Me gusta mucho el cine de Woody Allen. Poco me importa que digan que ha bajado su nivel, que no se arriesga, que su cine parece apresurado o cualquier otra crítica que pueda estar de moda, especialmente en su país. Algunas de sus películas ocupan un lugar muy destacado en mi biografía cinematográfica: “Annie Hall”, “Delitos y faltas”, “Manhattan”, “Maridos y mujeres”, “Zelig”… y la pequeña joya que me apetece comentar hoy: “Otra mujer”. La rodó en el año 1988. Es una historia intimista que nos habla del autoengaño, del balance de una vida, de las decisiones que se toman, de los caminos que se quedan sin recorrer.
La historia se centra en el personaje de Marion Post (Gena Rowlands), una eminente filósofa que alquila un pequeño apartamento con la intención de aislarse del mundo y poder escribir un libro. Sin embargo, por algún motivo, escucha con total nitidez las conversaciones que tienen lugar en la consulta de un psicólogo situada en el mismo piso. Al principio, se siente contrariada, sin embargo, las palabras de una paciente (Mia Farrow), sus dudas y confesiones, provocan que Marion haga un balance de su propia vida. Los temores de la paciente se iran materializando en la propia realidad de Marion, que nos narra con una voz en off tranquila y resignada, cómo se va desmoronando su mundo, cómo va descubriendo que las cosas no son como ella pensaba.
La película es sencillamente magistral. Una pequeña joya (apenas dura una hora y diecisiete minutos). Tiene una sensibilidad y una profundidad demoledoras. De esas películas que te dejan pegado al asiento, pensando en lo que has visto, asimilando que a veces uno puede llegar a descubrir que el mundo no es como cree, que es posible que uno se detenga a observar a su alrededor y descubra un entorno hostil donde creía ver armonía.
Los actores están soberbios. Ian Holm, Gene Hackman, Blythe Danner o Martha Plimpton están perfectos en sus respectivos personajes. Y la banda sonora, que incluye piezas de Mahler, Bach, Erik Satie o Kurt Weill. Y la fotografía de Sven Nykvist, el fotógrafo habitual de Bergman. Y es interesante la referencia al cuadro “Esperanza”, de Gustav Klimt: Hope (esperanza) es el nombre del personaje interpretado por Mia Farrow. Y esa última frase sobre si un recuerdo es algo que se tiene o algo que se pierde. En fin, que es una película que he visto varias veces y que siempre me conmueve.
6 comentarios:
También me gusta Woody Allen y mucho. No conocía esa película, pero por la descripción que haces imagino que es del estilo de "Septiembre" una de mis favoritas. Así que intentaré conseguirla para disfrutarla.
Saludos.
A mi también me gusta Woody Allen. Tengo amigas que no lo toleran.
Aún me faltan películas como "Otra mujer" no la he visto.
Me llamó la atención el tema. La buscaré.
Yo quisiera escucharlo en vivo cuando toca el clarinete.
Acabo de ver su libro, ¿lo recomiendas?
Abrazos.
Woody Allen es uno de mis favoritos, pero reconozco que me falta mucho por conocer de su obra. Gracias por mencionar esta película!
Jesús Alcolea, profesor de la Universidad de Valencia, organiza unas proyecciones con el lema de "Cine y Filosofía" donde casi siempre pone películas del amigo Allen.
Un filósofo que pasa desapercibido.
Saludos cordiales
Hola Jose, me ha gustado mucho lo que comentas sobre esta pelicula de Allen, esta no la conocía y eso que el siempre me ha gustado mucho.
Pinta muy bien lo que cuentas, ese punto voayeur de escuchar o ver lo que hacen otros es muy literario y a la vez muy cinematografico..
Un saludo
Con lo que me gusta a mí Allen, y no la conocía... Pues a remediarlo.
Gracias.
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