domingo, enero 18, 2009

Trayecto literario

Hay veces, muchas veces, que los libros parecen salir a nuestro encuentro. No somos nosotros quienes los buscan, sino ellos quienes nos acorralan. Esto ocurre de un modo casi imperceptible, como consecuencia de la conjunción de diversas circunstancias, detalles que se confabulan de forma sorprendente en muchos casos.

A finales de Noviembre asistí al acto de presentación de la colección Vagamundos, de la editorial Traspiés, en la librería madrileña “El bandido doblemente armado”. Allí saludé a diferentes personas, entre ellas, alguien llamado Agustín que, cuando se marchó, me aclararon que se trataba de Agustín Cerezales. La noticia me dejó noqueado. No lo había reconocido. Agustín Cerezales, el hijo de Carmen Laforet, la ganadora, en 1944, de la primera convocatoria del Premio Nadal con su novela “Nada”. Agustín Cerezales es autor de varios libros, entre ellos un muy recomendable libro de relatos titulado “Perros verdes”, reeditado hace unos años por Menoscuarto. Un libro que no tenía y en cuya búsqueda me lancé sin remedio.
Lo encontré algún tiempo después, en Madrid. Y después de esto, marché a Asturias, a Oviedo, donde pasé las Navidades.

En Oviedo, mi cuñado me habló de una librería de viejo. Y allí fui, a echar un vistazo, a curiosear entre libros amontonados y en aparente desorden. Anduve un rato husmeando, maldiciendo no haber llevado las gafas, que al parecer se han convertido en imprescindibles por mucho que me empeñe en negarlo.
El caso es que un volumen llamó mi atención. Editorial Destino. “De oca a oca”, de Cristina Cerezales. Me sonaba el libro, pero lo tenía olvidado. Creo que es la única novela que había editado Cristina Cerezales.

La coincidencia me sorprendió. El apellido Cerezales parecía saltar frente a mí. Pero no compré esa novela. Tengo demasiadas lecturas pendientes y debo controlar un poco la compra de libros, así que me fui dándole vueltas al asunto.
Al llegar a casa, abrí el periódico, fui a la sección de Cultura y leí el siguiente titular: Los enigmas de Carmen Laforet, vistos por su hija. Cristina Cerezales ha escrito un libro sobre su madre titulado “Música blanca”.
Así que la colección “Vagamundos” me llevó hasta el libro “Música blanca”, que será el próximo libro que compraré.

10 comentarios:

conde-duque dijo...

Me gustaron mucho en su día "Perros verdes", "Escaleras al limbo" y "La paciencia de Juliette" (novela extrañísima, quizas fallida por demasiado pretenciosa, pero con algunos pasajes geniales). Y me gustaban mucho sus artículos en ABC.
Por qué habrá desaparecido este hombre... Yo pensaba que iba a ser uno de los grandes. Lo admiraba mucho.
Desde entonces (hace unos diez años, que se dice pronto) no he vuelto a leer nada de él.

Administrador dijo...

creo que hay un error en la fecha del premio Nadal, MIguel, bonita historia de casualidades la que cuentas. Un abrazo, Patro.

Rosa Silverio dijo...

Tengo aquí "Nada", de Carmen Laforet. La voy a leer cuando termine dos libros que le anteceden en el orden que he hecho de mis lecturas pendientes.

Es curioso como una pista, algo, te lleva a otra cosa. Yo también he encontrado cosas valiosas de esa forma.

Clarice Baricco dijo...

Sí, es maravilloso como el hilo se va tejiendo hasta darnos toda una grata sorpresa.
No he leído a los autores. Ya los anoté.

Chistoso nombre porta la librería madrileña.

Yo estuve un mes reprimiéndome en la compra de libros, por lo mismo, de que tengo lecturas pendientes, pero el vicio me venció y en este mes ya empecé con las compras, claro, más mesurada, pero ni modo, lo disfruto y seguiré con el vicio.

Aparte he recibido unos libros de regalo y los que están por llegar!, uff.

Fíjate que a mi me pasó con uno de los mejores ceramistas del país, estuve sentada a su lado en una cena de un amigo en común y me la pasé toda la cena charlando con èl, y hasta que nos despedimos, supe con quien estuve platicando. Sí me dijo su nombre pero no su apellido, por eso yo no sabía. Afortunadamente después nos volvimos a ver y ya pude ir a su taller.

Amigo, si hubieras llevado los lentes, ese día tu cartera hubiera salido muda.

Sigamos con el trayecto...sigamos.

Abrazos Miguel.


Graciela

Anónimo dijo...

Me parece curioso lo poco que sé de algunos autores. Leí "Nada" hace bastante tiempo y no he podido olvidarlo.

Eres un estupendo guía literario.

Un saludo
Antonia

Miguel Sanfeliu dijo...

Cierto, cierto, error en la fecha, había escrito 1994 en lugar de 1944. Ya lo he corregido. Gracias Pat Rizia. Por cierto, tengo tu libro aquí al lado, es otra de mis lecturas pendientes que espero no demorar ya demasiado. Y más viendo lo mucho que ha gustado a personas cuyo criterio respeto.

Conde-Duque, veo que eres fiel seguidor de Agustín Cerezales. Yo también me pregunto por qué hace tanto tiempo que no publica nada.

Rosa, sí, la verdad es que me ocurre con frecuencia. Siempre pienso: "tengo que anotar cómo llegué a este autor". Y a veces lo hago.

Clarice, tienes razón, quizá dejarme las gafas sea un acto reflejo, con la finalidad de que ahorre un poco. Pero, como dices, el vicio también me vence. :)

Antonia, la verdad es que, en algunos casos, el camino que nos lleva a un determinado libro puede resultar largo y, en cierto sentido, misterioso.

Un abrazo y gracias por los comentarios.

Anónimo dijo...

Completamente de acuerdo. Los libros nos encuentran a nosotros, no nosotros a los libros.
Saludos.

JOSÉ ROMERO dijo...

Curiosas reflexión del camino de los libros, creo tienes razón, se nos aparecen sin saber como. Saludos

Anónimo dijo...

Provechosa noche esa del Bandido, sí. Por cierto, Miguel, ¿para cuándo lo de Vagamundos? Aunque sea editorial siamesa de mi Traspiés, estoy un tanto desconectado. Un abrazo.
PD: creo recordar que fue Cáliz quien conocía a Cerezales, ¿verdad?

Miguel Sanfeliu dijo...

Amahelarte, José Romero, así lo creo. Todos llegamos a los libros por motivos aparentemente triviales, en algunos casos incoscientes, nuestras preferencias son guiadas de forma enigmática hacia uno u otro libro.
Por cierto, ya tengo "Música blanca" en mi poder.

Miguel Ángel, sí que fue una noche provechosa y muy agradable. Fue genial conocer a toda esa gente. Y sí, tú estabas delante cuando descubrimos la identidad de Cerezales. Lo de Vagamundos sigue su camino. Todo se andará...

Un abrazo y gracias por los comentarios.