martes, febrero 01, 2011

Prohibido prohibir

La ley del tabaco me parece intransigente, culpabilizadora, excluyente y, encima, se condimenta con la recomendación al ciudadano de que denuncie a los infractores. Todos contra todos en nombre del bien común. Debo reconocer que me indigna. Me pregunto qué problema hay en que un señor que ha montado un bar permita que se fume en su interior. No lo entiendo. ¿Por qué no pueden existir bares para fumadores? ¿Los no fumadores sentirán entonces unas ganas locas de entrar en esos locales? ¿De pronto un no fumador querrá charlar con un amigo en uno de esos bares para fumadores y se sentirá en peligro? ¿La gente no será capaz de respetarse y de encontrarse en lugares en los que todos estén a gusto? En el caso de que unos amigos sean fumadores y deseen charlar entre cigarros y cafés, no pueden hacerlo, está prohibido. Es más, les pueden denunciar. Sus propios vecinos incluso. ¿A nadie más le asusta esto? Ahora pienso en el grito de Mayo del 68, “Prohibido prohibir”, y sólo veo gente que habla de tolerancia cero.
A veces se habla de los empleados. El camarero del bar de fumadores es un no fumador y se sentirá agredido. ¿Por qué tiene que ser el camarero no fumador el que trabaje en un bar de fumadores? Se podría contratar en estos locales sólo a personal especializado, es decir, fumadores. Si la salud del trabajador es importante, que lo es, deberían desaparecer también otras profesiones de tanto o más riesgo, como la minería, por ejemplo.
Se pueden establecer medidas de seguridad. Que los bares de fumadores no se encuentren en edificios colectivos, no sean bares de empresa o de hospitales; y que adviertan en la entrada con carteles gigantes y luces de colores que se puede fumar en su interior. Vale, las advertencias que se quieran. ¿Pero por qué se prohíbe esto tan tajantemente, y más cuando hace apenas unos años se obligó a los bares a acondicionar zonas de fumadores y algunos tuvieron que realizar importantes inversiones? Yo no lo entiendo, la verdad, y me indigna. Me indigna que se excluya y culpabilice a una parte de la población y que no pueda haber sitio para todos. Tal vez habría que pensar en pedir indemnizaciones. A fin de cuentas, fumar es un hábito que se ha impuesto culturalmente por diferentes cauces. No sé, creo que buscando un bien nos hemos encontrado con un disparate.
Llegados a este punto se argumenta que ya se ha hecho en otros países. Ah, bueno, pues entonces no he dicho nada, ustedes perdonen.

5 comentarios:

El Doctor dijo...

Excelente,mi querido Miguel.Yo soy fumador y siempre he respetado los lugares donde habían niños,ancianos,etc.El otro día,sin más,recorría las calles frías y nocturnas y vi a mucha gente fumando en las puertas de los restaurantes.A mí lo que verdaderamente me preocupa es cúal será la próxima prohibición.
Estoy de acuerdo que fumar no es respirar,precisamente,el aire de los pirinéos,ni mucho menos.Pero ya puestos,también deberían de poner el los automóviles cuando salen flamantes de las fábricas,todas las trágicas consecuencias que acarréan incluyendo la polución que generan.¿Y qué me díces de la televisión?La tele basura,vergonzosa.¿No deberían de anunciar constantemente,interrumpiendo los programas la advertencia que el contenido daña la salud mental de nuestros hijos? La lista es interminable.
¿Sabes una cosa?Me voy a fumar un cigarrillo.Esto es insoportable.
Un fuerte abrazo,amigo.

Raúl dijo...

A mi se me antojan razones de económicas, detrás de tan tajante medida.
El herario público sufre más por cada tratamiento médico a cualquier enfermo relacionado con los perniciosos (que lo son) efectos del tabaco, de lo que se enriquece con los impuestos resultantes del precio de las cajetillas.
Además, y no te lo oculto, yo estoy encantado viéndome salir de un bar sin que la ropa me huele a vicios ajenos.
Sonrío.
Abrazos, Miguel.

Elena Casero dijo...

Yo me alegré cuando prohibieron fumar en mi oficina porque parece que venía de un puticlub (a ver si trabajaba ahí y no me enteré)
He sido fumadora. Ahora estoy alejándome del vicio (de este).
Siempre me ha molestado que fumen durante las comidas pero creo que se debería dejar que haya espacio para todos.
Y que regulen los humos, los ruidos, los escupitajos, los perros, los niños ajenos y un largo etcétera.

Pero bueno, si ya lo han hecho en otros países ...
En otros países también cobran más, ¿no? y en este ... ¿por qué no, si somos europeos?
A veces me pierdo, lo siento

Clarice Baricco dijo...

Yo nunca he probado un cigarro, pero no por eso dejo de ser tolerante por todo mi mundo que sí fuma. Y cuando empiezan a prohibir me pone de malas.
Sé lo enojado que estás y te comprendo.
Sí, sé que es malo para la salud, pero hay peores situaciones dañiñas que se pasan, por ejem, en mi país.
En fin.
Abrazos amigo.

Miguel Sanfeliu dijo...

Francisco, estamos de acuerdo, y me apunto lo de los programas telebasura que, en efecto, son más dañinos de lo que parecen.

Raúl, yo creo que si uno no entrara en locales de fumadores, la ropa no tendría que olerle a tabaco ¿no? Creo que este problema se resuelve del sencillo modo de evitar ese tipo de locales (si existieran, claro).
Por otra parte, la preocupación del Estado por nuestra salud haría pensar que tal vez valoren la posibilidad de cerrar los restaurantes de comida basura para prevenir la obesidad infantil y las enfermedades cardiovasculares. O quizá se planteen limitar las prestaciones de los vehículos para evitar el alto número de accidentes de tráfico porque, ya puestos, ¿no crees que si la velocidad en las carreteras está limitada a 120 Km/h. no es prudente fabricar coches que alcanzan los 180? ¿Crees que están estudiando también estas cuestiones?

Elèna, exactamente eso es lo que digo. Me parece bien que en los espacios comunes no se permita fumar, por supuesto, pero lo que no me parece lógico es que de pronto se considere al fumador una especie de proscrito.

Clarice, yo también llevo mal esto de las prohibiciones. Prefiero la educación, algo que, por lo visto, se descuida bastante.

Un fuerte abrazo a todos y gracias por los comentarios.