribas fluye con facilidad y resulta eficaz y minucioso, pendiente en todo momento de esos pequeños detalles que confieren solidez a un texto, como en el siguiente caso: La señora Schneider, una mujer menuda, de unos sesenta años con el pelo teñido de rubio oscuro, le indicó dónde podía sentarse. Un breve cruce de miradas con su marido le dio a entender a Cornelia que le acababa de ofrecer el sillón donde se solía sentar el señor Schneider, pero los ojos de la mujer habían reflejado por unos segundos una fiereza admonitoria a la que su marido se tuvo que doblegar. Sobre una mesita baja humeaba una tetera.
La presentación de los personajes españoles se completa con pequeñas escenas sobre el momento de su llegada a Alemania, sus circunstancias, sus ilusiones, sus decepciones, completando un mosaico representativo de una comunidad que se ha ido afianzando y cuyos descendientes, ya alemanes de pleno derecho, como la propia comisaria Weber Tejedor, se siguen debatiendo entre esas dos realidades, integrados en una sin llegar a tomar distancia de la otra, sintiéndose en todo momento entre dos aguas.
No es extraño que la comisaria Cornelia Weber-Tejedor protagonice otros títulos de Rosa Ribas, hasta un total de cuatro, según contó la autora en la presentación del libro a la que tuve la suerte de asistir. Será pues interesante seguir indagando en los casos que tendrá que resolver esta comisaria, salvado ya el inicial propósito de presentar todos los aspectos de los personajes y la realidad en la que se mueven.
2 comentarios:
Lindo que hayas podido asistir a la presentación.
Espero que el libro llegue por acá.
Al menos ya tengo tu reseña.
Y siempre grato que publiques en diversos medios.
Enhorabuena.
Abrazos.
Clarice, gracias por tus palabras. Sí que fue una suerte asistir a la presentación. Fue una experiencia interesante.
Un abrazo.
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