martes, noviembre 26, 2019

Golem Fest Valencia 2019

Este fin de semana se celebró la segunda edición del Golem Fest de Valencia. Un festival literario centrado en la narrativa de género: de ciencia ficción y terror.
Debo reconocer que tanto la ciencia ficción como el terror me hacen revivir el cosquilleo que sentía en mi niñez y adolescencia cada vez que compraba un libro o un cómic de esta temática. La sensación de gozo al descubrir a Poe, a Lovecraft, a Conan Doyle y a tantos otros.
El viernes no pude acudir, pero el sábado me preparé para pasar allí el mayor tiempo posible, asistiendo a charlas y presentaciones de libros, haciendo fotos y recuperando esa inquietud que uno siente ante lo que sabe que va a ser una experiencia enriquecedora y emocionante.

Un acto muy especial tuvo como protagonista a la inclasificable escritora Pilar Pedraza, que habló con Marta Querol y Ángeles Pavía de sus libros, especialmente de "Eros ha muerto", "Pánikas", "Espectra" y "El salvaje interior y la mujer barbuda". Sus libros tienen una mezcla de ficción y ensayo muy atractiva, siempre desde una postura académica.



 Las escritoras Patricia Esteban Erlés, Isabel Del Río y Gemma Solsona charlaron sobre la casa como espacio fantástico. Se citaron títulos como "William Wilson", de Poe, "La casa de azúcar", de Silvina Ocampo, "Vendrán lluvias suaves", de Bradbury o incluso "Casa tomada", de Cortázar.


Una mesa muy especial reunió a Rosa Montero con María Zaragoza y Laura Fernández para charlar sobre escritoras de género fantástico, un género que estuvo vedado para las mujeres durante mucho tiempo. Las tres autoras, acompañadas por el escritor Juan Miguel Aguilera, hablaron sobre su experiencia personal e intentaron delimitar el momento en que se sintieron atraídas por el género.


Patricia Esteban Erlés, Laura Fernández y Lola Robles presentaron la antología "Insólitas", editada por Páginas de Espuma.


Laura Fernández presentó "La isla de los conejos", de Elvira Navarro, acompañada por la autora.


Luego fue Elvira Navarro quien charló con  Laura Fernández  sobre su novela "Bienvenidos a Welcome".


Gemma Solsona presentó "Manderley en venta", de Patricia Esteban Erlés.


Uno de los actos más importantes fue la entrega del Golem de Honor a la escritora Rosa Montero que, acompañada por Marina Lomar y Susana Alfonso, dio una charla magistral sobre el oficio de escribir



Juan Miguel Aguilera y José Carlos Somoza presentaron "Estudio en negro". Somoza estuvo ingenioso, derrochando sentido del humor, confirmando por qué es uno de los mejores escritores que tenemos en nuestro país, y siempre humilde.



Patricia Esteban Erlés, Isabel Del Río, Gemma Solsona y Ana García Herráez conversaron sobre la figura y la obra de Shirley Jackson.


Una charla muy especial sobre la intrigante figura de Howard Phillips Lovecraft y su imaginario fue llevada a cabo por los escritores José Carlos Somoza y Juanjo Braulio, acompañados por el ilustrador Javier Olivares.


La escritora Mado Martínez presentó su novela "El tren de las almas", acompañada por Enrique Vila.


La escritora María Zaragoza dio una interesante conferencia sobre las figuras de El Golem y Frankenstein, estableciendo interesantes equivalencias.



Parece que el Golem Fest de Valencia puede considerarse como un evento consolidado y de gran importancia para la fantasía, la ciencia ficción y el terror. Mi enhorabuena a sus organizadores, con una mención especial (permítanme) a José Luis Rodríguez, incansable agitador cultural.


martes, noviembre 19, 2019

Festival Eñe 2019


El viernes 15 de Noviembre llegué al Festival Eñe, que se celebró ese fin de semana en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, como todos los años. En esta ocasión, el director era el escritor Sergio del Molino y la entrada era gratuita. El motivo principal del Festival era la literatura fronteriza, la que se encuentra a mitad de camino entre la realidad y la ficción, la que emana de la memoria y la que surge del periodismo. Las perspectivas eran muy interesantes. Probablemente por eso al llegar me encontré con que el aforo para la charla de inauguración con Antonio Muñoz Molina y Elvira Lindo estaba completo.  

En la Sala de Columnas, una charla moderada por Luis Alemany, titulada "Entre visillos: escrituras contra el pudor", entre los escritores Rodrigo Muñoz Avia, María Moreno y Margarita Leoz. Muñoz Avia, autor de "La casa de los pintores", un libro en el que disecciona sus recuerdos de infancia y la vida de sus padres, dijo que escribir es un acto de impudor siempre. María Moreno, autora de un libro titulado "Black out", afirmaba que no hay que identificar al autor con el personaje y que para conseguir el efecto de realidad hace falta mucha distancia. Por su parte, Margarita Leoz, que acaba de publicar el libro de relatos "Flores fuera de estación", sostuvo que es inevitable que las preocupaciones del autor aparezcan en la ficción.



Los escritores Miguel Ángel Hernández ("El dolor de los demás"), Adolfo García Ortega ("Una tumba en el aire") y David Toscana ("El último lector") hablaron sobre la realidad y la ficción en una charla titulada "Novelas contra la imaginación", moderada por Laura Barrachina. El escritor mexicano David Toscana dijo que sin imaginación, el lector se rebelaría contra el autor. Y Miguel ángel Hernández y Adolfo García Ortega, estuvieron de acuerdo al afirmar que la memoria es un acto de creación y que al rescatarla del olvido y convertirla en novela, se ve transformada.



La última charla a la que asistí el viernes fue sobre periodismo, una actividad que ha tenido un amplio protagonismo en esta edición del Festival que ha contado con México como país invitado. Su título: "El monólogo incesante: la vigencia del columnismo". Sus protagonistas: Leila Guerriero, Manuel Jabois y Luz Sánchez-Mellado, moderados por el escritor Jesús Ruiz Mantilla. Debo admitir aquí que quien más despertaba mi interés en este caso era la argentina Leila Guerriero, cuyos libros me parecen magníficos, así como la forma en que disecciona la realidad. Hablaron de plazos de entrega, de la presión del tiempo, de sus intereses al abordar textos que han de ajustarse a un espacio determinado, de algunos recursos, de lo estimulante que les resulta, del sentido del humor, de la ironía, de los "haters", de las redes sociales, y de tantas cosas que el tiempo pasó volando.





Sábado 16. La primera charla: "Contar lo que nadie quiere saber: violencia y literatura". Autores: Edurne Portela, Martín Caparrós y Carlos Velázquez, moderados por Eva Cruz. Se habló de la fascinación que despierta la violencia en un escritor. Es difícil hacer literatura desde la complacencia y la felicidad. Se reflexionó sobre los espacios que pueden favorecer la violencia. Se habló de la situación de México, de drogas y de asesinatos. Y se lanzó la idea de que el papel de víctima puede ser un papel defensivo y político, un papel incluso cómodo, porque en la víctima no recae la culpa. Una idea esta que me pareó discutible y peligrosa. Se recomendaron varios libros: "El hombresin cabeza" y "El tiempo de las víctimas".



 



Sobre "La ciudad y sus alrededores" hablaron Marta Sanz, Jacobo Armero y Luis Jorge Boone, moderados por Valerio Rocco Lozano. Hablaron del placer de pasear, de observar las pequeñas cosas, de los barrios periféricos, que son los que conservan la esencia de las ciudades. Los centros, donde se encuentran las mismas tiendas en todas partes, los mismos restaurantes, han dejado de sorprender. Las personas más vulnerables son expulsadas del centro y éste termina convirtiéndose en algo parecido a un parque temático para turistas. El paseo como viaje de descubrimiento es una buena metáfora de lo que debe ser la literatura.




La tarde empezó con una de las entrevistas estrella. La escritora Karina Sainz Borgo charló con Carlos Alsina, conductor del programa de radio en Ondacero "Más de uno". Resultó muy amena, llena de anécdotas, desenfadada y cordial. Alsina y su equipo acaban de recibir el Premio Ondas 2019 por su programación especial el Día de la Radio, y contó cómo surgió la idea de emitir el programa desde la calle, paseando con los distintos invitados, trasladando la tertulia a una cafetería, y los imprevistos que fueron surgiendo mientras lo llevaban a cabo.


La siguiente charla se titulaba "La tabarra como una de las bellas artes", y estuvo a cargo de Juan Gómez-Jurado, Rodrigo Cortés y Arturo González-Campos, que actuaron como un trío cómico para hablar de sus podcasts, reunidos bajo el nombre de "Todopoderosos". 


El Premio del Festival Eñe 2019 se entregó al escritor Javier Cercas, que lo recogió encantado y luego charló con el Director del Festival, Sergio del Molino. 


La charla estuvo llena de temas interesantes. Cercas dijo que la literatura siempre debe plantear una pregunta compleja, de la forma más compleja posible, y luego no contestarla. A partir de ahí, se habló de novelas híbridas, de autoficción, del Premio Planeta, de la situación en Cataluña, que ha alcanzado momentos inequívocamente pre-bélicos, de la utilidad de la novela tanto en cuanto nos permite entrar en la mente de otra persona e intentar entenderla… Dijo, un poco provocativamente, que el escritor debe ser equidistante, ya que no debe juzgar a los personajes. Todo el mundo tiene un lado bueno y un lado malo. Las mejores personas son capaces de cometer las peores atrocidades.

Contó que un crítico británico le dijo que sus novelas no se entienden en España porque al lector español sólo le interesa saber si el autor está de un lado o del otro. Terminó diciendo que los independentistas están intentando acabar con la democracia en nombre de la democracia.




El último acto fue una conversación muy divertida entre Juan José Millás y Manuel Vilas, moderados por Berna González Harbour, y que bajo el título de "La familia bien, gracias", transcurrió por los más inesperados derroteros, centrándose en la visión literaria de la vida, en cómo cualquier detalle puede contener algo terrible. El escritor pretende descubrir los misterios que se esconden en las grietas de la realidad.






Como ya saben los que conocen este tipo de eventos, hubo más actos. Yo sólo puedo reseñar aquellos a los que pude acudir, pero siempre suelen coincidir varios eventos a la vez. En las primeras ediciones, era tanta la oferta que en ocasiones sólo veía una parte de cada charla, intentando llegar al mayor número posible, pero supongo que me voy haciendo mayor.

El domingo, pude acercarme a la presentación del libro "Seis formas de morir en Texas", de Marina Perezagua, en la fantástica librería La Lumbre. Un local que no conocía y cuya visita recomiendo encarecidamente. La presentación consistió en una charla entre Manu Espada y la autora y resultó muy interesante, desvelando claves importantes del libro. Tarde lluviosa pero francamente interesante.


martes, noviembre 12, 2019

Secretos de Estado




Cine denuncia que se inspira en los films de los años setenta donde unos ciudadanos corrientes se enfrentan a los poderes ocultos del Estado. "Todos los hombres del presidente" o "Los tres días del cóndor", por citar un par de títulos de un tipo de cine que parece estar experimentando un cierto resurgir con cintas como "Spotlight" o "Los papeles del Pentágono". En esta tradición se inscribe "Secretos de Estado", película británica que narra la historia real de Katharine Gun, una traductora que trabaja en el Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno Británico y que recibe un correo de la Agencia Nacional de Seguridad que deja claro que la intervención militar en Iraq se está gestando de un modo fraudulento, pues se insta a investigar a miembros de la ONU con el fin de conseguir que voten a favor de la intervención militar. Katharine Gun intenta actuar de forma "profesional" y no cuestionarse si es correcto o no lo que se le está pidiendo, pero al final su conciencia la obligará a tomar una peligrosa decisión: filtrar el polémico correo a la prensa.

El film mantiene un ritmo ágil y las interpretaciones de sus protagonistas, Keira Knightley como Katharine Gun, y Ralph Fiennes como el abogado que se hará cargo de su caso, son sobrias y solventes. Sin embargo, respira un aire documental que obliga al espectador a mantener una distancia respecto a lo que se le está contando. Resulta interesante, pero no nos llega a involucrar en la trama. El director, Gavin Hook, ya había mostrado su interés por este tipo de cine con títulos como "Expediente Anwar" o "Espías desde el cielo". En este caso, el dilema moral que plantea se resume en la escena en la que le recuerdan a la protagonista que ha prometido proteger al Estado británico y ella replica que ha prometido proteger al pueblo británico.

La decisión de Katharine Gun pone en peligro todo su mundo y, de repente, se ve enfrentada a algo que la sobrepasa de un modo abrumador. Y lo hace porque cree que su información es lo suficientemente valiosa como para conseguir evitar la guerra de Iraq y salvar muchas vidas. El motivo es loable, pero lo que debería escandalizarnos es que sólo una persona se arriesgara a enfrentarse a algo así. Ninguno de sus compañeros se atreven a hacer nada. Es la inacción de la gente corriente la que permite que las grandes manipulaciones se lleven a cabo, la que ignora las injusticias confiando en que no les afecten.

La historia de Katharine Gun es una historia de integridad personal, de la necesidad de hacer lo que uno cree que es correcto aun a riesgo de poner en peligro su propia libertad, de la incapacidad de ignorar a la propia conciencia cuando se empeña en avisarnos de que algo no está bien. Pero también la constatación de que hay poderes que ignoran y manipulan a sus ciudadanos con el fin de actuar a su antojo, en pos de misteriosos objetivos o de intereses particulares. Una película, en definitiva, que nos advierte de la deriva que está tomando el mundo que estamos construyendo entre todos, unos por acción y otros por inacción.

lunes, noviembre 04, 2019

La polémica del Premio Nacional de Narrativa


Es unánime. Todos los que no han leído "Lectura fácil" coinciden en que es un mal libro y que no merece el Premio Nacional de Narrativa. Algunos han leído unas pocas páginas, quizá fragmentos aquí y allá, incluso un escatológico episodio especialmente escogido y que circula por internet, y hay quien afirma haber leído el principio porque alguien se lo ha copiado y se lo ha enviado por correo electrónico (por cierto, el párrafo que cita no es el principio), confundiendo en todos los casos la voz de uno de los personajes del libro con las opiniones de la autora. Por supuesto, con esto han tenido bastante para emitir un veredicto inapelable y mucho más acertado que el del jurado que ha concedido el premio. La maquinaria de las redes sociales se ha puesto en marcha.

¿Por qué ha levantado tanta polémica este asunto? Parece evidente que por la personalidad de la autora. Cristina Morales es lo que podemos definir como una "destroyer", una mujer cuyo objetivo es, ni más ni menos, destruirlo todo. Es anarquista, antisistema, okupa, alternativa, radical… y muy inteligente. Licenciada en Ciencias Políticas y con cuatro novelas y un libro de cuentos como currículum literario. "Lectura fácil" es su último trabajo, que fue merecedor del Premio Herralde, y ahora del Nacional de Narrativa. ¿Por qué tanto premio? Bah, porque tendrá enchufe.

Y ella sigue igual. Sigue siendo una provocadora entrenada para decir lo más inconveniente en el momento más inoportuno. En la primera entrevista que le hacen tras la concesión del premio le preguntan qué le parece lo que está ocurriendo en Cataluña y ¿qué contesta? Que bien, que "es una alegría que haya fuego en las calles en lugar de cafeterías abiertas". Y se desató el infierno, claro. Yo, una frase así sólo puedo interpretarla como una caricatura, una boutade, y más sabiendo que también ha criticado el llamado procés. Pero no están los ánimos para tonterías.
Claro, esto que escandaliza a los bienpensantes, emociona inmediatamente a los contrarios. Pues que se anden con cuidado, porque Cristina Morales tiene para todos. En una entrevista con Josep Maria Nadal Suau, Cristina Morales contó lo siguiente : "En mi primera novela, "Los combatientes", metí íntegro, sin citarlo, el discurso a las juventudes de España de Ramiro Ledesma Ramos. Pasaron meses antes de que alguien lo advirtiera. De hecho, cuando me dieron el premio Injuve por el libro, la Secretaria de Estado de Asuntos Sociales me pidió que leyera ese fragmento “tan bello”. Así que un auditorio lleno de protopodemitas aplaudió como si fuera la síntesis del 15M un discurso fascista de manual, un texto clave en la fundación de Falange de las JONS."

¿Y el libro? Nada. El libro es una mierda seguro. No nos preocupemos en averiguar qué puede tener de especial para que obtenga tanto reconocimiento. ¡Ah, donde estén los clásicos!

Sin embargo, el libro es uno de los textos más impactantes y originales que se han publicado en los últimos años. Un libro incómodo y perturbador. A lo mejor resulta que tengo que disculparme por decir que me gustó "Lectura fácil", del que ya escribí una reseña hace unos meses. Debo disculparme y debo aclarar que el hecho de que me guste un libro no significa que comparta todo el ideario y todas las contradicciones de su autora. No estoy de acuerdo con la mayoría de las cosas que dice. Pero ha escrito una novela que me parece más que interesante. Si los que la critican con esa mala baba la hubieran leído, no pondrían esos párrafos fuera de contexto porque lo único que consiguen es mostrar sus prejuicios y demostrar que no saben absolutamente nada de este libro.

Por supuesto, no es necesario que lo lean, no es obligatorio. Ni siquiera lo es que les guste si se deciden a adentrarse en sus páginas. Pero un "me gusta/no me gusta" no puede ser criterio suficiente para negar lo que tiene de innovador. El jurado habló del carácter radical del libro y la autora, cuando le preguntaron sobre esto, respondió con su afán provocador habitual: «No me planteaba de modo explícito hacer nada radical. [...] Es una denominación bastante pobre, una denominación muy barata propia de malos lectores y malos críticos». Sí, así es ella. A lo mejor fuma algo que no le sienta bien, pero eso no contradice sus dotes como escritora.

Resumiendo, me gustó "Lectura fácil", me pareció una obra arriesgada y compleja, muy bien escrita, que refleja una visión de la sociedad desde el punto de vista de cuatro personajes que se enfrentan a ella mediante una óptica deformada. Como visión irónica de una sociedad que se pierde en lo políticamente correcto y en la burocracia, me pareció una buena y original novela. Y, además, muy divertida.

Hay un linchamiento de una escritora por motivos políticos, se desprecia una obra por lo antipática que nos resulta su autora. Le está pasando a Cristina Morales, pero mañana puede pasarle a cualquier otro que diga algo que no sea correcto, aunque lo diga por error o se disculpe al día siguiente. La trituradora ya estará en funcionamiento.


Algunos enlaces: