martes, junio 25, 2019

Esther Peñas - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?

Escribo porque no sé cantar. Escribo para que la palabra cante en mi nombre la pulsión de vida y, al tiempo, presida el silencio. Penélope ama y teje. Yo tejo palabras con ovillos de margen, doy puntadas de azafrán a los versos, frunzo una vainica doble de metáforas. Y amo lo que nombro.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

Mi superstición es que la palabra cura. Y sana. Mi superstición es que el poema pueda ser un territorio de comunión con un tú con el que –supersticiosamente- sentirnos recogidos.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

La pulsión de vida, cantar a lo que se ama, el propio lenguaje (en el tránsito de ir siempre más allá de lo que ya se ha ido), lo sagrado (en tanto que aquello que se ha de preservar), la escucha. El otro. Lo otro. El prodigio, el presagio. La maravilla.

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

Que el auriga sea el lenguaje, trato de evitar que la voluntad de quien escribe nunca la ahogue, intento que lo que se escribe en mí sea una intuición de mundos que me permita el encuentro con el asombro. Si no me asombra, lo escrito no me sacia el hambre.

5.- ¿Eres de las que se deja llevar por la historia o de las que lo tienen todo planificado desde el principio?

Escribo desde el consentimiento nupcial con la palabra. Ella es la que tiene que habitar el lugar. Yo sólo estoy a la escucha. Me nombra, la palabra, el lenguaje acontece en mí, yo ni siquiera lo embrido. Sólo cuando el poema se ha escrito, acaso lo intervengo, despacito, y en voz baja.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?
José Ángel Valente, Gamoneda, María Negroni, Menchu Gutiérrez, Cortázar, Gabriela Llansol, Huidobro, Julio Monteverde, Rafael Soler, Juarroz, Lurdes Martínez, Blanca Varela, santa Teresa, Juan de la Cruz.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.

Después de muchos años sin publicar, tengo vivos dos libros, El paso que se habita (Chamán), un poemario en el que se reivindica la alegría y lo sagrado, que busca perder la fe –en el mejor sentido de la expresión-, y una novela, La vida, contigo (Adeshoras), en la que se apuesta por una manera de estar en el mundo del lado del amor.


Esther Peñas Domingo (Madrid, 1975) es periodista de oficio y poeta. Ha publicado, entre otros, los poemarios El paso que se habita (Chamán Ediciones) y Penumbra (Devenir). Coordinó la edición de Trovadores de silencio (Calambur) y es autora de cuatro libros de entrevistas y cinco novelas, entre ellas La vida, contigo (Adeshoras) y Sesión continua (Odisea). Custodia el tesoro de su propio naufragio. Por eso escribe, para abrir el lugar.

 *La foto es de Lurdes Martínez

martes, junio 18, 2019

Diego Sánchez Aguilar - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?

Escribo para conocerme mejor a mí y para intentar entender algo del mundo que me rodea. Escribo para pensar. La literatura me ofrece un espacio de reflexión, es decir, un espacio donde yo no estoy, donde puedo mirarme, como en un espejo. La literatura me permite salir de mí mismo y del mundo cotidiano donde todo está escrito de una forma que parece inamovible, para crear otras formas, cambiantes, abiertas a mil posibilidades. En ese espacio de indeterminación y de creación es donde todo se pone en juego y donde todo se somete a juicio y a escrutinio: la identidad, las costumbres, las rutinas, las ideas...

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

No tengo supersticiones ni manías, salvo la necesidad de tener tiempo por delante. Cuando me siento a escribir necesito saber que tengo, al menos, tres o cuatro horas libres. No suelo sentarme a escribir en huecos de media hora o una hora, no me da tiempo a concentrarme, a encontrar la voz.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

Las que he mencionado al principio de la entrevista: el mundo, en todos sus aspectos. El hombre, la muerte como límite y definición, lo ajeno al hombre y a su lenguaje y pensamiento. Y, también, el hombre como ser social, político: la pareja, la familia, el trabajo, el lenguaje, el compromiso ético...

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

Decir siempre la verdad. No callarme nada. No pensar en qué puedan pensar determinadas personas cuando lean lo que escribo. Ser fiel al libro, rendirme a él. Y ser muy ambicioso: aspirar a lo máximo, aun sabiendo que nunca voy a llegar al objetivo marcado.

5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo tienen todo planificado desde el principio?

Soy un escritor de ideas, temas y formas. No tengo un plan marcado desde el principio. Tengo un objetivo formal y una obsesión-tema que me va guiando y me va descubriendo cosas que no sabía antes de sentarme a escribir. Creo que no me sentaría a escribir si supiera al cien por cien qué y cómo quiero decir algo.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

En poesía mis autores de referencia son Fernando Pessoa, Rilke, Vallejo, Juarroz…
En narrativa, lo son Cervantes, Dante, Rulfo, Kafka, Beckett, Camus, Chejov, Joyce, Virgina Woolf, Faulkner, Pynchon, DeLillo, Foster Wallace, Bolaño...

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.


Lo último que he publicado es una novela titulada Factbook. El libro de los hechos. Se trata de una falsa distopía escrita para contar el presente. Hay elementos de ficción distópica: uno de los protagonistas esté en una clínica clandestina de criogenización ubicada en una Manga del Mar Menor deshabitada por un terremoto, la otra protagonista ve en el telediario cómo ha aparecido ahorcado en un toro de Osborne el presidente del FMI, aparece una red social clandestina llamada FACTBOOK que parece estar tras esos crímenes políticos...Pero la idea no es crear una distopía del futuro como advertencia, sino hacer un retrato de la España y la Europa actual, sometida a todo tipo de ataques contra las libertades civiles, contra los servicios públicos, contra el ciudadano de a pie...Es el retrato de una era, la nuestra, de la que ha desaparecido la idea de futuro y de esperanza. Es, también, un retrato de toda una generación, la nacida entre entre los años 60 y 80, así como una novela que continuamente apela a la cuestión ética: qué has hecho, qué hiciste, qué vas a hacer. Es una novela muy ambiciosa, contada en tres voces, en la que pretendo abordar un gran número de temas, con una ambición formal también muy marcada.  


Diego Sánchez Aguilar (Cartagena, 1974) es Doctor en Filología Hispánica y profesor de Lengua Castellana y Literatura.
Nuevas teorías sobre el orgasmo femenino obtuvo el Premio Setenil al mejor libro de relatos publicado en España en 2016. A finales de 2018 apareció su primera novela, Factbook. El libro de los hechos en la editorial Candaya.
Como poeta ha publicado Diario de las bestias blancas (Premio Internacional del Poesía Dionisia García, 2008) y Las célebres órdenes de la noche (2016) y poemas suyos han aparecido en revistas como “Quimera” o “Barcarola” y en antologías como Composición de lugar y Desde el mar a la estepa.
También es autor de Poesía vertical, edición crítica de la obra de Roberto Juarroz para la editorial Cátedra. Ha publicado reseñas y artículos de crítica literaria en revistas como Quimera o El coloquio de los perros.

martes, junio 11, 2019

Feria del Libro de Madrid 2019

Un año más visité la Feria del Libro de Madrid. Es una cita que procuro no perderme. El encuentro entre autores y lectores es muy gratificante, y especialmente poder saludar a los amigos que defienden sus obras. Suelo ir con mi cámara en ristre, cazando imágenes al vuelo, como sabrá todo aquel que siga este espacio. Así que, sin más dilación, ahí van las fotos de este años.

 Enrique Vila-Matas.

 Fernando Aramburu.

 Antonio Soler.

 Fernando Savater.

 Jorge Herralde.

 Pedro M. Domene, firmando ejemplares de "El secreto de las beguinas" en la caseta de la editorial Trifaldi.

Pedro Ugarte, firmando ejemplares de su libro "Lecturas pendientes". 

Recaredo Veredas y su libro de poemas "Esa franja de luz". 

Ezequías Blanco firmando ejemplares de su libro de cuentos "Solo hay una clase de monos que estornudan", en la caseta de Huerga&Fierro

Lola López Mondéjar, Clara Obligado y Socorro Venegas en la caseta de la editorial Páginas de Espuma, con el incombustible Juan Casamayor.

 Sara Mesa.

 Marta Sanz, siempre tan amable.

 Eloy Tizón, firmando ejemplares de su último libro "Herido leve".

 Juan Carlos Chirinos, firmando ejemplares de su libro "Los cielos de curumo".

 María Ángeles Chavarría firmando ejemplares de su libro "Actitud emprendedora".

Esther García Llovet y Joshua Cohen firmando ejemplares de "Sánchez" y "Cuatro mensajes nuevos" respectivamente.

Nuria Sierra Cruzado firmando "La mujer que vendía el tiempo" y Begoña Alonso Ibáñez con su libro "Detrás de cualquier viento".

Javier Pérez Andújar, firmando "La noche fenomenal".

Pilar Pedraza, una de nuestras autoras más inquietantes.

 Guillermo Martínez, firmando su libro "Los crímenes de Alicia", con el que ganó el último Premio Nadal.

Limónov, el autor al que el escritor francés Emmanuel Carrère dedicó un magnífico libro.

Miguel Ángel Hernández y el editor Javier Fórcola.

Cristina Sánchez-Andrade y Luna Miguel en la caseta de la editorial La Bella Varsovia. 

Luis Landero, firmando ejemplares de "Lluvia fina". 

Juan José Millás y su libro "La vida a ratos".

Luis Goytisolo.

Luis Alberto de Cuenca.

La caseta de la editorial Sílex. 

 El escritor y dibujante Seth, autor de, entre otras, "La vida es buena si no te rindes".

Tatiana Tibuleac, autora de "El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes", editada por Impedimenta. Una obra que ha obtenido importantes premios, entre ellos el de la Unión de Escritores de Moldavia.

Camilla Lackberg, la exitosa autora de novela negra, tenía una larguísima cola de incondicionales esperando para que les firmase su libro.

Ray Loriga, firmando ejemplares de "Sábado, domingo", que obtuvo el Premio Alfaguara en 2017.
Ouka Leele e Isabel Ordaz en la caseta de la editorial "Huerga&Fierro".

La ilustradora Paula Bonet y la autora del libro "Tierra de mujeres", María Sánchez.

Eva Baltasar, autora del libro "Permafrost".

 Elia Barceló.

 Manuel Jabois, periodista que se estrena en la novela con "Malaherba".

 Marcos Giralt Torrente.

Nacho Carretero, autor de "Fariña".

 Isaac Rosa.

 Julia Navarro.

 Loquillo. 
Por supuesto había cantantes, youtubers, autores de libros juveniles, de autoayuda, personajes mediáticos, todos con numerosos incondicionales, por supuesto.

Paloma Sánchez-Garnica.

Andrés Trapiello.

Hubo autores a los que me habría gustado ver pero que, por una u otra causa, no pude saludar, bien porque no coincidimos en el día o porque cuando llegué a la caseta en la que firmaban, ya era tarde y se habían marchado. Lo siento, no llego a todo. 
También me encontré con otros escritores a los que me alegró mucho saludar, como Maite Núñez, Mónica Crespo, Javier Sáez de Ibarra, Ernesto Baltar, Paul Viejo, Juan Jacinto Muñoz Rengel, Sergi Bellver, Valeria Correa Fiz y Marina Sanmartín. 
No os hablo de los libros que traje, pero sabiendo mi problema de adicción en este sentido, ya lo podéis imaginar.

martes, junio 04, 2019

Nuria Sierra Cruzado - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?

Porque no he encontrado otra forma de explicarme huecos de mi vida a los que no le encuentro sentido. Porque pone en orden mis emociones y me permite compartir con el mundo mi visión de la vida. Porque no puedo dejar de hacerlo. Porque creo que todos los humanos venimos a la existencia equipados con una faceta artística que tenemos que dejar fluir, unos pintan, otros se suben a un escenario, otros tocan un instrumento, otros bailan… y otros construyen mundos con las palabras. Todo humano que no desarrolle ese instinto - que creo que es innato-, debe sentir que le falta algo. Al menos yo tengo la necesidad de ponerlo todo en palabras, es como si escribiéndolo pudiera retener y entender todo lo que ocurre a mi alrededor.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

Ninguna. No soy supersticiosa, ni tengo manías, soy muy sencillita. Escribo de pie, sentada, tumbada, en mi mesa de trabajo, en el sofá, en la biblioteca, en el tren, en la playa, en el bar, en el portátil, en las notas de voz del móvil, en un cuaderno con un lápiz, con música, rodeada de conversaciones, en silencio… me surge una idea, un comienzo o un párrafo y lo escribo. Eso sí, necesito cerrar internet y sobre todo las redes sociales para escribir. Son mis mayores distracciones, en el resto de ambientes soy capaz de aislarme y concentrarme en mi mundo.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

El tiempo me obsesiona en todas sus vertientes: el paso del tiempo, la posibilidad de perderlo o malgastarlo, las oportunidades que no se toman a tiempo, el tiempo cíclico, dónde va el tiempo que pasa… En mis relatos cortos, otras de las temáticas/obsesiones son la infancia (tengo mucha tendencia a la melancolía del pasado), la incomunicación en las parejas, el fracaso de las relaciones, la soledad, la enfermedad, la muerte... Todo muy ligero… Y últimamente, desde que vivo en Sevilla, hay un tema que me está comiendo por dentro: la pobreza, lo invisible que resulta y lo sencillo que puede ser caer en la miseria.   

4.- ¿Algún principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

Sigo dos principios. Primero: tengo que disfrutar o sufrir escribiendo. A veces es una mezcla de ambas sensaciones, a veces una u otra. Y siempre tengo que sentir una emoción sobre lo que escribo, puede ser ira, tristeza o felicidad. Ahora, si no siento nada, no me merece la pena.

Y segundo: escribo con el final en la mente. Se más o menos en qué punto o con qué emoción va a terminar la historia. Puede que, a lo largo del desarrollo, el argumento o el/la protagonista pidan otra cosa, pero siempre comienzo partiendo de un punto A con la idea de llegar a un punto B. Es como una escritura GPS: quieres llegar a un punto de destino y el aparatito te da varias opciones de recorrido (a veces hay solo un camino). Pero en mi caso, lo importante es saber dónde quiero llegar.

5.- ¿Eres de las que se deja llevar por la historia o de las que lo tienen todo planificado desde el principio?

Si planifico me aburro antes de empezar a escribir. No tengo un mapa trazado, pero escribo mucho de cabeza, es decir, hasta que no tengo una cierta estructura en la mente no me siento a escribir porque odio ponerme delante de la página en blanco. Me parece perder el tiempo. Necesito tener el arranque, una imagen, una conversación, el párrafo final... que voy escribiendo mentalmente mientras trabajo, hago la compra, voy en bici o corro, estoy en el gimnasio… es como si mi mente estuviera escribiendo en un segundo plano. Luego me dejo llevar por la historia, lo que me van pidiendo los personajes.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

Esta pregunta siempre me pone tensa… ¡¡me resulta tan difícil elegir!! Soy muy heterogénea, me gusta leer diferentes estilos y voces, tanto los/as autores/as con los que empatizo y siento cercanos como los que me hablan de experiencias lejanas. Leo desde microrrelato hasta novelones. Creo que la única forma de aprender a escribir es ver cómo cada autor/a ha resuelto los problemas que yo tengo a su manera.
Pero vale, me mojo, por autores: Lorrie Moore, Alice Munro, Edna O’Brien, Clara Obligado, Mavis Gallant, Cristina López Cubas, Patricia Estebán Erlés, Cristina López Barrio, Carver, Bukowski, Cortázar, Gabriel García Márquez, Cheever, Hipólito G. Navarro… pero quizá no en este orden. Y no todo lo que han publicado me apasiona.
Los libros a los que siempre vuelvo son los clásicos, donde creo que está la clave todo: Drácula, Madame Bovary, Frankenstein, La conjura de los necios, Historia de dos ciudades, La metamorfosis, Cumbres borrascosas… Y no suelo leer poesía, pero Lorca me pone los vellos de punta.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.

En noviembre de 2018 se publicó mi primera novela breve, La mujer que vendía el tiempo, ganadora del I Premio de Novela Breve de Clara Obligado Escritura Creativa. Es un breve novelón sobre el amor propio, los cambios de paradigma y las oportunidades. Y por supuesto sobre mi obsesión, el tiempo, en su faceta de tempus fugit y carpe diem. Está inspirado en un personaje real, Ruth Belville, una mujer de negocios que iba todas las mañanas al Observatorio de Greenwich, ponía en hora su reloj y les vendía a sus clientes la posibilidad de consultarlo. Esto ocurrió a principios del siglo XX, aunque mi novela está ambientada en el final de su empresa, en el Londres de 1940 durante la guerra relámpago.

Ahora mismo estoy escribiendo la segunda parte, que pretende ser una continuación de la historia de las dos protagonistas, pero espero que se pueda leer de forma independiente sin conocer la primera parte. Y sigo escribiendo relatos cortos, aunque sin ningún plan ni temática concreta. Son cuentos muy personales, de experiencias que me han sucedido en el último año, así que tendrán que pasar un tiempo metidos en el congelador hasta que sea capaz de tomar distancia sobre lo contado. 



Nuria Sierra Cruzado. Nació en Madrid el día de Nochebuena de 1975. Es lectora profesional y escritora. Trabaja con autores en el proceso de escritura, ayudándoles a desarrollar sus obras. También se dedica a la gestión de contenidos digitales y redes sociales en el ámbito de la cultura y la literatura. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y Master en Coaching y Gestión del Talento. Inició su formación de escritora en el Taller de Escritura de Madrid. Desde 2008 es alumna del Taller de Escritura Creativa Clara Obligado. Ganadora de varios premios literarios de relato corto, sus cuentos han sido publicados en diversas antologías. En mayo de 2014 se publicó Nido ajeno, su primer libro de relatos en solitario, en la Colección El pez volador. La mujer que vendía el tiempo es su primera novela breve.