Uno abre un suplemento o un periódico y, de repente, se encuentra con algo que le golpea con fuerza y lo deja noqueado durante bastante tiempo. Me ocurre con el suplemento de “El País”, donde me tropiezo con la fotógrafa Renée Byer, ganadora del Premio Pulitzer 2007 por su reportaje “A mother’s journey”. Durante un año convivió la fotógrafa con Cyndie French y fue testigo del calvario que pasó esta mujer con uno de sus tres hijos, Derek Madsen, de 11 años, enfermo de cáncer. El niño murió en Mayo de 2006.
Renée Byer ha viajado a España, invitada por la Asociación Infantil Oncológica de la Comunidad de Madrid (Asion).
Haciendo clic en la foto podrán ver todo el reportaje fotográfico, aunque advierto de su dureza.
El artículo del suplemento viene firmado por Karelia Vázquez.
9 comentarios:
Aquí me tienes, llorando como una imbécil, sola en mi despacho, el lunes por la mañana. Perdóname, me he emocionado, y no puedo hacerte un comentario decente. Disculpas
Esta clase de dureza, Miguel,es necesaria para un mundo autocomplaciente como el nuestro y repleto de gentes que ayudan según el aumento de sus intereses.
Bien merecido el Pulitzer y bien recibido este post.
Un abrazo.
Impresionante. No tengo más palabras y más porque el cáncer como a tantos, me toca y me ha tocado de cerca con gente a la que amo.
Un abrazo llenito de tristeza.
Sábado y domingo compramos "El País", al abrir la revista sentí dolor y pensé tanto en la madre como en la fotógrafa al realizar su trabajo.
Tan necesario no olvidar que otros sufren más que uno.
Bien que tú nos recuerdas.
Abrazos.
Es una magnífica narración, llena de valor y templanza, que consigue recordarnos algo que conocemos sobradamente, pero que en demasiadas ocasiones preferimos olvidar. Gracias por el post. Saludos.
Siento el mazazo. El tema no es para menos. La fotos son muy emotivas y me impresionaron. Son fotos que se meten dentro de uno. Se trata, sobre todo, de una historia de amor.
Un abrazo y gracias por los comentarios.
Me has tocado muy adentro. No sé cómo pudo hacer las fotos.
Un abrazo
Te rompen estas imágenes. Nunca entenderé por qué hay tanta impiedad y tanta crueldad en la vida, en lo que vemos y no vemos.
Hola, Miguel.
Leí esta entrada y vi las imágenes el mismo día en que las publicaste. Estaba indecisa en si comentar o no porque me afectó mucho el reportaje.
Creo que a todos los que hemos perdido a un familiar por el cáncer nos llegan hondamente esas imágenes que como bien señalas, nos cuentan una historia de amor.
Hace más de un año que mi padre falleció víctima del cáncer y yo todavía no puedo mencionar su nombre, ni siquiera recordarlo. La muerte de un ser querido es lo más devastador que he conocido.
Un abrazo.
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