martes, diciembre 24, 2019

Felices Navidades 2019

Os deseo que paséis una feliz Navidad y tengáis un muy feliz Año Nuevo.
Como todos los años por estas fechas, insertaré algunos videos que me han parecido curiosos.

En primer lugar, una de las últimas actuaciones del mítico humorista Gila.



Ramón Gómez de la Serna.



Les Luthiers.



Y una mágica actuación.


¡Hasta pronto!

martes, diciembre 17, 2019

Michelle Roche Rodríguez - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?

Escribo porque no sé hacer otra cosa. No solo no soy buena para más nada, sino que no puedo evitar pensar en el mundo como algo para ser comprendido a partir de las palabras y aprehendido desde la ficción.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

Escribo en lápiz y no se me ha quitado la costumbre del colegio de subrayar (en pluma roja o rosada) cada vez que anoto un título o encuentro una idea que me gustaría desarrollar. Siempre que tengo un proyecto nuevo, comienzo un cuaderno, así que tengo un montón de cuadernos, cuadernitos y libretas dando vueltas por casa. Siempre es una pequeña tragedia cuando no encuentro el correspondiente a un proyecto específico.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

En líneas generales, me interesa el poder y cómo afecta a la gente que no lo ostenta. Me interesa en especial la manera en que el género femenino ha sido sojuzgado por el patriarcado a partir de herramientas culturales (como los mitos de lo cotidiano o el status quo) y por qué algunas mujeres han sido cómplices de las idiosincrasias que las mantienen en una posición secundaria con respecto a los hombres.

4.- ¿Algún principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

La honestidad. Un texto malo siempre se puede arreglar, uno deshonesto no.

5.- ¿Eres de las que se deja llevar por la historia o de las que lo tienen todo planificado desde el principio?

Ambas cosas. El primer borrador es fundamental, allí escribo todo lo que quiero decir sobre un tema. Luego, con el segundo borrador, me ocupo de organizar y crear una estructura. Sin estructura no hay discurso literario —artículo o libro, da igual—. Tendemos a subestimar la importancia de esta herramienta, pero de una buena estructura resulta un trabajo bien hecho. El tercer borrador es para reconocer y quitar lo superfluo. Por supuesto, entre cada uno de estos tres borradores hay varias versiones de un mismo texto e incontables “libreticas” para tomar en cuenta cada uno de los problemas presentados por la escritura.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

Son muchos, pero los que tengo más frescos porque los he releído varias veces en los últimos dos años son estos:
Internacionales: Margaret Atwood, Edgar Allan Poe, Julio Cortázar, Víctor Hugo, Virginia Woolf y Simone de Beauvoir (ella es la maestra de la honestidad en la escritura, por cierto).
Venezolanos y venezolanas: Teresa de la Parra, Ana Teresa Torres, Yolanda Pantin (poeta), Salvador Garmendia, Eugenio Montejo (poeta) y José Rafael Pocaterra.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.


El 27 de enero de 2020 sale a la venta mi primera novela, Malasangre. Se trata de un proyecto que he pasado una década escribiendo. En la novela, Diana Gutiérrez descubre su inclinación al vampirismo a los 14 años cuando ataca a un amigo de su madre. Aunque antes ya había notado su interés por la sangre, hasta ese momento solo vivía para agradar a su familia y ansiaba convertirse en maestra, no por gustarle los niños sino para ocultar su pasión omnívora por la lectura, mal vista entre las venezolanas de 1921. Pero todo cambia esa tarde. Su madre la reprende prohibiéndole seguir con los estudios. La beata Cecilia no se atreve a llamarla vampira, pero sí «hematófaga» y «malasangre»: más que solo concupiscente, le parece de moral torcida. En esa década, la palabra «vampira» tiene connotaciones sexuales. El movimiento sufragista tiene poca repercusión en la sociedad aún colonial que habitan, inmersa en la dictadura con pretensiones dinásticas del general Juan Vicente Gómez, pero el miedo a las mujeres «fatales» ya existía. Malasangre relata la lucha de Diana contra sus instintos criminales, el control que ejerce sobre ella su familia y la sociedad patriarcal y militarista en la que vive, la misma que a partir de los años veinte se estrenó en el rentismo petrolero que marca al país hasta la fecha. Creo que de la relación vampírica con el petróleo que tiene el país y de su atávico militarismo se pueden sacar algunas alegorías con la presente tragedia de mi país. 



Michelle Roche Rodríguez escribe narrativa, ensayo, periodismo y crítica. Le interesan los mitos cotidianos, la literatura y el feminismo. Con la colección de cuentos Gente decente (Musa a las 9) ganó el Premio de Narrativa Francisco Ayala en 2017. Su ensayo Madre mía que estás en el mito (Sílex) se publicó en España en 2016. Su primer libro fue la colección de entrevistas Álbum de familia: Conversaciones sobre la identidad cultural en Venezuela y lo publicó en su país Editorial Alfa. Ha colaborado con las revistas españolas Zenda, Buensalvaje, Frontera D, Quimera, Qué leer y la estadounidense Literal. Latin American Voices, así como también con los medios culturales venezolanos Prodavinci y «Papel Literario», suplemento del periódico venezolano El Nacional, donde trabajó varios años. En 2014 fundó el magazine en-línea Colofón Revista Literaria (www.colofonrevistaliteraria.com).
Nació en Caracas y desde 2015 vive en Madrid.
Su página web es www.michellerocherodriguez.com

martes, diciembre 10, 2019

Alma Karla Sandoval - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?

Para entender la vida y lo que se aleja de ella. No me ocurre naturalmente y no siento que mi cuerpo ni eso que llaman imaginario se adapten a la artificialidad que implica la ficción o la filigrana de un poema. Pero lo que necesito expresar no aprendí a comunicarlo ni con la danza, ni con pinceles ni mucho menos con la magia de un instrumento musical que dispersa las nubes. Colgué palabras en el aire desde niña. Eso es todo.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

Escribo, preferentemente, de mañana con un buen café en las manos y un jardín a la derecha. Lo hago por proyectos si de una novela o un ensayo se trata, dedicándole de dos a tres diarias. La poesía es otra cosa, guardo los poemas que podrían ser delicadas o salvajes epifanías en un archivo como si fuera un cofre que no apresuro, que nunca vacío o vendo a la primera.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

Más bien mis ocupaciones u obsesiones: la violencia, la soledad, la incapacidad de los seres humanos para comunicarse. En lo poético, el diálogo con otros autores o la fundación de reinos imposibles. Me gusta pensar en escenarios únicos donde el poema circule libremente, es decir, campos semánticos insólitos o reposados como si cada texto se desplazara como un barco o consiguiera la salvación del instante de una buena pintura.

4.- ¿Algún principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

Confiar y desconfiar al mismo tiempo. Es decir, dejar que fluya la expresión, preservar ese material auténtico y catártico, pero luego hacer correcciones hasta el delirio, si es posible. También ayuda pensar que todo es una versión de una versión que nunca será definitiva.
     Suelo tener cuidado con algunos prejuicios, por ejemplo: si escribes poesía más vale que no incursiones en otro género porque esta te abandona. O bien: los mejores novelistas rebasan los cuarenta años porque ya han vivido lo suficiente. No creo en recetas porque suelen encorsetar la voz.

5.- ¿Eres de las que se deja llevar por la historia o de las que lo tienen todo planificado desde el principio?

Depende. Hay cuentos o novelas que me gusta pensar ya están escritos de antemano, se pensaron mucho, se dejaron madurar y reposar. Pero a veces un argumento nos lleva y nos descubre esa ambigüedad o tensión que tanto bien le hace al relato.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

Como es una pregunta difícil, voy a mi biblioteca y observo. Encuentro a Bishop, Juan Gelman, Marosa di Giorgio, Colette, Marguerite Yourcenar, Pessoa, María Moreno, Chéjov, Wislawa Szymborska, Rosa Montero, Melville, Svetlana Aleksiévich, Borges, Juan Rulfo, Claudio Magris, Pascal Quignard, Juan Carlos Onetti, Elena Garro, Amparo Dávila, Carmen Laforet, Ana María Matute, Proust, Roberto Bolaño, Salinger, etc. La lista cambia, claro, según las temporadas anímicas.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.


Son dos, una novela que sigo corrigiendo y cuyo título es El modo Houdini. Resultó finalista en un concurso nacional de México que recibió más de 600 trabajos. Como es una obra que describe el paisaje forense de mi país donde la trata de personas y el feminicidio son dos flagelos imparables y, al mismo tiempo, pretende ser una cartografía de los estragos del amor romántico, estoy dándome un respiro para retomar el valor de intervenir ese texto. En tanto, desarrollo un proyecto poético que comencé en una residencia en Barcelona, el título tentativo es Un ajuar de palabras explora el exilio, la migración latinoamericana en Europa, la política ficción sentimental identitaria y la construcción de un lector ideal o un tú lírico que se desdobla. 



Alma Karla Sandoval (México).  Poeta, periodista y profesora. Obtuvo los apoyos del FOECA y del FONCA en 1999 y 2001. En 2010 y 2018 se le concedió la Beca de Creadores e Intérpretes con trayectoria del PECDA. Ganó el Premio Nacional de Periodismo, AMMPE, 2011, y los Juegos Florales de Cuernavaca, Morelos 2012, en cuento y novela corta. Premio Nacional de Poesía Ignacio Manuel Altamirano 2013. Recibió, por su primera novela, el Premio Nacional de Narrativa Dolores Castro 2015 y el Premio Nacional de Poesía “Noble y Leal Ciudad de Tepic 2015”.  Obtuvo el Premio al Mérito Periodístico 2019 y el Premio Nacional de Poesía María Elena Solórzano 2019. Cuenta con más de veinte libros publicados. Su obra ha sido traducida al inglés, francés, rumano, portugués y ruso,

martes, diciembre 03, 2019

Justo Serna - Historia y ficción




Un estudio profundo, desde la admiración, de uno de los escritores más importantes de la literatura actual en España. La obra de Javier Cercas es diseccionada en este libro por Justo Serna, pero no sólo eso. El libro es una reflexión profunda sobre la realidad y la ficción, ya que si algo caracteriza a Javier Cercas es precisamente su capacidad para mezclar datos reales con datos imaginados y, tal como lo expone Justo Serna: "escribe sus novelas esperando sacar del arte las auténticas verdades de la existencia, esas verdades chiquititas que se revelan tras un gesto humilde, tras un acto menor".

Relatos reales, El vientre de la ballena, Soldados de Salamina, La velocidad de la luz, Anatomía de un instante, El punto ciego, El impostor, Las leyes de la frontera, El monarca de las sombras… todos los títulos de Cercas van conformando un mapa de sus preocupaciones, de su personal indagación moral y, a partir de ésta, Justo Serna plantea interesantes cuestiones sobre la historia y la literatura.

¿Para qué sirve leer? y, más específicamente: ¿para qué sirve leer novelas? ¿Resulta lícito hacer pasar por cierto lo que no lo es? Un libro es o debería ser bueno o malo en sí mismo, tanto por lo que cuenta como por el modo en que lo cuenta, y no según el grado de fidelidad que guarda con la realidad.

El historiador Benito Bermejo descubre la impostura de Enric Marco y la denuncia. Y esto a mucha gente le disgusta, no que Marco sea un impostor, sino que Bermejo lo haya destapado. Y es que el relato de Marco era políticamente correcto, sin fisuras, los buenos eran los buenos y los malos eran los malos, como tiene que ser. Sin embargo, la ficción se desmorona y la realidad resulta mucho más compleja y decepcionante. Y esto es lo que atrae al novelista Cercas, los personajes que se han expuesto, que en algún momento se la han jugado con un gesto pequeño o grande, como quedarse sentado en su escaño mientras los militares disparan el 23-F o perdonar la vida de un prisionero en plena guerra civil. El ser humano es capaz de realizar los actos más sublimes y también los más repugnantes. Cada uno realiza una elección moral en el momento que le ha tocado vivir, decide quién quiere ser.

Resulta especialmente interesante la charla que mantienen Justo Serna y Javier Cercas en el XIII Congreso de la Asociación de Historia Contemporánea, celebrado en Albacete del 21 al 23 de septiembre de 2016 y que es transcrito íntegramente en el libro. Se plantean cuestiones como que la ficción pura es imposible y también lo es la redacción exacta de la realidad, pues siempre habrá un momento de suposición para rellenar los huecos, los vacíos que la documentación no nos desvela. Se habla de lo necesario que resultaría el papel del historiados en el debate público, del protagonismo de la memoria y de su poca fiabilidad, de lo poco útil que resulta el concepto de "memoria histórica", del papel real de las víctimas, de la fiabilidad de los testigos, de las consecuencias colectivas o individuales de los actos. Un sinfín de cuestiones que agitan la mente del lector y le abocan a iniciar un diálogo, a rebatir o refutar lo que está leyendo.

"Alguien sostuvo en cierta ocasión que debemos escribir sobre lo que conocemos. Yo opino justo lo contrario: escribo siempre sobre lo que no conozco, sobre lo que no entiendo", dice Cercas en una de las entrevistas recogidas en este libro. Y parece la postura correcta del escritor que no pretende aleccionar a nadie, sino tan sólo comprender por qué alguien, en principio poco relevante, toma una decisión heroica o despreciable en un determinado momento. En definitiva, por qué somos como somos, y aún más importante, cómo actuaría yo en esa circunstancia.

Un libro que aviva el debate y que se lee con mucho interés. Un ensayo exhaustivo escrito con un estilo ágil y muy cuidado. Un libro más que recomendable.

domingo, diciembre 01, 2019

Videoclub

Resulta que en Valencia tenemos uno de los pocos videoclubs que todavía existen, pero es más que eso, es un museo vivo del cine con un experto cinéfilo al frente: Daniel Gascó. Allí puedes encontrar lo inencontrable y además Daniel te ilustra, te cuenta lo que hay detrás de la película o de su director o de su protagonista o de la sociedad en la que se estrenó. Visitar el videoclub Stromboli es visitar la historia del cine y conocer a un verdadero experto en la materia. No entiendo por qué no aparece en la televisión, presentando un ciclo por ejemplo, como le gusta hacer en la Filmoteca y siempre que se le presenta la ocasión. No me extrañaría que hubiera gente dispuesta a visitar Valencia sólo para conocer este rincón maravilloso.

Os invito a que le escuchéis en una entrevista que le hicieron para la cadena Ser.