martes, julio 26, 2011

Secuestrados



Una de mis pasiones cinéfilas inconfesables es el cine de terror. He de reconocer que me gusta que una trama me mantenga pegado al sillón y con el corazón en un puño. Y eso es exactamente lo que ofrece y lo que da “Secuestrados”, de Miguel Ángel Vivas. Un artefacto milimétricamente calculado que consigue meter al espectador en una atmósfera claustrofóbica y de una violencia creciente.

Una familia, padre, madre e hija, acaban de trasladarse a una nueva casa. Un lujoso chalet en una privilegiada zona residencial. De pronto, tres encapuchados irrumpen en el hogar y la tensión se dispara. En manos de unos desconocidos, el pánico y la impotencia van minando a los secuestrados, que lo único que pueden hacer es intentar sobrevivir en un espacio cuyas reglas desconocen. En una situación así no hay héroes, sólo víctimas en estado de shock y de indefensión.

Los actores están perfectos en sus papeles, transmitiendo una intensidad y un realismo francamente perturbadores. Fernando Cayo, el padre, intentando mantener la calma, Ana Wagener, una madre absolutamente desbordada por las circunstancias, y Manuela Vellés, la niña mimada que se encuentra de pronto en el centro de un mundo dantesco.

Por supuesto, una de las bazas de esta película es el modo en que está rodada. Doce planos secuencia, sin cortes, que nos llevan de un lado a otro de la casa, de uno a otro de los personajes, sin detenerse, sin darnos tregua, lo cual demuestra una planificación elogiable. Y consigue, con un estilo nervioso que se va acelerando conforme avanza la trama, que nos sumerjamos en ese ambiente cerrado y angustioso. Un film no apto para todos los estómagos, de una violencia extrema y una claustrofobia casi inaguantables. Un film arriesgado, hiperrealista y eficaz.

Trailer:

miércoles, julio 13, 2011

El escritor

El escritor se sienta frente a la pantalla del ordenador dispuesto a renovar el género del relato corto. Algo innovador. Algo que no haya hecho nadie. Algo rompedor. El futuro de la narrativa breve. La pantalla parpadea. El escritor piensa. Tal vez narrar la historia al revés. O alternar voces narrativas. La primera y la tercera persona. El presente y el pasado. Quizá romper la estructura. Fragmentos desordenados. Mezcla de lenguaje científico y lenguaje literario. Metaficción. Personajes reales y personajes inventados. Biografía y fantasía. Mezcla de géneros. Western y Ciencia Ficción con unas gotas de terror gótico. Narrador omnisciente y monólogo interior. El escritor se desespera. Se levanta de la silla y da vueltas por el cuarto. Todo lo que se le ocurre parece haber sido ya hecho con anterioridad. ¡Maldito Cortázar! Inventar un lenguaje nuevo. Utilizar las abreviaturas de los mensajes electrónicos. Historia de amor en un chat. Golpea la mesa con furia. Y de pronto tiene una idea. Estira los dedos y comienza a teclear el principio: Érase una vez…

domingo, julio 03, 2011

Asco


“Asco” es un libro sobre un crucero, o mejor dicho, sobre el modo en que el protagonista, el propio autor, observa todo lo que le rodea en un crucero. Un crucero que resulta ser el mismo que realizó el escritor norteamericano David Foster Wallace para escribir el reportaje titulado “Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer”. Un crucero que se convierte en un catálogo de actitudes, de excesos, de comportamientos desinhibidos, propios de una situación de desmadre propiciada por un estado en el que se supone que uno debe divertirse y que suele denominarse “estar de vacaciones”.

El narrador adopta una actitud bernhardiana, de intransigencia y desprecio hacia las groserías, la falta de educación, los concursos denigrantes, los buffets pantagruélicos, las excursiones agotadoras, las bromas fuera de lugar, las actitudes irrespetuosas hacia los que están realizando su trabajo, etc. etc. Suele ser taxativo en sus aseveraciones y, aunque su primera intención es sólo la de observar, lo cierto es que termina juzgando todo lo que ve, adoptando una actitud beligerante e intransigente ante lo que le parece intolerable, y no duda en admitirlo: Indico y, a posteriori, juzgo, pero no hice nada para evitarlo ni lo haré si me topo en lo sucesivo con escenas similares.

El libro va narrando el itinerario del crucero, presentando situaciones grotescas, galas esperpénticas, pero también describiendo lugares, el encanto de las ciudades que van recorriendo, todo escrupulosamente estructurado y programado. Un libro que fluye sin tropiezos, pese a los diferentes planos que va combinando. Podría ser un libro de viajes sin serlo, también un reportaje cuyas reglas no respeta. Mientras escribe, compara sus vivencias con las que narra Foster Wallace en su libro, acudiendo incluso a sus palabras en alguna que otra ocasión. También recurre a citas de libros o incluso de la wikipedia para completar una descripción. El lado real de lo narrado lo aleja de la novela, así como el posicionamiento subjetivo ante lo que se va encontrando lo acerca a una narración de corte testimonial. Y, como último dato, éste anecdótico, espero que disculpen la licencia, aún se produjo en mi caso un paralelismo asombroso con lo que ocurría a mi alrededor. Me explico. Yo leía el libro mientras realizaba un viaje en tren junto a un numeroso grupo de personas mayores, jubilados seguramente, que resulta que ¡regresaban de un crucero! Y mientras yo leía los pensamiento de ese narrador airado ante el afán de consumismo y la impostada desesperación por comer y fotografiar todo lo habido y por haber, el grupo a mi alrededor narraba sus experiencias y recordaban los lugares visitados a cámara rápida. Una coincidencia francamente desconcertante.

“Asco” es un libro que escapa a las generalizaciones, que no se deja clasificar con facilidad, un libro que respira sinceridad y que aboga por cosas tan desgraciadamente devaluadas como la buena educación, el respeto hacia los demás y las buenas maneras que deberían regir nuestra convivencia. Un libro que denuncia la debilidad del individuo ante la masa, cómo el comportamiento colectivo parece escapar al control de cada uno de sus componentes, cómo se pierde la compostura ante todo aquello que se nos ofrece incluido en un precio que pretendemos amortizar a toda costa y cueste lo que cueste. Un libro sobre nuestra actitud ante lo que nos rodea, nuestro papel en la comedia humana. Un libro, en definitiva, que se lee con interés, que fascina e indigna, que divierte e ilustra.

lunes, junio 27, 2011

El discurso del rey


La épica se encuentra en la lucha contra nuestras limitaciones. El discurso del rey es un auténtico thriller en el que el malvado rival que hace la vida imposible al protagonista es su propia tartamudez, defecto enormemente importante para alguien que está obligado a dar discursos solemnes. La relación del rey Jorge VI con un particular instructor, Lionel Logue, que le ayudará a dominar el problema, es la base sobre la que se sustenta el film. Dos antagonistas unidos por un fin común, preparándose para lo que ha de ser la prueba de fuego, el discurso más importante, aquel en el que se informa al pueblo inglés del inicio de la guerra con Alemania. No pueden cometerse fallos en un momento así. Gran película, rodada de una forma amena, con momentos divertidos y siempre respetuosa con los personajes. Tanto Colin Firth como Geoffrey Rush están enormes en sus interpretaciones, y lo mismo para Helena Bonham Carter.
Acaba de editarse en DVD.

lunes, junio 20, 2011

Lo que fue de nosotros


Carlos Manzano es uno de esos escritores que realiza su labor discreta pero incansablemente, un narrador nato con una prosa estilísticamente muy cuidada. Tiene dotes más que suficientes para que su nombre aparezca siempre que se hable de autores que han de tenerse en cuenta. Gente con mucho menos mérito y menos capacidad anda por ahí haciendo mucho ruido. Y es que a veces la literatura se mueve al ritmo de esos ruidos, de lo que uno sea capaz de gritar. Es muy difícil que un libro, por sí solo, por bueno que sea, se abra camino. Es necesario un golpe de suerte muy grande. Y es una pena. Hay que destacar este tipo de obras y este tipo de escritores. Y no sólo cuando al autor le acompañe una circunstancia personal que pueda resultar cuanto menos “curiosa”, como un trabajo en una fábrica o conduciendo un autobús, por decir algo, sino cuando realmente el libro tenga méritos suficientes para ser recomendado sin dudas ni rubores, con la seguridad de que quien se acerque a ese libro no va a salir defraudado y se va a encontrar con una lectura estimulante.
Carlos Manzano nació en 1965, en Zaragoza, es autor de las novelas “Fósforos en manos de unos niños”, “Vivir para nada” y “Sombras de lo cotidiano”, publicados todas ellas por la editorial Mira. También es autor de la novela corta “Las fuentes del Nilo”, que resultó finalista del I Premio Letras de Novela Corta en 2003, de “El desierto”, que fue ganadora del I Concurso Literario Villa de Benasque, y de la novela “Lo que fue de nosotros”, editada por ediciones Nuevos Rumbos. Manzano, hombre de gran curiosidad y voracidad literaria es también el coordinador de la revista digital “Narrativas”.
Me llevé el libro “Lo que fue de nosotros” en el viaje que hice hace poco a Alicante. La lectura del libro de Carlos Manzano me absorbió de inmediato, en cuanto leí las primeras frases:
Hay tragedias que nunca se superan. La muerte de un hijo, por ejemplo. O peor aún: su asesinato cobarde. Un asesinato sin culpables, un crimen nunca aclarado, sin nadie sobre quien verter tu odio, tu rabia, tu resentimiento inagotable. Sé muy bien de lo que hablo: a mi hijo de tres años lo mataron salvajemente porque sí, sin motivo alguno, por el simple placer de matar.
Un principio así te corta la respiración y te obliga a cambiar de postura en el asiento (al menos eso me ocurrió a mí) y seguir leyendo. La primera parte alterna las voces de los padres del niño asesinado, que se han separado y han decidido afrontar la desgracia desde posiciones muy diferentes. El padre, obsesivo, ha tenido incluso que pasar una temporada en un psiquiátrico. La madre, por su parte, se rebela contra la vida ordenada que ha llevado siempre y se lanza a una experiencia sexual que no parece tener un rumbo definido. La segunda parte de la historia está narrada por el policía encargado del caso, cercano a la jubilación y obsesionado no sólo con el asesinato sino también por la madre del niño. Y, por último, la tercera parte recupera las voces del padre y la madre para cerrar la trágica historia.
Un libro breve, de apenas un centenar de páginas, que nos habla de cómo sobrevivir a una tragedia, del rumbo que damos a nuestras vidas, de las recónditas razones que a veces guían nuestros actos. Una novela que se lee de tirón.



Su libro anterior, “Sombras de lo cotidiano”, tiene como protagonista a un escritor cuyas obras son rechazadas por falta de vigor y vacío argumental, lo cual le mueve a buscar un tema real sobre el que escribir: el crimen de una familia en Valladolid que fue llevado a cabo, al parecer, por la joven asistenta del hogar, aunque sin que se sepan los motivos que la empujaron a tal atrocidad. Así que el escritor pide vacaciones en su trabajo y se desplaza a Valladolid, dispuesto a indagar en esa historia. La primera noche que pasa en esa ciudad conoce a una perturbadora mujer con la que vive una impetuosa relación. A partir de este momento, la trama, disfrazada de novela negra, indaga en el interior de su personaje y en las cuestiones que rigen nuestra existencia y nuestro destino.
Como dice el protagonista de este libro: Lo importante es el hecho mismo de escribir, es lo que te ayuda a reconciliarte contigo mismo.

domingo, junio 12, 2011

Feria del Libro 2011


Este año se complicó todo y sólo pude estar en la Feria del Libro de Madrid un día. El sábado día 11 realicé un viaje relámpago aprovechando una de las ofertas del AVE y me planté en Madrid. El día fue extremadamente caluroso y la Feria me resultó más larga que otros años. No es de extrañar que por la noche tuviera que poner los pies a remojo.

Me llevé una mochila vacía y la traje llena de libros. Ninguno de un autor alemán, pese a que la Feria estaba dedicada este año a la literatura alemana. Lo cierto es que no percibí ninguna presencia de autores alemanes por allí. En cambio, la que sí visitó el parque del Retiro para firmar infinidad de libros fue Isabel Allende.



La cola de gente esperando una firma suya era, por decirlo de algún modo, escalofriante.



Sentía que debía aprovechar al máximo el tiempo. Estuve consultando los autores que iban a firmar ese día. Bueno, los que aparecen en la lista porque la experiencia dice que luego se encuentra uno con gente firmando que, en principio, no estaba anunciada en ninguna parte. Belén Gopegui firmando su último libro, “Acceso no autorizado”. Elvira Lindo firmaba una recopilación de sus artículos, “Don de gentes”. Rosa Montero, su último libro, “Lágrimas de Lluvia”. Antonio Muñoz Molina, Leopoldo María Panero, Manuel Vicent, Mario Muchnik, Rafael Reig, Benjamín Prado, Lorenzo Silva o Jimina Sabadú, autora de la novela “Celacanto”, ganadora del XVI Premio Lengua de Trapo de novela, entre otros muchos.



Por supuesto, había autores muy solicitados, como Matilde Asensi, María Dueñas, Kate Morton, Javier Sierra, Albert Espinosa, que sigue siendo uno de los más vendidos con su libro “Si tú me dices ven lo dejo todo, pero dime ven”, título extraño donde los haya, Megan Maxwell, Care Santos... También caras conocidas de la televisión, como Nuria Roca o Javier Sardá.




Aproveché para visitar la caseta en la que se encontraba la editorial Traspiés. Allí estaba mi libro y todos los títulos de la colección Vagamundos, entre ellos los dos últimos lanzamientos: “Lecturas y lugares”, de José Luis García Martín, y “Una sombra en Pekín”, de José Ángel Cilleruelo. Me llevé estos dos títulos, firmados amablemente por sus autores.




También compré el último libro de Manuel Longares, “las cuatro esquinas”, en el que reúne cuatro historias ambientadas en Madrid.



El libro de cuentos de Irene Jiménez, “La suma y la resta”, editado por Páginas de Espuma. Éste es su cuarto libro de cuentos, después de “La hora de la siesta”, “El placer de la Y” y “Lugares comunes”. Una autora de la que había oído hablar mucho y que tenía ganas de conocer.



La novela de Esteban Gutiérrez Gómez, “La enfermedad del lado izquierdo”, editada por Eutelequia, que narra la historia de un hombre que se rebela contra una existencia excesivamente programada. Uno de esos libros que se está dando a conocer gracias al boca oreja de sus lectores.



Y, por supuesto, aproveché para comprar el último libro de Miguel Ángel Zapata, “Esquina inferior del cuadro”, editado por Menoscuarto. Al parecer, Zapata, que ya había publicado dos recomendables libros de microrrelatos en la editorial Traspiés, “Baúl de prodigios” y “Revelaciones y magias”, reúne en este nuevo libro historias de mayor extensión cuyos protagonistas, según cuenta la sinopsis, aparecen esquinados, fuera de lugar, ajenos a su tiempo y sus deseos.



Además tuve la suerte de poder encontrarme allí con amigos como Pepe Cervera, José Ángel Barrueco, Francisco Javier Torres, Fernando Valls, José Antonio López, Juan Jacinto Muñoz Rengel... y de conocer a Jesús Ortega, autor del libro de relatos “El clavo en la pared” (Cuadernos del Vigía), a David Roas, cuyo último libro se titula “Distorsiones” (Páginas de Espuma), y a Luis Argeo, cineasta y escritor de guías de viaje.

El año que viene espero poder estar más tiempo, tomármelo con un poco más de calma y, con suerte, disfrutar de una Feria muy especial.


viernes, junio 03, 2011

Network


En 1976, Sidney Lumet dirigió una película sobre el mundo de la televisión titulada Network, que llevaba al límite lo que supone para los medios de comunicación su sometimiento a los índices de audiencia, imaginando qué barreras morales podrían saltarse amparándose únicamente en lo que quiere ver la gente. Aquí se estrenó con el subtítulo Un mundo implacable. El guión era de Paddy Chayevsky, y se dice que se inspiraba en el caso real de la presentadora Christine Chubbuck, que se suicidó en directo en su programa.
Un film más que recomendable, con unas interpretaciones excelentes y una carga de denuncia social que se echa de menos en el cine actual. No sólo los medios de comunicación salen mal parados en esta película, también algunos personajes, víctimas de su ambición y que no dudan en justificar sus actos con el argumento de la “profesionalidad”. El caso es que todo lo que plantea Network sigue siendo aplicable en la actualidad, y no es difícil darse cuenta de que algunas cosas incluso han empeorado.
Network cuenta la historia de un presentador de televisión que anuncia que se suicidará en directo, ya que le han comunicado que van a cesarle debido a las bajas audiencias. De inmediato, el programa se convierte en un éxito y las posturas de los directivos de la cadena empiezan a enfrentarse. Unos dicen que hay que retirar al presentador y convencerlo para que se someta a tratamiento, pero otros sostienen que lo más inteligente es explotar este nuevo “filón” y convertir al presentador en una especie de predicador. Con esta premisa, la denuncia sobre los maquiavélicos intereses que pueden determinar la toma de decisiones en un medio de comunicación es demoledora.
Me gustaría colgar uno de los monólogos más impactantes del film. Sólo lo encontré en versión original subtitulado en francés, pero debajo del vídeo está el texto en español. Un discurso que también sigue vigente, especialmente en estos momentos de indignación ciudadana.





No tengo que decirles que las cosas están mal, porque todo el mundo lo sabe. Hay crisis. Mucha gente está sin empleo o con miedo de perder el que tiene. Con un dólar se compra por valor de un centavo, los bancos quiebran, los tenderos guardan un revólver en el cajón, lo maleantes andan sueltos, nadie sabe qué hacer. Y, lo que es peor, no se ve una solución. El aire es tan malo que no se puede respirar, y los alimentos tan malos que no se pueden comer. Seguimos sentados ante el televisor mientras un locutor nos cuenta que durante el día ha habido quince homicidios y sesenta delitos violentos, como si eso fuera lo más corriente del mundo.
Sabemos que las cosas están mal. Peor que mal: están locas. Todo en todas partes se vuelve loco y ya no queremos salir a la calle. Nos quedamos en casa y lentamente el mundo en que vivimos se empequeñece y sólo decimos: “por favor, dejadme vivir tranquilo en mi living, dejadme con mi tostadora, con mi radio, mi televisor y mis electrodomésticos y no diré nada, dejadme en paz”.
Pues yo no voy a dejarles en paz. Quiero que se irriten conmigo. No que protesten ni que hagan manifestaciones, ni que escriban a su diputado, porque yo no sabría decirles qué es lo que deben escribir. No sé qué hacer con la crisis, ni con la inflación, ni con los rusos, ni con el crimen en las calles... Lo único que sé es que tienen ustedes que montar en cólera. Tienen que decir: ¡Soy un ser humano, maldita sea! ¡Mi vida tiene un valor!
Quiero que ahora se levanten todos, que se levanten todos de sus sillones, quiero que se levanten todos y que vayan a sus ventanas, que las abran y que saquen la cabeza gritando: ¡Estoy más que harto y no quiero seguir soportándolo!
¡Estoy más que harto y no quiero seguir soportándolo!
¡Estoy más que harto y no quiero seguir soportándolo!

sábado, mayo 28, 2011

Texto de la presentación de "Elefantiasis"


Es para mí un placer tener la oportunidad de acompañar a Raúl en este acto. Y a Mariano Zurdo, de Editorial Talentura (antes Editores Policarbonados), responsable de esta preciosa edición ilustrada por Carmen Puchol y que incluye un interesante prólogo firmado por nuestro común amigo Francisco Machuca.

Raúl Ariza es autor de un blog de referencia, visitado por muchísima gente: “El alma difusa”. Ese blog ha sido y es su carta de presentación, su salida al mundo. Los blogs se han convertido en un medio ideal para exponer la propia obra al juicio de los demás. El éxito de “El alma difusa” es incuestionable, y ahí podemos comprobar, entre otras cosas, lo importante que es el cine como fuente de inspiración para Ariza.

Leyendo “Elefantiasis”, lo primero que uno se pregunta es cómo es posible que Raúl Ariza no haya publicado antes, porque se trata de un libro que pone de manifiesto la calidad literaria de su autor, calidad que uno no adquiere de la noche a la mañana sino que requiere muchas horas de dedicación, de práctica.
Imagino a Ariza escribiendo en sus ratos libres, casi en secreto, por el mero placer de contar una historia, de soñar unos personajes, de inventar un mundo que, tal vez, nos ayude a comprender este. Y es que escribir suele ser un acto de insatisfacción, de rebeldía incluso, casi de prepotencia, nada menos que la invención de un mundo imaginario, de gente que no existe, de personajes que parecen incluso salir de las páginas y sentarse a tu lado, pidiéndote explicaciones, reprochándote que seas el responsable de sus desgracias.
André Gidé escribió: “El mal novelista construye sus personajes, los dirige y los hace hablar. El verdadero novelista los mira actuar”. Y en este libro Raúl observa a sus personajes y nos cuenta lo que va viendo, lo que hacen, cómo se comportan, cómo esa mujer de setenta años observa su desnudez en el espejo, o la que prepara la cena con falda y zapatos, señal inequívoca de que algo no encaja en la estampa cotidiana, o ese hombre solitario, viudo, que todos los jueves se bebe un par de gin-tonics en un club de carretera, o ese otro que se encuentra solo en una parada de autobús a las tres de la madrugada. Dramas, historias que nos golpean, que nos recuerdan el sufrimiento de los demás. Raúl dice en uno de estos cuentos: “Yo creo que mirar es hermoso. De hecho, es la primera expresión amorosa que se me ocurre”. (p. 23 – Una mirada). Y eso es lo que hace, mirar a su alrededor, sin juzgar a nadie ni tomar partido, sin moralinas ni conclusiones lapidarias. Mero testigo, cronista antes que fabulador, sus historias van configurando un mundo reconocible e imperfecto.

Uno de los temas que conviene resaltar es la capacidad de empatía que demuestra el autor. A fin de cuentas, escribir es colocarse en el lugar del otro, como dijo Vila-Matas. Y Ariza adopta en “Elefantiasis” perspectivas diferente: unas veces la voz de una esposa, otras la de un homosexual, la experiencia de un hombre sacudido por las circunstancias o la siempre eficaz voz del narrador omnisciente que registra lo que sucede con la asepsia de un forense. Autor minucioso, él mismo afirma en otro de los relatos: “Y es curiosamente en las pequeñas cosas, donde advierto más dificultades”. (p.36 – Le suelo tocar el pelo). Y no puede ser de otra manera, teniendo en cuenta que es en los pequeños detalles donde realmente se mide la capacidad de un escritor, su poder de observación y de evocación.  
Las historias de Raúl Ariza se centran en un momento concreto, generalmente anterior o posterior al suceso central del relato. Un momento en el que aparentemente no ocurre nada, ese instante en el que uno interioriza algo que le ha ocurrido, algo que le ha cambiado la vida. Pero la maestría de Ariza se encuentra en su capacidad para dejarnos entrever aquello que no nos está contando, la parte escamoteada cuyo peso resulta evidente. Y todos estos relatos van dibujando el perfil de una sociedad opresiva, fría, en la que cada individuo, a la hora de la verdad, se encuentra solo ante sus circunstancias. No estamos ante un libro autocomplaciente, sino que resulta duro en ocasiones, y nos incomoda en otras, y consigue zarandearnos como cuando nos intentan sacar bruscamente de un sueño para que nos asomemos a la realidad. Un libro cuyos relatos, breves, de apenas un par de páginas, conseguirán que nos quedemos con la mirada perdida y noqueados ante su lectura. Algo muy difícil de conseguir y que pocas veces ocurre. El valor de los grandes relatos: lograr trastocar nuestra realidad desde la ficción.

El relato, como género, va ganando el reconocimiento que se merece, recuperando su dignidad y su valía. Y en ese camino, a golpe de buen hacer y de autores como Raúl Ariza, va consolidando su lugar en el mercado y ganando el favor de los lectores. Un buen relato proporciona un placer difícil de describir, la sensación de que algo se ha trastocado a nuestro alrededor, tal vez algo imperceptible pero suficiente para tener la sensación de que nada es ya como era antes. Esa es su magia, su poder oculto, capaz de expandirse tras la lectura, difícilmente acotable, pese al intento de algunos autores por describir sus características, delimitar sus horizontes, clasificar su temática o la forma de abordarlo; el relato siempre consigue escapar a todos estos intentos y parece burlarse de quienes defienden una única forma de abordar un género cuya característica más destacable sería, precisamente, su heterogeneidad. Como dice Sergio Pitol “sería monstruoso que todos los escritores obedecieran las reglas de un mismo decálogo o que siguieran el camino de un único maestro”.

Escribir es, en general, una tarea solitaria, una actividad misteriosa, un poco incomprensible. Y en la propia obra se encuentran las preocupaciones y obsesiones de cada autor. Los demonios que le impulsan a seguir adelante, a transformar en palabras, en historias, las propias reflexiones. En base a esas preocupaciones se aborda el hecho literario. En el caso de Ariza, nos encontramos con un entorno realista y una preocupación centrada en el ser humano; un planteamiento moral, aunque no moralista.  El propio título del libro, “Elefantiasis”, transmite, junto con la portada y la cita que lo encabeza,  el recuerdo de David Merrick, el famoso hombre elefante que, en la película que sobre su vida filmó David Lynch, reafirmaba su humanidad  proclamando que él no era un animal, sino un hombre. Un hombre, ni más ni menos, como los que encontramos en las páginas de este libro, con sus deformidades, sus problemas, su mundo, sus circunstancias, a veces terribles, el lado amargo que intentamos ocultar a los demás o que nos negamos a admitir. Un lado oscuro  que sólo depende de las circunstancias adecuadas para que se manifieste y nos recuerde nuestra vulnerabilidad.

En fin, todo esto que he dicho hasta ahora, es tan sólo para asegurarles que “Elefantiasis” es un libro cuya lectura no deberían perderse.

miércoles, mayo 25, 2011

martes, mayo 17, 2011

Blogs amigos

Resulta que hoy es el día internacional de internet.

Me gustaría mencionar algunos blogs con los que comparto andadura y cuya trayectoria suelo seguir con interés. Blogs con los que he establecido una relación que, en muchos casos, ha rebasado el límite de lo virtual.

Raúl Ariza. “El alma difusa”. Un escritor muy interesante que nos ofrece relatos impactantes, sobre gente corriente y situaciones dramáticas desde un punto de vista aseptico, como si nos enseñara una fotografía. De hecho, se puede decir que la imagen es fuente de inspiración esencial para Raúl.

Graciela Barrera. “Las palabras son mis ojos”. Mi amiga de México escribe un blog lleno de sensibilidad, cercano a la poesía. Una ventana abierta a sus inquietudes artísticas.

José Ángel Barrueco. “Escrito en el viento”. Un blog esencial para estar al día, para enterarse de novedades literarias que no aparecen en los suplementos. Un blog de referencia con el que encuentro muchas afinidades.

José Manuel Benítez Ariza. “Columna de humo”. Diario en el que su autor vuelca sus reflexiones, sus preocupaciones, sucesos que le han ocurrido o artículos que ha publicado. Una lectura que transcurre como una agradable charla con un amigo.

Elena Casero. “Ad Libitum”. El blog personal de una escritora que ya es amiga y cuya obra va creciendo, imparable.

Conde Duque. “Los evangelios de la risa absoluta”. Blog personal, inteligente, iconoclasta y muchas veces desenfadado, que exhibe un fino sentido del humor. La cita con la que lo encabeza es de Cioran: "Yo sé que todo es irreal, pero no sé cómo probarlo".

Dsdmona. “El mundo de Dsdmona”. Su autora nos cuenta de un modo directo su opinión sobre los libros que lee o las películas que ve. También nos muestra excelentes fotografías. Un blog muy personal.

José Carlos Díaz Pérez. “Los diarios de Rayuela”. Como su nombre indica, es un blog con formato de diario. Diario de reflexiones, pensamientos, lecturas, lugares... El cuaderno de notas de un interesante escritor.

Esteban Gutiérrez. “El laberinto de Noé”. Autor inquieto, interesado especialmente en el género del relato y su espacio es un sitio indispensable para estar al tanto de lo que ocurre en torno a este género en particular y a la literatura en general.

Juan Herrezuelo. “Pasadizos”. Ha empezado hace poco su particular aventura bloguera y ya se intuye que el suyo va a ser un lugar de referencia para los amantes de la literatura.

Mabalot. “Mi cama es una barca”. Una voz sincera, lúcida, culta y un poco socarrona va desgranando las vivencias, lecturas y reflexiones de un escritor al que se lee con gusto y admiración.

Francisco Machuca. “El tiempo ganado”. Un blog que ha ido creciendo de un modo imparable. Un blog exigente, ajeno a las banalidades, concienzudo y lleno de sensatez, que se interesa por el cine y la literatura principalmente.

Elías Moro. “El juego de la taba”. Blog de autor, en el que se puede apreciar la calidad humana de Elías Moro y su elegante estilo literario, su curiosidad y su capacidad para detenerse en los pequeños detalles.

Miguel Ángel Muñoz. Su blog “El síndrome Chéjov” sigue siendo un lugar de referencia para todos los amantes del relato. Hace poco cumplió cinco años y aprovecho ahora para felicitarle. Os recomiendo el texto que publicó en esa fecha, en el que elogiaba el formato blog frente a las redes sociales.

Jorge Ordaz. “Obiter dicta”. Blog elegante, sobrio, en el que su autor nos va regalando pequeñas píldoras de sabiduría, de curiosidades, de alimento para el espíritu, de pasión hacia los libros, pasión de bibliófilo.

Francisco Ortiz. Su blog principal es “Novela negra y cine negro”, aunque acaba de iniciar “El blog de Francisco Ortiz”. Compañero de fatigas cuyas recomendaciones literarias vale la pena tener en cuenta.Iniciamos andadura el mismo año y muchas veces nos hemos encontrados con similares dudas e inquietudes. También escribe el blog “En la aurora”.

Palimp. Cuchitril literario. Su autor nos habla de los libros que caen en sus manos, y siempre suele incluir un pequeño extracto. Es un blog cercano en el que se percibe la voz de un enamorado de la literatura.

Petrusdom. “Montañas de silencio y profundos ríos de palabras”. La voz sosegada, la mirada lúcida, de un amante de la cultura en general y de la lectura en particular.

Javier Puche. “Puerta falsa”. Blog dedicado al microrrelato, en el que podemos leer los siempre interesantes textos de este escritor.

José Romero. “Atracadero”. Cómo la red crea simpatías que se afianzan con el tiempo. José Romero y yo nos leemos desde hace años. Compartimos nuestras lecturas e inquietudes. Todo un lujo.

Antonia Romero. “Mientras esperas...”. Lecturas, reflexiones, experiencias personales. En este blog hemos sido testigos de la publicación del último libro de Antonia Romero: “La tumba compartida”, ganador del II Certamen Literario Imprimatur. Enhorabuena.

Ruth. “Contando historias”. Profesora y escritora. En su blog nos habla de sus aconteceres diarios y de sus peleas con sus textos, de lecturas y esperanzas, siempre con un estilo desenfadado y divertido.

Sfer. “Librosfera”. Un blog imprescindible para los amantes de los libros, en especial de la literatura infantil y de los álbumes ilustrados. La labor de Sfer es incansable y mantiene una trayectoria uniforme y llena de coherencia cuyo esfuerzo debe reconocerse.

Rosa Silverio. “Rosa Silverio”. Rosa es una poeta dominicana enamorada de la literatura y siempre implicada en todo tipo de actividades de las que nos informa a través de su blog, en el que también podemos leer algunos de sus personales poemas.

Alvy Singer. “El rincón de Alvy Singer”. Siempre es un lujo acceder a los contenidos del blog de Alvy. Otro de los espacios que sigo desde el principio de mi andadura bloguera y que ha ido creciendo con el tiempo convirtiéndose en un lugar de referencia indiscutible.

Blanca Vázquez. “El gusanillo de los libros”. Ofrece reseñas muy trabajadas sobre todas aquellas lecturas que le interesan. Siempre rigurosa y respetuosa con los textos, muy lejos de esas críticas supuestamente “sinceras” que se dedican a denigrar e insultar con más o menos gracejo. Además también gestiona un interesante blog de cine: “El rincón del cinematógrafo”.

Recaredo Veredas. “La línea recta”. El mismo Recaredo define su blog como un lugar donde encontrar relatos, reseñas e híbridos extraños, pero es mucho más, un lugar donde se combina la reflexión personal con el análisis certero.

Mariano Zurdo. “Literazurda”. Un espacio en el que se aprecia la pasión por la escritura de este autor y editor.


También quiero nombrar otros blogs de referencia, de lectura imprescindible, de esos que ya visitaba antes de embarcarme en esta aventura:

Javier Avilés - El lamento de Portnoy. Textos muy elaborados, llenos de erudición, en los que las lecturas no se agotan sino que dan paso a otras lecturas, a interesantes reflexiones y sorprendentes análisis.

Fernando Valls – La nave de los locos. Blog de referencia indiscutible para los amantes del relato en general y del microrrelato en particular. Fernando Valls no duda en utilizar su espacio para presentar a interesantes autores de ficción breve.

César Mallorquí – La fraternidad de Babel. Un blog íntimo, sincero, en el que su autor nos habla de su pasión por la literatura y, en el camino, va desgranando su historia personal.

Antón Castro – Antón Castro. Leyendo este interesante blog se da uno cuenta de la activa vida literaria que hay en Zaragoza.

Spaulding – Spaulding’s blog. Críticas de cine poco heterodoxas y siempre desde un punto de vista muy personal.

Iván Thays – Moleskine literario. Es increíble la capacidad de este autor para hacerse eco de prácticamente todo lo que acontece en el mundillo literario.

Y, por último, pese a que algunos han espaciado sus actualizaciones, haré mención a otro grupo de blogs, detrás de los cuales se encuentra gente fantástica, como Diego Zúñiga, Anabel, Juan Carlos Márquez, Sergi Bellver, Matías Candeira, José Antonio Galloso, Anabel, Carmen Fernández Etreros, Sr de Portorosa, Mónica Gutiérrez o Pepe Cervera
Sirva esta entrada de pequeño homenaje a la andadura compartida.

viernes, mayo 13, 2011

Quinto aniversario

Cinco años desde que inicié, un poco sin querer, con más prudencia que otra cosa, esta andadura del blog. Cinco años en los que han pasado muchas cosas. Cinco años en los que he mantenido esta actividad bloguera con mayor o menor asiduidad. Cinco años ya.

Yo leía blogs literarios. Nunca dejaba ningún comentario. Y un día pensé que quería intentar escribir un blog como aquellos, así que entré en blogger para ver si era muy difícil y, de pronto, ya tenía el blog formado y había publicado una primera entrada que era un simple saludo.
Era el 13 de Mayo de 2006.

Y aquí sigo. Debo reconocer que sigo prefiriendo el formato del blog a cualquier otro, es el que más se ajusta a lo que me interesa, el que mejor admite textos de extensión media, la combinación de enlaces, fotografías, vídeos... el que a la postre más se asemeja a una revista, con el añadido de poder interactuar con los lectores, de conocer su opinión.
Puedo decir que éste soy yo. Este blog es mi presentación. Gracias a él he conocido a gente fantástica. También me ha ayudado a combatir la pereza y a seguir adelante. Es mi estímulo y mi ventana al mundo.
Mi agradecimiento a todos los que pasáis por aquí.

lunes, mayo 09, 2011

No tengas miedo



Todas las familias dichosas se parecen, pero las infelices lo son cada una a su manera. Así empieza “Ana Karenina” y no pude evitar recordar esta frase al terminar de ver la última película de Montxo Armendáriz, “No tengas miedo”.

Silvia es una niña feliz, en una familia normal, con un padre que siempre juega con ella hasta que un día uno de sus juegos termina de un modo diferente. Y desde entonces Silvia se vuelve una muchacha introvertida, que oculta el horrible secreto de su infelicidad, que sufre trastornos, que pasa las tardes deambulando sola para no volver a su casa, hasta que comprende que debe recoger las piezas del drama y colocarlas de algún modo que le permita seguir adelante con su vida y superar el pasado.

No es fácil tratar de un tema tan duro como el del abuso infantil sin caer en lo escabroso y “No tengas miedo” lo consigue. “No tengas miedo” sobrecoge, nos impacta y nos obliga a posicionarnos. Nos muestra cómo el padre coge a su hija de la mano y va con ella a su cuarto diciéndole que tiene la ropa mojada, que se la quite o cogerá un resfriado, y entra con ella y cierra la puerta y nos deja en el pasillo oscuro, desarmados y horrorizados.

Armendáriz sigue en todo momento al personaje principal y, de este modo, nos transmite su miedo, su desamparo, su incapacidad para reaccionar ante algo que le supera. Es una de las características de este director de mirada analítica, interesado en hurgar en lo que se oculta, en mostrar el modo en que nos defendemos del entorno, especialmente si el entorno es hostil y atroz, lo cual subraya con los silencios y los encuadres.
Un entorno familiar hermético en el que se oculta, se entierra, el abuso con el que debe convivir una niña que no entiende lo que le ocurre y que acepta que nadie quiera verlo, especialmente su madre, interpretada con eficacia y sobriedad por una Belén Rueda que roza la excelencia. También Lluís Homar borda su difícil papel, transmitiendo la amenaza que supone su sola presencia, inquietando y revolviéndonos las tripas cuando más amable se muestra. Por último, las tres actrices que interpretan al personaje de Silvia en distintas etapas de su vida están muy bien, aunque hay que destacar el trabajo de Michelle Janner, que es quien carga con el peso de esta historia asfixiante y, sin duda, necesaria.

Armendáriz introduce testimonios muy duros de víctimas de abusos, que son como pedradas que nos recuerdan que lo que nos están contando está sucediendo de verdad. Tal vez prefiramos mirar hacia otro lado, negarlo incluso, pero eso no lo hace desaparecer.

Contención en las interpretaciones, elegancia en la forma, una mirada que juega con las sombras de una historia que huye de la sordidez y del maniqueísmo, una película que no deja indiferente y que no debería perderse ningún amante del buen cine.

Entrevista con el director a propósito de este film


sábado, abril 23, 2011

La fiesta del libro

Cualquier excusa en buena para promover la venta de libros. Ferias, presentaciones, festivales, actos promocionales o lo que sea. Son síntomas de que el mundo literario se mueve. Son cosas que no imagino cómo podrían mantenerse en un mundo en el que sólo existieran libros electrónicos. Me gusta que los libros salgan a la calle, que invadan el espacio público, que se rebelen contra un mundo cada vez más tecnificado. Hace tiempo que admití que soy un comprador compulsivo de libros, es la única compra que me produce emoción. Los libros crean una segunda realidad, un mapa de ruta de la existencia. Ese placer que produce adquirir libros se tornaría en angustia si no pudiera estar cerca de ellos. Los libros nos hablan, a veces con nuestra propia voz. La lectura es una excusa para evadirnos, para casi desaparecer, para desafiar a la naturaleza y vivir otras vidas. Hace poco, un librero me confesó que no existía mayor placer para él que madrugar los días de fiesta y, antes de que su familia se despertase, salir a la terraza de su casa y ponerse a leer. Desde luego, no se me ocurre nada mejor.


Dice José Jiménez Lozano: De lo que no estoy tan seguro es de que haya que arrastrar o seducir a nadie para que lea, entre otras razones porque eso es como imponer la vida y la hermosura, y robarles la fascinante aventura de su búsqueda a quienes deberían de anhelarlas. Quizá lo que habría que hacer, por el contrario y pensando en aquello de Kafka de que sólo debemos acercarnos a un libro que nos dé un hachazo en la cabeza, era trazar en esas ferias de los libros, como en las cajetillas de tabaco se ponen ominosas advertencias, una leyenda que al comprador del libro previniese de que, al llevárselo consigo, pone en jaque y riesgo sus adentros, que es el honor que al fin y al cabo han hecho todas las satrapías, con sus censuras de los libros, al libro.

miércoles, abril 20, 2011

Purga



Otro libro interesante es Purga, de la escritora finlandesa Sofi Oksanen. Una novela que ha suscitado un entusiasmo enorme, que ha recibido todo tipo de premios, incluido el de Mejor Novela Europea de 2010, escrita por una autora muy joven, nacida en 1977, que es todo un fenómeno es su país. De hecho fue uno de los “fichajes estrella” en la pasada feria de Frankfurt. Su primera novela, Las vacas de Stalin, fue editada en España en 2008 por la editorial 451. Su segunda obra, Baby Jane, no ha llegado a nuestro país, que yo sepa.

La sinopsis de la editorial es la siguiente:

En una despoblada zona rural de Estonia, en 1992, recuperada la independencia de la pequeña república báltica, Aliide Truu, una anciana que malvive sola junto al bosque, encuentra en su jardín a una joven desconocida, exhausta y desorientada. Se trata de Zara, una veinteañera rusa, víctima del tráfico de mujeres, que ha logrado escapar de sus captores y ha acudido a la casa de Aliide en busca de una ayuda que necesita desesperadamente. A medida que Aliide supera la desconfianza inicial, y se establece un frágil vínculo entre las dos mujeres, emerge un complejo drama de viejas rivalidades y deslealtades que han arruinado la vida de una familia.

Narrada en capítulos cortos que alternan presente y pasado a un ritmo subyugante, la revelación gradual de la historia de ambos personajes mantiene en vilo al lector hasta la última página. Con meticuloso realismo, Oksanen traza los efectos devastadores del miedo y la humillación, pero también la inagotable capacidad humana para la supervivencia. Una novela de múltiples lecturas y matices, que por su originalidad y su maestría nos asombra y sobrecoge.

domingo, abril 17, 2011

Antes de las jirafas


Matías Candeira es uno de los jóvenes escritores que destacan en el género del cuento. Su anterior libro, La soledad de los ventrílocuos, ya dejaba ver un mundo propio, unas claves personales que llamaban la atención. Sus relatos presentaban una realidad distorsionada, los personajes se movían por mundos en los que todo era posible y la realidad se escapaba de sus límites y desafiaba nuestra imaginación. Ahora, Candeira ha publicado un segundo libro, en la editorial Páginas de Espuma, titulado Antes de las jirafas. Las opiniones que he ido leyendo de él son muy elogiosas y es un libro que hay que leer si uno quiere estar al tanto de la vitalidad de un género que va colocándose en el lugar que sin duda merece.


Puede leerse un relato aquí.

sábado, abril 16, 2011

Richard Yates


Un libro titulado Richard Yates que al parecer no tiene nada que ver con Richard Yates. Un libro que despierta entregados elogios y viscerales rechazos. Un libro que había pensado dejar pasar después de ver que a gente de cuyo criterio me fío no le había gustado nada. Pero nada de nada. ¿Estás con Tao Lin o contra él?, parece una pregunta obligada al conocer a alguien. Sin embargo, vuelvo a incluirlo en mi lista. No puedo evitar sentir curiosidad. Aunque no es sólo eso. Lo que ha ocurrido es que entré en el blog de Tao Lin (aquí) y vi un vídeo en el que el propio Tao Lin leía el libro. Y entonces me di cuenta que aquello parecía un poema. Tenía una cadencia inocente, pero no era inocente lo que decía. La crudeza relatada con el lenguaje de un niño. Y entonces pensé que era un libro que había que leer, uno de esos libros que dan mucho que hablar.


Por cierto, aviso para determinadas librerías: Richard Yates es el título. Tao Lin, el autor. Es justo colocarlo en la “L” y no en la “Y”. De nada.

jueves, abril 14, 2011

Wendolin Kramer

Cuando una editorial grande decide publicar una primera novela, a un joven autor poco conocido, siempre me acerco a husmear. Eso me ha ocurrido al encontrarme con Wendolin Kramer, de la escritora Laura Fernández, editada por Seix Barral. Debo admitir que, en un primer momento, el subtítulo “Una historia de superhéroes, supervillanos y un chucho deprimido” me hizo soltar el libro como si me hubiera producido una descarga eléctrica. El título está bien, ¿por qué ese subtítulo? Lo siento, no me gusta. Pero volví a hojearlo. Varias veces fui a echarle un vistazo, a abrirlo por diferentes sitios, a leer algunas de sus frases, directas, coloquiales, ágiles. Me llamó la atención desde el principio y lo tengo que incluir en mi lista de libros a comprar. Me temo que aquí hay una escritora amena, sin alharacas ni aspavientos, de las que te cuentan una historia sin mirarse el ombligo ni pretender ofrecer nada más que un libro divertido, que no es poco.

La propia autora ha dicho en una entrevista que le gusta colocar referentes literarios en contextos completamente diferentes: «En cierto modo, este libro tiene algo de “me voy a reír de todos los géneros”»

martes, abril 12, 2011

Stoner

Stoner es uno de esos libros que se van abriendo camino poco a poco. Un ejemplo más del fenómeno boca oreja. Parece que quien lo lee queda fascinado por esta novela de John Williams, un autor norteamericano, de Texas, que obtuvo el National Book Awards en 1973 por su última obra publicada, Augustus (editada en España como “El hijo de César”, ediciones Pámies), y que falleció en 1994.

Rodrigo Fresán, autor cuyo criterio respeto, lo ha reseñado y su texto comienza diciendo: "Stoner es una obra maestra. Y punto". Es evidente que una reseña así me influye a la hora de interesarme por un libro, así que Stoner pasa a formar parte de mi lista.

domingo, abril 10, 2011

Memorias de una viuda


Joyce Carol Oates, la gran dama de las letras norteamericanas, cuyo nombre siempre suena entre los candidatos al Premio Nobel, publica un nuevo libro. Se trata de un libro autobiográfico y el primer capítulo puede leerse aquí. Me parece un comienzo de los que consiguen que uno quiera seguir leyendo. Un libro narrado con la fuerza y crudeza que caracteriza la escritura de Oates. La sinopsis de la editorial es la siguiente:

En una mañana gris de febrero, Joyce Carol Oates llevó a su marido Raymond Smith a urgencias aquejado de una neumonía; una semana después, ciertas complicaciones terminaban con su vida. Estas deslumbrantes páginas capturan el estado emocional de Oates tras la repentina muerte de su marido, y cómo se ve obligada a hallar su equilibrio sin la alianza que la había sostenido durante cuarenta y siete años y veinticinco días.

Llenas de agudas reflexiones y, a veces, de humor negro, estas Memorias de una viuda narran también una conmovedora historia de amor, lírica, moral e implacable, como las que pueblan sus novelas, y ofrecen un inédito retrato de su intimidad, hasta ahora celosamente guardada.

Me recuerda la lectura de “El año del pensamiento mágico”, de Joan Didion, un libro que me impacto de un modo brutal. Una obra fascinante que afrontaba el dolor de un modo conmovedor.