martes, abril 30, 2019

Cristina Monteoliva - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?

Porque no puedo dejar de hacerlo. Durante un tiempo, tal vez un mes, puede que dos, sí; pero no mucho más. Mi cabeza está llena de historias dando vueltas continuamente y las ganas de coger un boli y una libreta o teclear en el ordenador son siempre mayores que las de hacer cualquier otra cosa.
No sé si escribir es lo que mejor se me da (seguro que alguno que lea esto dirá que NO), pero, sin duda, es algo que no puedo evitar.

2.     - ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

En un mundo ideal, yo podría escribir en silencio siempre que quisiera; pero como el mío dista mucho de serlo, normalmente escribo por las mañanas, cuando encuentro ese rato de silencio. Si hay ruido, me pongo auriculares con cierto tipo de música clásica. Y si el plazo de entrega del escrito en cuestión se acerca, me olvido de todos y escribo a cualquier hora, a pesar de que mi vista se resiente a veces.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

La verdad es que me preocupan tantos temas, que si me pongo a nombrarlos, nos podemos pasar aquí todo el día, como se suele decir. Por enumerar unos cuantos: las desigualdades en el mundo, el medio ambiente (en general; la falta de concienciación ambiental, en particular), las mentiras que todos nos contamos para poder seguir viviendo, el feminismo, la verdadera amistad, Granada, el amor por los animales, el terror, la ciencia ficción, la manera particular con la que cada uno ve el mundo...

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

Si alguna vez lo he tenido, ahora mismo no lo recuerdo.
No soy quién para dar consejos, por otra parte. No recomiendo a nadie, eso sí, que sea tan desordenado como yo.

5.     - ¿Eres de las que se deja llevar por la historia o de las que lo tienen todo planificado desde el principio?

Actualmente estoy en el medio. Intento planificar cada vez más, pero no tengo paciencia para dejarlo todo bien atado antes de ponerme a escribir. Normalmente, en cuanto tengo unas cuantas ideas claras, me pongo con el ordenador. Los problemas de la trama los suelo ver mejor conforme voy escribiendo la historia.
Vuelvo a decir que no recomiendo mi forma de hacer las cosas. Pero no creo que consiga nunca ser una persona tan organizada.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

Soy más de libros que de autores, aunque se puede decir que he seguido con especial atención a algunas autoras como Marian Keyes, María Zaragoza, Anna Gavalda y Siri Hustvedt. Con respecto a los libros, por decir unos pocos: Por los pelos, de Marian Keyes; Avenida de la Luz, de María Zaragoza; Juntos, nada más, de Anna Gavalda; Todo cuanto amé, de Siri Hustvedt; El cuento de la criada, de Margaret Atwood; Drácula, de Bram Stoker y Siempre hemos vivido en el castillo, de Shirley Jackson. De mis lecturas más recientes, mis libros favoritos son Lectura fácil, de Cristina Morales; El aliado, de Iván Repila y Lo que más me gusta son los monstruos, de Emil Ferris.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.

Mi última obra publicada acaba de salir a la venta justo hace unos días (el 2 de abril, para ser más concretos). Se llama Gatitos y es una novela corta contemporánea en la que trato varios temas de actualidad (temas que nos deberían preocupar siempre, de hecho, pero que no os comento por no destripar demasiado la historia).
Hace años comencé a escribir un relato que no llegué a terminar por no saber muy bien cómo resumir y concentrar en pocas páginas todo lo que quería decir. Años después, alguien me propuso escribir una novela corta y no se me ocurrió otra idea que retomar aquella historia. La editorial en la que iba a ser publicada esta novela cerró antes de la fecha prometida de publicación, por lo que tuve que volver a empezar de cero. En fin, no quiero aburrir a tus lectores con mis dramas (algunos ya me tienen que soportar en redes sociales). Solo quisiera apuntar que el año que he pasado buscando la manera de que mi obra pudiera publicarse me ha hecho sentirme un poco como los personajes de la misma.
Para terminar, os dejo aquí la sinopsis oficial de Gatitos:

Dylan es un niño de once años al que le gusta escribir sobre un superhéroe desastroso llamado Malapata, apenas ve a sus padres, unos científicos muy importantes y ocupados, y en vacaciones viaja siempre con su tía Margot a lugares increíbles. Al otro lado del mundo, en un pueblo en el que los padres de Dylan no querrían vivir, le espera Sveta, una niña muy despierta de su misma edad. Sveta tiene dos gatitos, uno de ellos enfermo, una familia en la que solo hay mujeres y todo un día con el que vivir aventuras junto a Dylan. Un día tras el que, al igual que los gatitos abandonados que recogió Sveta de la calle, ni Dylan ni Sveta volverán a ser los mismos.



Cristina Monteoliva. (1978, Almuñécar). Vive en Granada. Es licenciada en Ciencias Ambientales y escritora. Autora de los libros Elías y los ladrones de magia y Corazones en barbecho. Durante cinco años dirigió la web de recomendaciones literarias "La Biblioteca Imaginaria", desde julio de 2008 hasta junio de 2013. Actualmente coordina "La Orilla de las Letras", un espacio en el que entrevista a autores, ofrece relatos propios y reflexiones varias sobre el mundo de la escritura. Gatitos, es su última obra publicada.

viernes, abril 26, 2019

Raúl Ariza - Antes. Entonces. Nunca





He tenido la suerte de seguir la carrera literaria de Raúl Ariza desde sus inicios, desde los relatos de su blog hasta la novela Un viaje sólo para hombres (Versátil, 2017), pasando por sus libros de cuentos Elefantiasis (Policarbonados, 2010), La suave piel de la anaconda (Talentura, 2012) y Glóbulos versos (Talentura, 2014), este último combina relatos y poemas. Su trayectoria, su evolución como escritor, resulta muy interesante y, de momento, culmina con la publicación de su nueva novela Antes. Entonces. Nunca (Talentura, 2019), un libro que supone, en mi opinión, un reto respecto a todo lo que había escrito hasta ahora, un reto del que sale airoso; y no sólo eso, sino un golpe de autoridad, alejado de la literatura fácil o del estilo simplón, alejado de las ideas insulsas o del espíritu flower power, para retar al lector a sumergirse en una experiencia de la que saldrá transformado, una trama que le va a exigir toda su atención. Este no es un libro de entretenimiento, esto es alta literatura.

Encabeza el libro una cita de Narciso, de Germán Sánchez Espeso: "Esta historia podía haber sido limpia y bonita…" Todo un aviso para navegantes. Y Raúl Ariza rinde efectivamente homenaje a esa novela, que ganó el premio Nadal en 1978. Por ejemplo, la esposa del protagonista se llama Lía, como la amada del protagonista de Narciso.

La historia podría definirse como la radiografía de un personaje, la disección de un hombre que se ama a sí mismo por encima de cualquier otra cosa y que vivirá un particular descenso a los infiernos. Está estructurada en tres partes. "Lo que sucedió antes", la primera, narrada en primera persona y centrada en episodios del pasado del protagonista, nos habla de su infancia, de su éxito, de su historia de amor y del terrible suceso que trastoca toda su existencia. "Lo que sucedió entonces", la segunda, narrada en segunda persona y centrada en un momento concreto, nos muestra a un hombre atormentado por la culpa, inmerso en su particular infierno, pretendiendo quizá deshacerse de su humanidad. Y "Lo que nunca sucedió", la tercera, narrada en tercera persona y que parece situarse en un tiempo posterior a lo narrado anteriormente, aunque tal vez, lo que hace, es abrir nuevos interrogantes a una historia de por sí desasosegante. Después de todo, llegar al final, tal vez no sea más que volver al principio.

Antes. Entonces. Nunca, de Raúl Ariza, no se termina en una primera lectura. Es una obra llena de matices, de referencias a las que hay que estar atento para captar, siquiera por encima, toda la compleja estructura que sustenta el relato, pero también es la historia de un ser atormentado, de las consecuencias de una tragedia, de lo imprevisible que puede ser el destino. Una trama y un personaje que obligan a seguir leyendo, a seguir indagando en el alma de un protagonista consciente de su atractivo y su magnetismo hacia los demás.

jueves, abril 18, 2019

Campaña


Campaña de ocurrencias, de meteduras de pata, de todo a un euro y yo más barato, de paquetes en oferta, de regalos dos por uno y además, de promesas grandilocuentes, de cuentos de hadas que no se cumplirán y lo sabemos aunque finjamos ilusionarnos, compromisos con la mano en el pecho que serán olvidados al día siguiente, de impuestos que bajarán pero que nos constarán más caros, de donde dije digo digo diego, de reproches cruzados, de falsas acusaciones, medias sonrisas de pistoleros del oeste, de insultos, de odio, de abucheos, de cerrar filas y cerebros, de amenazas y sonrisas de hielo, de mentiras sin los dedos cruzados. Campaña decepcionante de seres mediocres sin capacidad de liderazgo, de gente triste que ya no puede creerse nada, que no tiene ilusiones, y lo mejor sería virgencita que me quede como estoy. Campaña donde los que más quieren hacer por el país son los que desean no pertenecer a él, donde la educación de los hijos es de vital importancia para que cada uno siembre sus ideas, por lo que la seguirán cambiando según quien gobierne. Campaña de enfrentamiento, no de dos Españas, sino de cien mil colectivos, de infinidad de sensibilidades esperando que alguien los ofenda para pedir cárcel aunque se pida libertad de expresión al mismo tiempo. Campaña de náusea que duele el alma, campaña que aflige, campaña de desencanto. Campaña que nos recuerda que habrá que hacer un esfuerzo sobrehumano para salir a la calle a votar, y que lo haremos con desdén, sin habernos creído nada de nadie.

lunes, abril 08, 2019

Pedro Ugarte - Lecturas pendientes



Supongo que puedo afirmar con rotundidad que la mayor tortura de un escritor son sus lecturas pendientes. Yo mismo, escribo ahora casi sepultado por montones de libros que esperan su turno para ser leídos. Mientras tanto, escribimos, a veces sólo unos apuntes, ideas dispersas que reunidas en un volumen son consideradas como un dietario, algo que no es un diario pero tampoco es un mero cuaderno de notas, algo más personal que se inscribe en un género que cuenta con grandes maestros como Jules Renard, Paul Léautaud, Josep Pla e incluso podríamos añadir a Fernando Pessoa, con su inmenso Libro del desasosiego. Se han publicado recientemente interesantes dietarios: El Dietario voluble de Vila-Matas, Los Diarios de Iñaki Uriarte, Una cierta edad de Marcos Ordoñez, por citar algunos, a los que hay que añadir este Lecturas pendientes, de Pedro Ugarte.

Pedro Ugarte es un escritor con una carrera sólida, autor de libros como Los cuerpos de las nadadoras, Pactos secretos, Casi inocentes, Perros en el camino, Guerras privadas, Mañana será otro día, El mundo de los Cabezas Vacías, Nuestra historia, etc. Y ha sido merecedor de numerosos premios y reconocimientos.

En estas páginas, ofrece una imagen de sí mismo que desborda sinceridad. Se nos muestra como un humanista, pero, ante todo, como una persona con un gran sentido común, además de jugar con un humor socarrón e irónico que convierten la lectura en un atractivo juego intelectual. Destacan especialmente las reflexiones en torno al mundillo literario (sí, digo "mundillo" con toda la intención), con sus miserias y vanidades, sus gestos grandilocuentes y su rebeldía de salón. La inconfesable vanidad de ser reconocido por un autor al que admira y la resignación de su pretendido conocimiento sobre el lugar que ocupa como escritor.

"Conviene no olvidar que los poetas más nihilistas no pretenden otra cosa, con estas terribles reflexiones, que ganar el próximo certamen de versos provincial".

"Un texto resucita cada vez que alguien lo lee".

"Cualquier escritor de este tiempo ya ni siquiera espera que un colega le diga que ha leído alguno de sus libros: le basta con que haga ver que conoce su nombre, que le suena de algo".

"La verdadera naturaleza del cuento no radica en la brevedad de la lectura, sino en la rigurosa atención que demanda".

"Lecturas pendientes. Hace tiempo me resigné: no es posible leer todo lo valioso que se ha escrito, pero lo que sí se puede es no leer absolutamente nada de lo otro".

Encontramos también reflexiones sobre la vida, sobre lo que significa envejecer, sobre el fracaso y el destino, la política y la memoria. Así, nos cuenta cómo fue el momento exacto en que sintió que estaba envejeciendo, o la amarga ironía de encontrarse en un restaurante, de celebración, justo enfrente de donde un asesino (como se supo más tarde) torturaba a su víctima, o algunos de los días más tristes por la muerte de un familiar o un amigo, o el reencuentro con personas de su pasado. Y citas que despiertan su curiosidad o hechos históricos por los que confiesa interés.

"Recuerdo las zapatillas de mi padre, deformes, adaptadas a la hinchada forma de sus pies, dispuestas al lado de su cama, cuando acababa de morir: aquellas zapatillas que ya no servían para nada y para nadie. Fue al verlas inútiles, vacías, cuando empecé a llorar".

"Todo el mundo prefiere imaginar que vive en un lugar y un tiempo en que la vida no le ofreció ninguna oportunidad".

"El fanatismo y la tolerancia no tienen tanto que ver con las ideas concretas que uno sostenga como con cierta disposición personal a respetar o no a los demás".

"Te has vuelto definitivamente viejo el día en que ya no esperas nada de un fin de semana".

"La historia no es el pasado, es la interpretación del pasado".

Los dietarios son libros para ser subrayados, para detenerse a cada momento y reflexionar sobre lo leído, para discutir con el autor o rendirse ante su clarividencia. Pedro Ugarte vuelca en estas páginas todo lo que le llama la atención, lo que le genera un conflicto o le sorprende por el motivo que sea.

En un mundo cada vez más políticamente correcto, donde casi no importa en qué cadena de televisión sintonices los noticiarios porque todos se muestran sospechosamente uniformes, resulta muy estimulante encontrar a alguien que nos señale las imbecilidades e incongruencias que nos salen al paso a cada momento y que, a no ser que estemos muy atentos, apenas solemos percibir.

Chispazos de inteligencia, pequeños golpes en la mejilla que te estimulan a mirar a tu alrededor, a reconocer en tu propia vida todas esas imperfecciones, curiosidades o paradojas que el autor te va desvelando desde la suya.