
Sobre el escenario están Rodrigo Fresán, Alan Pauls, Daniel Alarcón, Antonio Orejudo, Hisham Matar, Tishani Doshi, Menna Elfyn y Hanif Kureishi, moderados por el periodista Alfredo Matasanz. Se les pide que hablen de un libro que, para ellos, sea importante. Todos hacen trampas y nombran más de uno. Es un acto divertido, desenfadado. Tomo nota de algunos de los libros que se nombran:
Rodrigo Fresan se decanta por “Matadero cinco”, de Kurt Vonnegut.
Alan Pauls se las ingenia para nombrar tres títulos. Dice que después de dudar mucho entre “En busca del tiempo perdido” y “Lolita”, decidió decantarse por “Roland Barthes por Roland Barthes”.
Tishani Doshi nombra “Un buen partido”, de Vikram Seth y un libro de poesía de los siglos X-XII, acerca de Shiva, un libro de himnos, cánticos religiosos.
Daniel Alarcón, se decanta por “El emperador”, de Kapuscinski.
Hisham Matar estaba seguro de elegir “Primer amor”, de Turgueniev, pero a última hora había decidido hablar de la poesía de Ovidio, en especial de “Tristes”, una obra muy asequible que dicho autor escribió en el exilio.
Antonio Orejudo estuvo brillante y habló de lo mucho que había disfrutado leyendo los libros de Enid Blyton sobre “los cinco”, para pasar a reivindicar los libros que son capaces de hacernos reír. Y dijo que los tres libros esenciales, que casi todo el mundo ha leído en el colegio y, por tanto, los ha leído mal, para él eran: “El lazarillo de Tormes”, “La Celestina” y “El Libro de Buen Amor”.
Hanif Kureishi no dudó en hablar de “La interpretación de los sueños”, de Sigmund Freud.
Menna Elfyn, por último, y tras un pequeño incidente, ya que el presentador perdió la ficha con los datos sobre ella y no pudo presentarla como la ocasión requería, habló de unos libros precristianos de cuentos galeses reunidos bajo el titulo de “Mabinogion”. Y también recomendó un libro de Simone Weil titulado “Echar raíces”.
En el turno de preguntas del público, se plantearon algunas cuestiones que me interesaron. Alguien les pidió que dijeran el titulo de algún libro que les hubiera parecido horrible. Y Daniel Alarcón dijo: “Hay un libro muy malo…” El público rió ante su rapidez para contestar. Dijo que el libro se lo había recomendado un amigo, examigo, y que era de un inglés que escribe sobre Colombia y hace algo parecido a una caricatura del realismo mágico. Tishani Doshi dijo que ella no tiene problema en abandonar un libro cuando le parece malo, pero en una ocasión tuvo que leer un libro porque tenía que participar en un debate con el autor, y el libro le pareció espantoso, pero no quiso nombrar al autor. Menna Elfyn dijo que el libro que le parecería el peor sería el de las “Memorias de Tony Blair” si llegara a escribirlo.
También se les preguntó por el libro que más les ha servido para escribir. Rodrigo Fresán mencionó sin dudar “Música para camaleones”, de Truman Capote. Alan Pauls dijo que los libros malos son útiles en ese sentido porque uno piensa que puede hacerlo mejor. Son un estímulo.
Ante la pregunta: ¿Ya se han escrito las grandes novelas de la literatura? Contestaron que cada época tiene un gran libro. El concepto de gran libro va cambiando. La literatura se transforma continuamente. Es como un gran plagio continuo, donde los escritores se contaminan unos a otros, de manera que dentro de doscientos años, se hablará de grandes libros escritos en el siglo XX, yo mismo estoy escribiendo uno ahora mismo en el que tengo puestas muchas esperanzas, dijo Antonio Orejudo riendo.
Una charla muy divertida que le hace pensar a uno cuál sería el libro que habría elegido para contestar una pregunta así.
Parece evidente que es casi imposible nombrar un solo libro, y cuando se hace, generalmente se miente, y la segunda vez que te formulan la misma pregunta el libro elegido es otro.
Hay quien utiliza estas ocasiones para reivindicar un libro poco conocido, lo cual es muy lícito. O se decanta uno por algún libro leído en esa época temprana en que una lectura puede invadirnos profundamente.
Yo, en este momento, diría “Las aventuras de Tom Sawyer”, porque recuerdo que lo leí en mi adolescencia y que estaba deseando volver a casa del colegio para continuar la lectura. Fue un libro que me enganchó y que no puede faltar en mi biblioteca.
¿Qué libro habrían escogido ustedes?